Autor: Leandro Nicolás Gri
Introducción
El 10 de febrero, el presidente estadounidense Donald Trump firmó dos proclamaciones1 2 en las que restablece el arancel del 25% a las importaciones extranjeras de acero y aumentando al 25% el arancel a las importaciones extranjeras de aluminio con el objetivo de “proteger las cruciales industrias de acero y aluminio de Estados Unidos, “revitalizar” estas industrias para “lograr una utilización sostenible de la capacidad de al menos el 80%” y poner fin a las “prácticas comerciales desleales y al dumping global de acero y aluminio”.
Teniendo en cuenta que la República Argentina le exporta estos productos a los EEUU; que el país, bajo la administración libertaria se ha alineado y subordinado de forma directa y que el gobierno de Javier Milei guía su política exterior de manera sobreidologizada, surgen una serie de preguntas de suma importancia para entender el objeto, fin y contexto de la medida de Trump: ¿Cual es el alcance de la Guerra Comercial impulsada por EEUU?¿Qué lugar ocupa nuestro país dentro de dicha guerra?¿Cómo afecta la medida al sector siderúrgico argentino?¿Qué dice la experiencia del primer mandato de Trump sobre este tipo de acciones?
La Guerra Comercial contra los “socios”
Como plantea Gabriel Merino en Guerra Comercial y América Latina, la Guerra Comercial declarada en 2018 por Trump, la cual fue continuada en sus líneas generales durante la administración demócrata de Joe Biden, tiene como objetivos estratégicos asegurar una sólida base industrial en EEUU, impedir el desarrollo de rivales que desafíen su supremacía (Rusia y China) y utilizar la negociación comercial bilateral para conseguir objetivos políticos-estratégicos (geopolíticos y/o económicos) contra estos mismos rivales.
A esta descripción, el autor agrega un dato que revela un aspecto secundario pero no menor de la naturaleza de la estrategia estadounidense. Cuando en el 2018 Trump anunció la imposición de aranceles del 25% a la importación de acero y del 10% al aluminio (esto no es un déjà vu), en nombre de la “seguridad nacional”, la medida afectó a China. Pero los principales afectados realmente fueron Canadá, Brasil, Corea del Sur y México, países considerados “aliados” por los norteamericanos. Éste es el aspecto a resaltar que tiene particular incidencia en la situación argentina: la estrategia de la Guerra Comercial alcanza también a socios y países alineados con EEUU, a los que se busca disciplinar para negociar en condiciones más favorables que permitan conseguir objetivos político-estratégicos. A modo ilustrativo, estas imposiciones arancelarias al aluminio y acero fueron utilizadas por Trump como moneda de cambio para que Brasil facilite la adquisición de Embraer (en ese entonces la tercera empresa en venta de aeronaves a nivel mundial y en la cual el Estado brasileño poseía acciones) por parte de Boeing (empresa ligada al complejo industrial-militar estadounidense y uno de sus mayores exportadores), permitiendo al país norteamericano hacerse de un activo estratégico a cambio del ingreso de commodities industriales de baja complejidad.3
En el anuncio del restablecimiento de los aranceles del pasado 10 de febrero la administración de Trump especifica que la reforma incluye “la eliminación de todos los acuerdos alternativos” y “la terminación de todas las exclusiones generales aprobadas”, aclarando que “Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Japón, México, Corea del Sur, la Unión Europea, Ucrania y el Reino Unido habían recibido exenciones” y que esto “impidió que los aranceles fueran efectivos”, agregando que estas medidas crearon “lagunas que fueron explotadas por China y otros con exceso de capacidad de acero y aluminio, socavando el propósito de esas exenciones”. De esta forma, vemos en la presente medida la continuación y expansión de la Guerra Comercial contra “aliados” y “socios”, llevando a foja cero los acuerdos alcanzados en las negociaciones posteriores a la imposición de aranceles llevada a cabo en 2018, abriendo el terreno hacia nuevas renegociaciones bilaterales.
En el final del anuncio, y luego de realizar una férrea defensa sobre la utilización y la efectividad de la aplicación de aranceles, el presidente Trump hace una proclama llamativa, en la cual hace alusión a un análisis económico del año 2024 el cual concluyó que “un arancel global del 10% haría crecer la economía en 728 mil millones de dólares, crearía 2,8 millones de empleos y aumentaría los ingresos reales de los hogares en un 5,7%”, palabras con las cuales finaliza el anuncio de las medidas. Esto deja la puerta abierta a una expansión de las barreras arancelarias en el futuro a muchos más productos, sino a todos, dando cuenta el carácter “global” que le asigna, lo cual pone en la línea del horizonte la posibilidad de una Guerra Comercial “total”.
