*Nota realizada en colaboración con RED de Observadorxs Electorales
El próximo domingo 12 de septiembre se celebrarán en Argentina las primarias abiertas, simultaneas y obligatorias -PASO- para elecciones legislativas de medio término, en las cuales 8 distritos electorales elegirán senadores (Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Tucumán y Santa Fe), al tiempo que se renovarán 127 de las 257 bancas de diputados nacionales de todas las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Las elecciones se llevarán a cabo en un contexto de fuerte polarización y demandas cruzadas entre oficialismo y oposición, lo cual ha sido en buena medida regla tanto en elecciones pasadas a nivel local como en otras elecciones regionales y varias más a nivel global. Pero lo que sin lugar a dudas resulta inédito en comicios contemporáneos es el desarrollo de una contienda electoral atravesada por los desafíos de una pandemia que trastocó toda la vida en sociedad y obligó a analizar y repensar la política y las políticas públicas en todo el mundo.
En este sentido, cabe preguntarse si el devenir de la pandemia y la respuesta de los gobiernos puede ser un factor tanto novedoso como decisivo a la hora de defender su gestión ante un escenario de comicios, o si más bien, pasa a ser un ítem más del accountability pre-electoral, con mayor o menor incidencia según los efectos concretos del Covid-19 en ese país determinado y de acuerdo a los demás conflictos propios de la realidad socio-política de esa nación en cuestión.
Va de suyo que sería inmensurable analizar por el momento en forma cuantitativa la variación de triunfos electorales del oficialismo-oposición pre pandemia y luego de la misma, asi como tampoco de forma cualitativa la incidencia del factor “pandémico” como elemento de elección racional/sentimental como adición de otros tales como el ideológico, económico, identitario, etc.
En cambio, sí proponemos un primer acercamiento inicial a la cuestión, observando los resultados de las elecciones generales, presidenciales y legislativas llevadas a cabo en democracias de corte “occidental” desde el inicio de la pandemia hasta junio del presente año, al tiempo que ponderaremos los principales indicadores epidemiológicos y macroeconómicos de las mismas, en pos de analizar la presencia o ausencia de algún tipo de sesgo entre ambos factores.
Antecedentes electorales en la región y el mundo
Entre el 5 de julio de 2020, cuando se realizaron las elecciones parlamentarias en Croacia y las presidenciales en República Dominicana, y el 6 de junio de este año, en ocasión de las estaduales de México y el ballotage en Perú, se llevaron a cabo 27 elecciones en democracias de occidente, en las cuales hubo 16 triunfos de los oficialismos y 11 de la oposición. Cabe aclarar que en ciertos casos hay matices en lo referido al concepto de “oficialismo”, como lo son los casos de Bolivia o Perú, o en elecciones parlamentarias, donde la fórmula ganadora (sea oficialista u oposición) no necesariamente pudo formar gobierno luego (como en Rumania o Montenegro).
Respecto a la participación electoral, en 13 elecciones hubo un relevante descenso en la participación, mientras que en 7 comicios hubo un aumento significativo de la misma, mientras que en los restantes casos la variación fue nula o despreciable. En cuanto a la variación de porcentajes del ganador con respecto a la elección inmediatamente anterior, para el caso de los oficialismos triunfantes, se da casi una identidad entre la obtención de mejores o peores guarismos: de los datos constatados, 6 oficialismos ganaron con mayor porcentaje de votos mientras que 7 lo hicieron con menor margen.
Situación frente al Covid-19 en los países observados
En el desagregado, seleccionamos las tres principales variables respecto a la situación epidemiológica causada por el Covid-19, ordenadas por ranking mundial, de acuerdo a los resultados periódicos y actualizados del Center for Systems Science and Engineering (CSSE) de la Johns Hopkins University (JHU):
-Países donde ganaron los oficialismos:
País | Contagios por millón de habitantes (posición en el ranking) | Fallecidos por millón de habitantes (posición en el ranking) | Test por millón de habitantes (posición en el ranking) |
Macedonia | 46 | 4 | 93 |
Jamaica | 119 | 97 | 141 |
Nueva Zelanda | 202 | 201 | 89 |
Bolivia | 101 | 38 | 138 |
Georgia | 10 | 23 | 26 |
Rumania | 80 | 26 | 87 |
Portugal | 28 | 30 | 32 |
Ecuador (1ra vuelta) | 113 | 28 | 158 |
El Salvador | 135 | 106 | 140 |
Países Bajos | 20 | 62 | 62 |
Israel | 16 | 80 | 24 |
Bulgaria | 69 | 8 | 85 |
Albania | 87 | 74 | 112 |
México | 117 | 19 | 164 |
-Países con triunfo de la oposición:
País | Contagios por millón de habitantes (posición en el ranking) | Fallecidos por millón de habitantes (posición en el ranking) | Testeos por millón de habitantes (posición en el ranking) |
Rep. Dominicana | 111 | 114 | 143 |
Montenegro | 3 | 7 | 58 |
Lituania | 21 | 32 | 33 |
EE.UU. | 15 | 20 | 31 |
Belice | 102 | 72 | 85 |
Moldavia | 68 | 37 | 109 |
Liechtenstein | 44 | 39 | 47 |
Curazao | 36 | 71 | 38 |
Ecuador (2da Vuelta) | 113 | 28 | 158 |
Perú | 72 | 1 | 100 |
Perú (2da vuelta) | 72 | 1 | 100 |
De esta observación no pueden desprenderse resultados generalizadores, ya que se aprecian victorias de los gobiernos en funciones con resultados en el manejo de la pandemia más o menos exitosos, y lo mismo ocurre en aquellos donde triunfó la oposición. Si es dable remarcar que los casos más y menos éxitos en este ranking sí coinciden con una traducción en las urnas, como lo fue con Nueva Zelanda, Perú o Montenegro. No obstante, y como afirmáramos inicialmente, no sería congruente escindir sin más esta variable inédita de los trasfondos políticos, económicos y sociales recurrentes en dichos Estados. El caso de crisis político-institucional en Perú nos lo recuerda inmediatamente. En este contexto, Argentina se encuentra actualmente en el puesto 19 de contagios por millón, 11 en fallecimientos por millón y 101 en testeos (una variable que ha perdido relevancia con el paso del tiempo).
