Autora: Agustina Sánchez Beck
En una nueva entrada de Agenda 2020 sobre la política exterior argentina y relación con la República Popular China (RPC), desde OCIPEx nos comunicamos con el Ing. Gerardo Ferreyra para que nos cuente su experiencia en el proyecto de inversión de las centrales Hidroeléctricas Kirchner-Cepernic y otros asuntos estratégicos. Gerardo es un empresario nacional, vicepresidente de Electro Ingeniería y no solo se aboca a lo que tiene que ver con la represa, sino que mantiene una mirada estratégica e integral sobre la relación con China.
NC: ¿Cómo ves vos que la relación con la RPC puede favorecer al desarrollo nacional y al federalismo?
GF: Para ponernos en contexto déjame empezar diciendo que durante la administración del gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, llegó un momento, debe haber sido allá por el año 2010, en que la Argentina se quedó sin liquidez para pagar las obras de infraestructura al contado. La decisión estratégica fue tomar deuda para que el país pudiera construir infraestructura. No deuda financiera, no deuda especulativa, sino tomar créditos internacionales para construir infraestructura. Argentina venía de un fracaso en su relación con China, pero, sin embargo, para nosotros, la única forma de financiar proyectos a 20 años era apoyándose en las propuestas de la RPC.
El tiempo nos dio la razón, el proyecto de represas es el mayor financiamiento que la RPC ha hecho en toda su historia al exterior de China. Son 4700 millones de dólares de crédito “Estado a Estado”, que otorgó la máxima autoridad de China que es el SINOSUR, la entidad que analiza el riesgo país. La oferta se hizo en enero de 2013 y el crédito y el primer desembolso se realizaron en febrero de 2015, cuando la Argentina estaba en default para el sistema financiero internacional. A pesar de esta situación, la RPC aprobó el crédito más grande de la historia, también aprobó el crédito del Belgrano cargas y un swap con el Banco Central. Yo vengo nutrido de esa historia, vamos a cumplir 7 años de esto, mientras occidente nos castigaba, nos perseguía, litigaba con los buitres, la RPC aprobaba tres créditos muy grandes a la Argentina. Eso marcaba la justeza del gobierno argentino y la elección de haber ido allí a buscar financiamiento. A pesar de ese maltrato que recibieron los créditos durante el macrismo con la paralización de las obras, yo creo que China tiene tanta complementación con la Argentina que es correcto volver a retomar estos proyectos y buscar otros nuevos.
NC: Quisiera que compartas por qué son tan estratégicas las represas, quizás no todos estamos familiarizados con qué significa una represa, qué le aporta al país, el lugar donde está, incluso recuerdo que vos mencionaste el vínculo que tiene con la causa Malvinas ¿Por qué es una inversión estratégica las represas hidroeléctricas Kirchner Cepernic?
GF: En primer lugar, es un proyecto que fue liderado por la presidenta de ese momento, Cristina Fernández de Kirchner. Ella tomó el proyecto en sus manos, le cambió el nombre. Hasta ese momento, como los billetes del Banco Central que emitía el macrismo que ponía animales, las represas tenían nombre de estancias. Uno se llamaba “La Barrancosa” porque la central hidroeléctrica está alojada en una estancia que se llama así. La otra se llamaba “Condor Cliff” por la estancia donde se localiza. Ella las llamó Jorge Cepernic (ex gobernador de Santa Cruz) y Néstor Kirchner. El gobierno argentino en delegación salió al mundo a presentar el proyecto a muchos lugares del mundo. Con nuestra empresa fuimos únicamente a China porque teníamos la certeza de que ellos eran el socio ideal para un proyecto de estas características. Por la magnitud del crédito, 4.700 millones de dólares el monto aprobado y también por la complementación de las economías. Todo lo que produce Argentina lo consume China, lo necesita. China tiene el 7% de la tierra fértil del planeta, pero tiene el 21% de la población de la humanidad. Ese desfasaje tan grande lo puede cumplir en gran parte argentina. China necesita alimento, biodiesel, energía, minerales, eso lo puede cubrir Argentina. Además, a mí me impulsaba una motivación desde muy adentro: China y Rusia, que son los dos que pelearon fuertemente por quedarse con el proyecto, reconocen la soberanía argentina en Malvinas, que es la gran vecina que tienen estas dos centrales hidroeléctricas. Están separadas por nada de Malvinas, están en frente, como dialogando con las islas. Entonces, cuando China hace una inversión ahí, también hace una inversión estratégica, porque Malvinas es el complemento energético de la energía hidroeléctrica. Allí hay recursos petroleros off shore, gas y petróleo en mucha abundancia y hay mucho alimento también. Es por eso que China, conjuntamente con Argentina llevan adelante este proyecto en conjunto. Para plantar una especie de emblema de soberanía en esa Patagonia que está desierta y que sin embargo tiene tanta riqueza. Por eso la asociación es estratégica.
