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Colorado Añetete. Una mirada sobre el Paraguay de Mario Abdo Benítez.

El regreso de los colorados “auténticos”

El próximo 15 de agosto inicia en Paraguay un nuevo ciclo político que, si bien significa la continuidad en el poder del tradicional Partido Colorado (ANR- Alianza Nacional Republicana), debe leerse también como la llegada al gobierno de un coloradismo diferente del que representó el Presidente saliente Horacio Cartes.

El nuevo Presidente, Mario Abdo Benítez, alcanzó la presidencia luego de competir en una interna partidaria con el delfín de Cartes, el Ministro de Hacienda Santiago Peña, un joven economista formado en Columbia, ex funcionario del Fondo Monetario Internacional, pero con un pecado original imperdonable para los colorados tradicionales, ya que estuvo afiliado desde los 18 años al opositor Partido Liberal.

Esa “mancha” fue aprovechada por el sector de Abdo para continuar con la diferenciación que venían trazando respecto a Horacio Cartes, a quien acusaron de ser un colorado dudoso, un advenedizo sin más laureles políticos que una importante cuenta bancaria.

En ese marco, no fue casualidad que Abdo Benítez llamara a su grupo partidario Colorado Añetete que significa, en guaraní, auténtico o verdadero. Lo hizo en franca defensa de una identidad partidaria que, desde su perspectiva, se había perdido con la llegada de Horacio Cartes al Partido Colorado y posteriormente a la presidencia de la República. El dirigente proviene del mundo empresarial y deportivo, afiliándose a la ANR poco tiempo antes de candidatearse como Presidente, lo cual fue aceptado no con pocas resistencias por muchos militantes de base, para quienes la carrera política debe seguir un cursus honorum desde el trabajo en las seccionales barriales hasta los más altos cargos institucionales.

Sin embargo, allá por 2013 el empresario Cartes ofrecía algo difícil de desmerecer, además de su abultada billetera. Le daba la oportunidad al Partido Colorado de mostrar ante un electorado escéptico una cara nueva en la política, un outsider con un registro de éxito en el mundo de la gestión deportiva y del sector privado, supuestamente alejado de las intrigas de Palacio.[1]   De manera similar a lo que ocurrió en Argentina con Macri o en Chile con Piñera, los paraguayos se inclinaron por un exitoso hombre de negocios que, supuestamente, decían “ya tiene mucho dinero, no va a robar”; tesis por cierto ya más refutada que la cuadratura del círculo.

Mario Abdo Benítez en el 2013 asumió como Senador acompañando el regreso de los colorados al sillón de López. Ese año sucedería también un hecho significativo. Muere su padre, Mario Abdo, poderoso Secretario Privado del Dictador Stroessner y a quien hacen referencia muchos detractores del Presidente electo, emparentándolo con aquellos violentos años de la dictadura más extensa de Latinoamérica.

Si bien Mario Abdo llega al Congreso acompañando a Cartes, poco a poco se fue convirtiendo en un disidente, agrupando a su alrededor diversos líderes del partido que lo llevarían en 2015 a la Presidencia del Senado y, desde allí, a construir su candidatura presidencial; la cual estaría dirigida principalmente a evitar una reforma constitucional impulsada por el Presidente para lograr la posibilidad de ser reelecto[2].

El doble rostro de Marito

Marito, como se conoce popularmente a Abdo Benítez, se presenta con un doble rostro. Por un lado, para los colorados representa un triunfo de la línea tradicional y auténtica, que retorna al poder luego de haber acordado una especie de alquiler de sus banderas a Horacio Cartes. El contrato se venció y ahora la simbología y liturgia partidaria retorna a sus legítimos dueños y, sobre todo, a alguien con un apellido que fue parte del cuatrinomio de oro stronista[3].  Por otro lado, para la sociedad en general, Marito significó una oposición fuerte contra la posibilidad de la reelección de Cartes y un mordaz crítico de la corrupción. Es por eso que el electo Presidente se presenta como el abanderado del respeto a la Constitución y a las instituciones republicanas; así como el enemigo de la impunidad[4].

El debate político que trascendió al plano público en Paraguay transitó por ese andarivel en los últimos meses. No se discutía tanto el modelo económico sino, hacia dentro del coloradismo, quién era más colorado; y hacia la sociedad, quién tenía más posibilidad de poner un freno a Cartes, a sus actos de corrupción y a sus ansias de permanecer en el poder.  En ambas contiendas los votos favorecieron a la facción de Abdo Benítez.