Teniendo en cuenta este panorama, cabe recordar que, como planteamos en nuestro artículo lanzado en noviembre del 2024 y titulado Milei y la elección presidencial de EEUU: la subordinación estratégica como denominador común, bajo la administración libertaria nuestro país se encuentra inserto de forma subordinada a la estrategia norteamericana. Pese a dicho nivel de alineamiento total y dogmático, los antecedentes y la presente medida indican que EE.UU. no está dispuesto a realizar excepciones sobre la Argentina. Teniendo en claro el lugar que ocupa nuestro país en esta política comercial, es indispensable repasar el estado actual del sector siderúrgico y considerar cómo afecta la imposición de aranceles al acero y aluminio al país.
Golpe al sector siderúrgico y del aluminio nacional en un contexto de crisis económica
La Argentina es productora y exportadora tanto de acero como de aluminio. Parte de dicha producción tiene como destino EE.UU. siendo (en aluminio) el séptimo mayor exportador a norteamérica, por lo que ve peligrar su posición a partir de la imposición de aranceles. Para dimensionar la amenaza, Argentina proveyó de aluminio a EE.UU. – durante 2024 – por un total de USD 515 millones, mientras que las colocaciones de hierro y acero sumaron USD 112 millones.
Las empresas del sector que se ven afectadas por esta medida son principalmente Aluar, productora de aluminio, Acindar, y las empresas del Grupo Techint (Ternium y Tenaris). Entre éstas, Aluar se encuentra en una posición particularmente vulnerable ya que distribuye alrededor del 62% de sus exportaciones entre EEUU y México. Mientras tanto, Tenaris Argentina destina el 46% de sus exportaciones globales al mercado estadounidense y posee una participación del 30% en la operación mexicana de Tenaris, uno de los mayores exportadores a EEUU, volviéndose vulnerable ya que los aranceles incluyen también a México.
Por otro lado, algunas de estas compañías presentan desempeños financieros negativos en el último tiempo que complejizan su situación. Es así que Aluar registra una caída del 16,7% en la Bolsa argentina en los últimos 12 meses, mientras que Tenaris acumula en febrero un descenso del 10,8%.4 Una baja en la demanda estadounidense y la necesidad de buscar mercados alternativos puede empeorar el ya difícil panorama financiero del sector.
A esta crisis financiera debe sumarse la del empleo, derivada de la caída de la producción nacional y de la suspensión de la obra pública por parte del gobierno de Javier Milei que generó un desplome histórico de la demanda y el consumo. Esta situación llevó a que se realicen largas “paradas operativas” en plantas siderúrgicas del país, esquemas de suspensiones con descuentos salariales y anuncios de despidos que movilizaron a los trabajadores de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) a tomar medidas de fuerza para frenarlos.5 Al factor de la demanda y el consumo se suma el actual escenario de atraso cambiario implementado por el gobierno nacional6, el cual deriva en una pérdida de competitividad de los sectores exportadores al encarecerse sus costos en dólares. Es por esto que las acciones de Trump pueden impactar negativamente en los niveles de producción registrados y empeorar la situación de los trabajadores del sector que pueden encontrarse ante una nueva ola de despidos y suspensiones.
La política arancelaria del gobierno de EE.UU. combinadas con las políticas anti industrialistas del gobierno de Milei pueden tener un nivel de impacto sumamente negativo en la toma de decisiones de los empresarios argentinos. Un ejemplo de esto en el pasado fue el accionar de Techint, que se decantó por inaugurar una planta de Tenaris en Bay City, Texas para fabricar tubos sin costura dentro del territorio estadounidense y así superar objeciones antidumping y medidas para-arancelarias de larga data por parte de EEUU. Esto implica la validación de una estrategia de traslado de puestos de trabajo, lo que amenaza los puestos en Argentina de uno de los rubros donde la producción es destinada mayoritariamente para la exportación7, sumando más presión al desempleo en el sector nacional.8
Por lo tanto, esta medida pone en juego una plaza exportadora para Argentina, el ingreso de divisas en un marco de crisis económica y escasez de las mismas, la capacidad de inversión, competitividad y sustentabilidad de las empresas del sector, así como cientos y miles de puestos de trabajo junto con la cadena de valor asociada. Sin embargo, no es la primera vez que la Argentina se ve golpeada por las barreras arancelarias de Trump y la experiencia histórica reciente echa luz sobre cuál es la estrategia del presidente norteamericano cuando aplica estas medidas.