NC: Desde OCIPEx consideramos que la cuestión Malvinas es un pilar fundamental para tener una política exterior soberana. Me pareció muy interesante tu planteo del vínculo que tiene desarrollar una obra de semejante envergadura, mirando territorialmente nuestras Islas Malvinas, siempre argentinas. Más allá de esta situación estratégica ¿cuáles son las características fundamentales y oportunidades que brinda este proyecto?
GF: Es un proyecto virtuoso. Primero genera energía renovable, pura y limpia. Es una energía que hoy se arroja al mar, a razón de 2 millones de dólares por día. Se desaprovecha la fuerza del Rio Santa Cruz, que nace a 700 metros de altura. Toda esa energía que pasa por ahí se arroja al mar, sin ser utilizada, y es energía renovable y limpia. En segundo lugar, el financiamiento de 121% del total del proyecto, porque es el valor de la obra más el IVA. Los bancos chinos financian todo. Generalmente las inversiones o créditos del BID o el BM (por nombrar solo algunos) que venían al país para infraestructura se financiaba con un monto determinado, el 60% del proyecto, pero sin los impuestos argentinos. Este crédito financia el valor de la obra, más el IVA de la obra. El crédito está diseñado de forma tal de que más avanza la obra, más dólares reales entran al país. No es que entran servicios o solo bienes que se fabrican en otro lado. Entran el pago de los salarios de los 5 mil trabajadores durante 4 años, bienes y obras nacionales.
Una vez terminada la central, hay un período de gracia y comienza el repago del crédito. Éste se realiza con la venta de energía que produce la central. Esta venta cuando se diseñó y se contrató, la venta de energía era el doble de la cuota que se tenía que pagar por el crédito. Ahora que aumentaron las tarifas es mucho más. Es decir, el proyecto hasta que se completa el repago mantiene una balanza de pago favorable para Argentina. A partir del año 15 pasa totalmente a la provincia de Santa Cruz, un patrimonio que representa 5 mil millones de dólares y que genera energía con fuentes de trabajo permanentes en dos grandes centrales. Sirve para también para el turismo y para alimentación porque se sembrarán peces. También sirve para el riego en una provincia que es aproximadamente 70% desierto. Se van a poder transformar 40 o 50 mil hectáreas en tierra cultivable donde se puede sembrar alimentos o criar ganado que van a tener riego. Por eso es un proyecto virtuoso y estratégico para la Argentina.
NC: Mirando un poco el contexto internacional ¿crees que EE. UU. influenció para detener la obra de las represas estos últimos 4 años?
GF: Ahí está la cuestión de que es un proyecto también estratégico. EE. UU. se opuso desde el primer momento a este proyecto. El embajador americano en Argentina un año antes de que comience el proyecto dijo que estaba preocupado por la situación de las inversiones de China en Argentina y que las iba a mantener bajo observación. Eso es un indicador de que les preocupa a EE. UU. que haya polos de desarrollo que no dependan del financiamiento de ellos o que no estén condicionados o manejados por ellos. Por otro lado, lo demostraron a partir del 11 de diciembre de 2015, cuando ellos ganan las elecciones, un proyecto que venía a toda marcha desde febrero de 2015 hasta octubre de 2015, ellos lo detuvieron como primera acción de gobierno.
El presidente electo Mauricio Macri se reunió con a la viuda de Tomkins, que era un ambientalista que había fallecido hace poco tiempo en Chile. La viuda (que no era ambientalista) le recomendó al presidente Macri que tenía que parar ese proyecto porque atentaba contra el medio ambiente. La constitución del 94 establece que los recursos naturales son de titularidad de las provincias: el gas, el petróleo, los recursos hidroeléctricos, son propiedad de las provincias. Y ellas mismas son las encargadas de realizar los estudios ambientales y de aprobar las concesiones o proyectos que se realizan con los recursos provinciales. Por supuesto la provincia de Santa Cruz supervisó el estudio de impacto ambiental, lo presentamos en tiempo y forma y luego de algunas correcciones fue debatido. Se llamó a audiencia ambiental en la provincia y se aprobó lo que permitió la continuidad de todas las obras. Se aprobó lamentablemente un poco tarde, en diciembre de 2015.