Si bien es interesante tener en cuenta cómo los paraguayos procesaron estas discusiones, aún más es analizar lo que no se puso en cuestión o lo que, si bien fue mencionado por algunos actores políticos, no pareciera haber penetrado ni interpelado a la sociedad. Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH)[5] , Paraguay tiene alrededor de un tercio de su población bajo la línea de la pobreza. Además, a pesar de que los índices macroeconómicos muestran cada año que hay crecimiento, la desigualdad sigue presente, así como también un sostenido proceso de extranjerización de la tierra, sojización y desforestación alarmante.

En este escenario, el doble rostro de Marito convive con las ideas típicas de la derecha latinoamericana; esto es, liberal y pro-mercado en lo económico y conservadora en lo político. Sin embargo, hay algunos matices hacia dentro del coloradismo y en referencia a otros dirigentes de derecha que es importante considerar.

Qué puede esperarse del quinquenio de Marito

La derecha, especialmente la latinoamericana, recibe con aplausos a este joven político. Poco puede esperarse en materia de conquista de derechos civiles, reducción de la pobreza o mayor igualdad. Marito es visto por Macri, Temer y Piñera como uno de los suyos, como un Presidente que no permitirá que Paraguay marque un sendero muy diferente al que ha venido trazando Horacio Cartes. Incluso, hasta algunos se aventuran a especular con que podría ser más funcional que el Presidente saliente, porque cuenta con más apoyo hacia dentro del Coloradismo, con más arraigo en las estructuras de poder clásicas de Paraguay (Iglesia Católica, Multimedios de comunicación y grandes conglomerados agroexportadores) y con una trayectoria algo más limpia en cuanto a sospechas de corrupción.

Por otro lado, siempre pareció hacerle ruido a la Embajada estadounidense el vínculo de Cartes con el contrabando de cigarrillos y con empresarios de la Triple Frontera[6] ; y el fallido intento reeleccionario fue una clara demostración de que los obstáculos no solo venían desde adentro del País[7].

¿Habrán visto en Marito un Presidente que asegurará que Paraguay mantendrá el modelo económico que conviene a los intereses del capital transnacional sin comprometer el esquema de seguridad, vigilancia y control sobre la Triple Frontera y el norte del país que promueve Estados Unidos?

¿Será Marito un colorado conservador pero con rostro social y humano que no habrá de desafiar ni por conveniencia ni por convicción al influyente Arzobispo de Asunción, como amenazaba hacerlo el candidato moderno que proponía Cartes?

¿Tendrá un trato con las grandes empresas de medios de comunicación más acorde a los supuestos de la “libertad” de expresión y de empresa, como parece sugerir al designar como Ministro de Comunicación al CEO del multimedio más poderoso del país?

Por otra parte, es claro que en lo económico tanto Cartes, su candidato Peña y Marito no se diferencian del pensamiento de otros líderes de derecha como Macri, Piñera, Santos o Temer. Pero en lo político se puede trazar una línea entre lo que podríamos llamar derecha moderna (neoconservadora) y derecha tradicional conservadora. Por más que intente aparecer bajo un marketing electoral moderno, Marito es un conservador nato, que se define como pro-vida, pro-familia[8],   y que seguirá atento la línea que el gobierno de Trump le marque en materia de seguridad, lucha contra el narcotráfico, defensa y lavado de activos, entre otras cuestiones.

Seguridad y Defensa Internacional

En lo que refiere específicamente a defensa, una de las promesas de campaña de Marito fue que bajo su mandato se cumplirá efectivamente el Servicio Militar Obligatorio para garantizar que los jóvenes reciban educación, disciplina y un salario. Para ello designó como Ministro de Defensa al General retirado Bernardino Soto Estigarribia, quien ya había ocupado ese cargo durante los inicios del Gobierno de Cartes, renunciando por no haber podido hacer frente a la amenaza del EPP (Ejército Paraguayo del Pueblo).

Durante la gestión de Soto Estigarribia en el mandato de Cartes se había acelerado la cooperación en materia militar con Estados Unidos, la cual se había enfriado durante los cuatro años del Gobierno de Lugo. Según documentos filtrados por Wikileaks, el gobierno norteamericano presionó al entonces presidente Lugo para que la cooperación militar no se frenara, algo que el Presidente paraguayo intentaba hacer para adecuarse a los pedidos del Consejo de Defensa de la Unasur[9].

Ya durante el gobierno de Cartes y estando el Ministerio de Defensa bajo el liderazgo del Ministro Soto Estigarribia el vínculo militar con EEUU se reanuda, a tal punto que se inauguró el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en una base militar situada al norte del país, a 100 km. de la frontera con Bolivia y de los yacimientos de gas de Tarija. La base se ubica en la pequeña ciudad de Mariscal Estigarribia, nombre que rememora a aquel héroe de la Guerra de la Triple Alianza a quien poco honor le hace unos de sus descendientes.