Variable Macroeconómica
Por otra parte, observamos la variación del PBI durante 2020, de acuerdo al relevamiento del Banco Mundial, arrojando los siguientes datos:
-Países donde ganaron los oficialismos:
País | Variación PBI 2020 |
Macedonia | -4.5 |
Jamaica | -10.2 |
Nueva Zelanda | -1.1 |
Bolivia | -7.8 |
Georgia | -6.2 |
Rumania | -3.9 |
Portugal | -7.6 |
Ecuador (1ra vuelta) | -7.8 |
El Salvador | -7.9 |
Países Bajos | -3.8 |
Israel | -2.2 |
Bulgaria | -4.2 |
Albania | -4.0 |
México | -8.2 |
-Países con triunfo de la oposición:
País | Variación PBI 2020 |
Rep. Dominicana | -6.7 |
Montenegro | -15.2 |
Lituania | -0.9 |
EE.UU. | -3.4 |
Belice | -14.0 |
Moldavia | -7.0 |
Liechtenstein | s/d |
Curazao | s/d |
Ecuador (2da Vuelta) | -7.8 |
Perú | -11.1 |
Perú (2da vuelta) | -11.1 |
En este caso, de manera similar a la variable epidemiológica, también se observan victorias de los gobiernos actuantes con caídas del PBI más o menos abruptas, al igual que en aquellos donde triunfó la oposición. Y nuevamente vemos que los casos “extremo” si cumplen con la lógica -Nueva Zelanda, Perú y Montenegro-, aunque también aparecen excepciones como Jamaica o Lituania. En Argentina, la retracción del producto bruto ha rondado los 10 puntos porcentuales.
En conclusión, no resulta clarificador que los desempeños gubernamentales en materia de salud pública y economía en el contexto de la pandemia hayan tenido, a priori, una incidencia notoria en el comportamiento electoral. Cabe pensar, como sostenemos desde un principio, que dichos comportamientos electorales -tanto los coincidentes como los disruptivos- en relación a las variables analizadas aún tienen más que ver con el contexto político estructural de los Estados más que con la coyuntura del surgimiento de la pandemia.
Hablamos de un contexto de crisis global donde las disputas geopolíticas han llegado a extenderse al campo de las políticas sanitarias y el aparato científico tecnológico, fundamentales para la contención de los efectos de la pandemia y para el desarrollo de una vacuna. Aquí, el gobierno nacional construyó una respuesta frente a la crisis sobre la cual se han enfocado los ejes de su campaña electoral.
Primero, en materia sanitaria, la difusión de los resultados de un plan de vacunación cuya efectividad se traduce tanto en el total de personas vacunadas, números que se encuentran a la par de potencias como Japón y EE.UU., como en la respuesta integral que hizo uso del contexto geopolítico para ser el Estado impulsor del sector científico tecnológico, particularmente de la industria farmacéutica, garantizando la producción nacional de vacunas como es el caso del acuerdo para la producción nacional de “Sputnik V”.
El segundo eje de la campaña es la promesa de recuperación económica mediante la figura de un Estado presente, que en un contexto de crisis ha tomado medidas tanto sociales, como fue el IFE, como medidas para apuntalar el aparato productivo mediante programas como el ATP[1] o el REPRO 2[2].
Considerando estas aclaraciones, queda abierta la pregunta de si la estrategia de comunicación del oficialismo de resaltar la respuesta del Estado nacional se traducirá efectivamente en un resultado electoral positivo. Será por demás enriquecedor seguir estas variables en el mediano plazo para observar su posible irrupción definitiva en los futuros escenarios electorales. En este sentido, sería apresurado entonces sostener que la rendición de cuentas gubernamental respecto al manejo de la pandemia necesariamente jugará un rol determinante en elecciones venideras como la que se aproxima en Argentina.
[1] Programa mediante el cual el Estado contribuyó desde 1.25 hasta 2 Salarios Mínimos Vitales y Móviles por empleado a las empresas que realicen actividades consideradas críticas y cuya facturación de septiembre de 2020 haya caído frente al mismo mes de 2019. El programa significó el pago de aproximadamente 10 millones de salarios por un total de $194.000 millones.
[2] Programa de Recuperación Productiva II (Repro II) para recibir la ayuda del Estado nacional para el pago de parte de los salarios.