Golpear y negociar: la sumisión no correspondida
En una de sus primeras medidas Trump anunció la imposición de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de dos de sus principales socios, México y Canadá, basándose en la “declaración de emergencia” con respecto a sus fronteras sur y norte aduciendo que sus dos países vecinos eran permisivos con respecto al paso de drogas como el fentanilo y al ingreso de inmigrantes ilegales por dichas fronteras, haciendo de esto una situación de “seguridad nacional”. Sólo tras el compromiso de Canadá y México de reforzar sus fronteras y aumentar el despliegue de seguridad e inversión en la materia9 EEUU accedió a suspender/posponer De esta forma, quedó en evidencia que Trump retomaría en este nuevo mandato la táctica consistente en golpear e imponer la línea de negociación y a partir de ahí llegar a un acuerdo en base a intereses político-estratégicos.
Ante el anuncio actual, la Unión Europea (UE) ya prometió que responderá con represalias y contramedidas como en el pasado, las cuales llevaron a una tregua temporal en 2021 cuando EEUU eliminó parcialmente sus medidas y la UE congeló todas sus medidas restrictivas10. A su vez, Canadá calificó de “inaceptables” los aranceles y prometió resistir con “fuerza y firmeza en caso de ser necesario”, mientras que México planeó que solicitara consultas con el gobierno de EEUU11.
En cuanto a nuestra propia experiencia, cabe recordar que durante el primer mandato de Trump y luego de negociaciones, el gobierno de Mauricio Macri concedió limitar las exportaciones de aluminio y acero para evitar el arancel, y pese a esto, en diciembre del 2019, Washington restauró dichos aranceles contra Argentina como castigo frente a la aplicación de una “masiva devaluación” por parte de Argentina aduciendo “manipulación monetaria”, lo cual “afectaría” a los agricultores estadounidenses.
A su vez, la proclama presidencial anunciada hace referencia a que Argentina ha “seguido exportando acero a los Estados Unidos en cantidades insostenibles, especialmente un aumento reciente de productos semiacabados” y a que “la falta de transparencia de los datos de Argentina ha seguido siendo motivo de preocupación para los Estados Unidos”, planteando, de esta forma y de arranque, una línea dura de negociación comercial para con nuestro país.
A su vez, en el presente de la ola privatizadora de empresas públicas y sectores estratégicos que empuja la gestión libertaria, y teniendo en cuenta la experiencia brasileña con Embraer, con la presente medida del gobierno nortemericano, corren peligro activos estratégicos del país, los cuales pueden caer en manos extranjeras en el marco de una negociación planteada a pérdida en base a la experiencia reciente y el alineamiento dogmático de Milei con EEUU.
Por lo tanto, es de esperar que Trump utilice una vez más la táctica de “golpear y negociar” para luego plantear nuevos acuerdos que se ajusten a sus objetivos estratégicos. Esto toma relevancia en la situación actual de subordinación estratégica a la que la gestión de Milei somete al país, la cual asegura la asimetría en una posible negociación y el descarte del interés nacional y del futuro del sector siderúrgico argentino como objetivos a la hora de buscar una resolución por parte del gobierno argentino.
Conclusión
Esto demuestra, como viene siendo desde que Javier Milei se hizo cargo de la primer magistratura, que la subordinación estratégica hacia EEUU propiciada no se corresponde con beneficios concretos para el país, sino que pone en peligro la soberanía, profundiza la vulnerabilidad de la nación, así como también de la población, en el marco de una Guerra Comercial que no distingue adversarios de aliados.
Esta nueva imposición de aranceles frente a la importación de acero y aluminio por parte de EEUU deja al descubierto que la Guerra Comercial emprendida por Trump en búsqueda de asegurar la hegemonía estadounidense a nivel global frente al ascenso de competidores se encuentra dirigida a adversarios, aliados, socios pero también a países que ya forman parte del engranaje estratégico norteamericano a partir de la subordinación de la política exterior, como es el caso de Argentina y el gobierno de Milei.
Por otro lado, la medida pone en peligro la exportación nacional de dichos metales hacia EEUU, dejando en condiciones de alta vulnerabilidad la situación financiera, productiva y laboral del sector siderúrgico argentino, en el marco de una crisis económica nacional propiciada por las medidas económica del gobierno libertario que deriva en caída del consumo, empleo y producción pero también de productividad debido al atraso cambiario que encarece los costos en dólares de las empresas argentinas.