El gobierno de Macri desconoce la constitución del 94′. Quita la propiedad del proyecto a la provincia, lo pone en órbita de la nación, bajo el ingeniero Aranguren concretamente, y dicen que el estudio ambiental que se realizó no sirve. Como ahora lo maneja Nación se va a tener que hacer un estudio ambiental supervisado por el Senado de la Nación. Cómo habrá sido de torpe, es otra de las cuestiones importantes a debatir ahora, que la Corte Suprema también dio lugar a un recurso ambiental que había presentado justamente el Dr. Sabsay. Uno de los abogados predilectos del diario La Nación; que también criticaba el proyecto porque no se había hecho el estudio de impacto ambiental por el estado nacional, lo cual no correspondía. Finalmente, la Corte también emite un fallo, y por esto va a tener que responder la Corte, porque en el fallo se decía que no se hizo el estudio ambiental de acuerdo con lo que rige una ley de 1990 que fue superada por la Constitución del 94′. En función de esa ley de 1990, había que hacer el estudio en el Senado de la Nación.
Atropellaron la Constitución del 94′, nos pararon todas las obras desde el primer día y nos plantearon que teníamos que cumplir con un estudio ambiental regido por EDISA y por el Ministerio de Energía. Se dejó de lado todo para hacer caso a un fallo de la Corte del 22 de diciembre de 2016, que ordena parar todas las obras de ambas represas, excepto las obras secundarias, que eran el 6% del proyecto. Nosotros estábamos equipados con personal, con villas, con equipos de construcción para hacer la obra completa al 100%. El fallo nos ordenaba que solo podíamos trabajar el 6%, la ingeniería, algunos caminos laterales, compra de máquinas, pero nada más. Un fallo que yo invito a cualquier abogado o ambientalista, que revise lo que ocurrió ahí.
NC: Vos comentaste en una ocasión que las mismas represas pueden promover el desarrollo industrial en distintas áreas ¿Cuál es el potencial energético en la relación con China?
GF: Uno de los proyectos más importantes ligado a las represas es el de una segunda planta argentina nacional de fabricación de aluminio. Es un proyecto si se quiere similar al que tiene la represa de Futaleufú con la planta de ALUAR en Puerto Madryn. Es una represa casi dedicada. El aluminio es energía eléctrica. El 65% del costo de hacer aluminio es la electricidad que se le incorpora al proceso de fabricación de ese metal. Entonces, tener energía permanente como la de las centrales hidroeléctrica abasteciendo a una planta de aluminio es el complemento ideal. Desde el punto de vista de la industrialización, además de la industria del turismo, de la alimentación, de la generación de energía eléctrica, también puede promover la instalación de plantas de aluminio u otras similares que requieran en la zona. Eso por un lado en desarrollo energético en alianza con China.
El segundo aspecto que es muy importante, que yo a esto un poco lo predicaba, lo militaba en la cárcel a muchos compañeros que me iban a visitar, es que también tenemos una complementación importante con China en lo que hace a la energía nuclear. Argentina es uno de los 5 países en el mundo que logró que una planta de producción de energía nuclear como Atucha II, que estuvo parada 15 años, se ponga de vuelta en marcha a pesar de que el tecnólogo, que era Siemens, había abandonado la actividad nuclear en ese período de 15 años, a raíz de un movimiento de “los verdes” en Europa. Sin embargo, NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina) continuó la construcción de Atucha II, la puso en marcha cumpliendo los estándares internacionales. Ahora, para mí, se viene una etapa nueva de complementación con China. Hubo una licitación importante en el año 2014/15, donde participaron 5 grandes países con tecnología nuclear, entre ellos Rusia y China, y el que hizo la oferta más completa fue China. Porque además de la tecnología más segura, junto con Rusia para la energía nuclear a prueba de los accidentes como el de Fukushima, tiene interés en construir, financiar, transferir tecnología y permitir que una vez que tengamos esa tecnología podamos producir acá y exportar hacia el exterior. Esa es la complementación y desarrollo que permite la asociación estratégica con China, porque esa nueva central nuclear con tecnología Hualong se va a hacer en construcción fundamentalmente con Pymes, cientos de pymes industriales de alta tecnología van a poder participar junto al estado argentino y chino en la construcción de los elementos y componentes que va a tener esa central nuclear y con transferencia de tecnología. Este es el segundo pilar importante junto al de las represas.
NC: Un asunto clave para el desarrollo industrial y nacional es la transferencia tecnológica y es clave para entender por qué China es lo que es hoy. ¿Qué opinas al respecto?
GF: La transferencia tecnológica es un factor clave, particularmente en el área nuclear. Es el modelo que también siguió China. En el proceso de reforma y apertura, a partir que toma la conducción Deng Xiaoping en los años 80, establece asociaciones y convenios de inversión que incluían la transferencia de tecnología. Esto lleva al crecimiento de la demanda interna, a la capacitación interna, el desarrollo, la innovación y la adquisición de tecnología. Esto permite un gran proceso exportador y los saldos exportables hacen que tengan también capacidad de financiamiento para nuevas inversiones en su mercado y nuevas inversiones complementarias como la que está realizando en Argentina. Creo que nosotros somos un país importante pero chico en escala referido a la RPC, tenemos que plantear la transferencia tecnológica y creo que ellos van a estar dispuestos. Eso nos da la adquisición de una soberanía tecnológica y capacitación para nuestras empresas nacionales, para el estado argentino y las pymes.
NC: ¿Cuál es tu mirada sobre la reindustrialización del país como una manera de atravesar la pandemia y resolver el tema de deuda externa? ¿dado el contexto de apoyo de China y Rusia en la cuestión Malvinas, te parece que es momento de volver a insistir en los reclamos en todos los foros multilaterales?
GF: Si, efectivamente eso planteaba ya en la cárcel a las visitas, vuelvo a agradecer a todos los compañeros que me visitaban con mucha asiduidad, también en el arresto domiciliario, ahora yo los voy a visitar a ellos, paradojas de la vida. Yo ya veía el nivel de destrucción del aparato productivo que había originado esa política feroz de endeudamiento y de desnacionalización de lo producido nacionalmente. Yo veía que había habido mucha destrucción y entonces planteaba en ese momento que, de esa crisis tan grande, con tanta desocupación, tanta capacidad ociosa de nuestra industria y tantas pymes cerradas, de eso se sale con una reindustrialización en acuerdos estratégicos como políticas de estado. En acuerdo con Rusia para la defensa, con China para producir todo lo que consumimos acá, porque en ese momento Argentina seguía manteniendo un alto nivel de consumo.
Ahora, tenemos tres grandes plagas, la crisis de la deuda que nos dejó el macrismo, la crisis financiera internacional que se está produciendo y la pandemia. Todo esto se abate simultáneamente sobre el país, lo que está originando trastornos enormes. Va a ocurrir que vamos a tener una necesidad muy fuerte de vivir con lo nuestro, con lo que producimos acá. Porque no vamos a poder comprar cosas del exterior porque no vamos a tener los dólares. Vamos a tener que vivir con lo nuestro, pero ya sabemos vivir con lo nuestro. El proyecto que hizo Perón a partir del 43′, 44′ y 45′ que fue de sustitución de importaciones y desarrollo de la energía nuclear, desarrollo de industrias pesadas estratégica como lo es la industria militar. Hay que retomarlo ahora ya por necesidad, si nos fallan las convicciones y nos falla la inteligencia lo vamos a tener que llevar adelante por necesidad del país, porque no va a haber otra forma que comprar lo que nosotros mismos producimos: vehículos, equipos para el agro, etc. Lo que podamos producir, no el ensamble de celulares, producción. Lo que le propuso el presidente Xi Jinping a la presidenta CFK en ese momento: producir camiones, vehículos, pero sin importar las autopartes que te generan un déficit del 65% en dólares de cada vehículo que producís. El presidente le propuso fabricar el 100% de las autopartes en la Argentina, ese es el modelo que vamos a tener que llevar adelante. Fabricar vehículos, motos, camiones, camionetas, teléfonos íntegramente en la argentina con alianzas estratégicas con China o con Rusia. A partir de las pymes que tienen esas capacidades adquiridas, así como lo conté en lo nuclear también lo incorporo a ser fabricante de autopartes para el caso de los vehículos y también para la defensa en la reindustrialización. Mi planteo es: se sale de esta triple plaga gigantesca con creación de empleo, construcción de viviendas. Porque estamos viendo que la pandemia se expande cuando las condiciones de la vivienda son malas. Por qué sino se expanden los casos en la Villa 31. Porque no tienen viviendas dignas. Hay que construir para la reindustrialización, para el consumo, para la defensa y para la vivienda, pero todo a partir de capacidades que ya tenemos.