Desde OCIPEx consideramos necesario el establecimiento de una política exterior autónoma y soberana que busque relacionarse en pie de igualdad con todos los países del mundo, basándose en la multipolaridad y el respeto de la dignidad nacional. Es en base a esta doctrina que debe establecerse la relación con EEUU, en la búsqueda de reforzar la posición nacional y la autonomía de decisión en todos los ámbitos, aprovechando las oportunidad que otorga el mundo multipolar en ascenso desterrando cualquier tipo de dogma o doctrina que no se corresponda con la realidad global, regional y local.
Una política exterior soberana debe priorizar la producción y el trabajo de los argentinos, cuidando los sectores estratégicos nacionales frente a las tempestades desatadas por la puja hegemónica de poder a nivel global y la Guerra Comercial que no escatima en terreno y actores. La Argentina debe enfrentar cualquier medida que afecte sus sectores internos teniendo en cuenta estos pilares, garantizando y expandiendo su autonomía.
Referencias:
1 Adjusting Imports of Steel into The United States. (2025, 10 de febrero). The White House. https://www.whitehouse.gov/presidential-actions/2025/02/adjusting-imports-of-steel-into-the-united-states/
2 Fact Sheet: President Donald J. Trump Restores Section 232 Tariffs. (2025, 11 de febrero). The White House. https://www.whitehouse.gov/fact-sheets/2025/02/fact-sheet-president-donald-j-trump-restores-section-232-tariffs/
3 Merino, G. E. (2019). Guerra comercial y América Latina. Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM, (134), 67–98.
4 Aldaya, F. (2025, 10 de febrero). Aranceles de Trump al acero y aluminio golpearían a Aluar y Tenaris Argentina. Bloomberg Línea. https://www.bloomberglinea.com/latinoamerica/argentina/aranceles-de-trump-al-acero-y-aluminio-golpearian-a-aluar-y-tenaris-argentina/
5 Cañete, A. (2025, 14 de enero). Acindar dio marcha atrás con los despidos, pero la crisis se expande. Urgente24. https://urgente24.com/dinero/acindar-dio-marcha-atras-los-despidos-pero-la-crisis-se-expande-n593650#:~:text=Industria%20en%20crisis,anteriores%20en%20casos%20de%20suspensión.
6 Lomagno, N. (2025, 9 de febrero). Atraso cambiario: el Gobierno lo desmiente, pero dos consultoras clave enumeran señales de un dólar atrasado. Ámbito Financiero. https://www.ambito.com/atraso-cambiario-el-gobierno-lo-desmiente-pero-dos-consultoras-clave-enumeran-senales-un-dolar-atrasado-n6111688
7 Ministerio de Economía. (2021). Siderurgia (Informes de cadena de valor AÑO 6 N° 58 ). https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/fichas-sectoriales_siderurgia_nov_2021.pdf
8 Aranceles de Estados Unidos al aluminio y al acero: cuán expuesta queda la Argentina. (2025, 10 de febrero). infobae. https://www.infobae.com/economia/2025/02/10/aranceles-de-estados-unidos-al-aluminio-y-al-acero-cuan-expuesta-queda-la-argentina/
9 Jiménez, M., & Camhaji, E. (2025, 3 de febrero). Trump suspende un mes los aranceles a México y Canadá tras hablar con sus líderes. El País. https://elpais.com/internacional/2025-02-03/sheinbaum-asegura-que-trump-suspende-un-mes-los-aranceles-a-mexico-tras-hablar-con-el.html
10 Valero, J., & Nienaber, M. (2025, 11 de febrero). Unión Europea promete contramedidas ante aranceles de Trump: “no quedarán sin respuesta”. Bloomberg Línea. https://www.bloomberglinea.com/economia/no-quedaran-sin-respuesta-union-europea-promete-contramedidas-ante-aranceles-de-trump/
11 La UE y Canadá prometen represalias “firmes” contra Estados Unidos por los aranceles al aluminio y acero. (2025, 11 de febrero). LA NACION. https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/la-ue-y-canada-prometen-represalias-firmes-con
tra-estados-unidos-por-los-aranceles-al-aluminio-y-nid11022025/
12 Sardiña, M. (2019, 3 de diciembre). Trump castiga a Brasil y Argentina al restablecer los aranceles sobre el acero y el aluminio. France24. https://www.france24.com/es/20191203-trump-aranceles-brasil-argentina-acero-aluminio
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