El COE es en realidad una base militar que sirve de punto de apoyo para la proyección geopolítica y militar de Estados Unidos en el Cono Sur y que se disfraza bajo un ropaje humanitario, sirviendo supuestamente para hacer frente a eventuales desastres naturales. No es casual que este Centro funcione en una base que, si bien fue creada en los ochenta por Stroessner, en el año 2005 tuvo una mejora en infraestructura con características algo excesivas para la dimensión de las Fuerzas Armadas paraguayas. Además, en ese año Paraguay firma un acuerdo con Estados Unidos para autorizar el ingreso, permanencia, libre tránsito e inmunidad diplomática a efectivos de esa nacionalidad.

Bajo la Presidencia de Marito y con el Ministerio de Defensa de nuevo en manos de Soto Estigarribia es de esperar que el COE siga mejorando su infraestructura en base a razones “humanitarias”.

Lineamientos de política exterior y comercio

Es posible prever que Paraguay se conducirá internacionalmente basculando entre dos ejes, de acuerdo a sus prioridades en materia de seguridad y libre mercado.

Por un lado, la política exterior en lo que refiere a seguridad internacional se habrá de mantener en la línea trazada por los Estados Unidos, la cual puede observarse con claridad en los comunicados públicos que difunde la Embajada norteamericana en Asunción respecto al lavado de activos, lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo. Cada enemigo del Mundo Islámico constituido por las potencias dominantes supuestamente ha tenido o tiene bases terroristas en la triple frontera, ya sea que se trate de Al Qaeda, Hamas, Hezbolla o ISIS. Y esa ha sido la excusa para posicionarse en Paraguay.

Por otro lado, en cuanto a lo comercial, Rusia será un aliado muy importante. De hecho, luego de visitar a Temer y a Macri, el Presidente electo viajó a encontrarse con Vladimir Putin. Lo acercan más sus intereses agroexportadores que geopolíticos, sobre todo si tenemos en cuenta que Paraguay no mantiene relaciones con China continental.

El programa de Marito continuará en la senda de lo avanzado por Cartes, impulsando las exportaciones de soja y carne, además de triangular con Brasil y Argentina productos importados que ingresan con bajos impuestos.

En el plano regional, el objetivo del nuevo mandatario será manejarse con equilibrio entre Brasil y Argentina, con los cuales deberá afrontar negociaciones por la continuación de obras en la Represa Yacyretá y por la renegociación del tratado con Brasil por la represa de Itaipú. El Presidente Macri está particularmente interesado en que Marito Abdo no oponga obstáculos ante la necesidad de ampliar la potencia energética de Yacyretá mediante la instalación de tres turbinas en el brazo Aña Cua.

Conclusión

José María Rosa en su obra “La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas” dice: “Inglaterra no quería el aniquilamiento de Paraguay ni su reparto: le bastaba con derrocar a López, arrasar la fortaleza de Humaitá que impedía la libre navegación, demoler los altos hornos de Ibicuy y la fundición de Asunción en nombre de la libre empresa y dejar un Paraguay liberado, agrícola y democrático, un gobierno dócil de abogados y clubmen amables.”[10]

En pocas palabras, Rosa describía el Paraguay de hoy, el que le deja Cartes a Marito y el que éste intentará mantener. Ese Paraguay conoció, durante el breve y tibio lapso de los cuatro años de Lugo algo diferente, que no pudo sostenerse en el tiempo. Aun así, las esperanzas de un cambio no están perdidas. Marito le ganó a la Alianza liderada por Alegre y Lugo por menos de 100.000 votos. Una cifra bastante más ajustada que los más de 200.000 votos de diferencia que había obtenido Cartes en 2013.

Esta escasa diferencia no era lo esperado por la sociedad en general ni lo que decían las encuestas, lo cual demostró que sin contar con los recursos del Estado y enfrentando al aparato partidario de dos pesos pesados como Cartes y Abdo, la oposición pudo realizar una buena elección. Queda ahora bajo su responsabilidad conservar la unidad, realizar propuestas superadoras y aprovechar la intensa lucha interna que ya se observa habrá entre el Cartismo y Marito.

Por el momento, el Paraguay de hoy tiene su mira en exportar productos primarios, principalmente a Rusia, continuar con la cooperación en seguridad de EEUU y mantener una buena relación en materia energética y comercial con Brasil y Argentina. Estos serán los ejes principales que podremos ver en política exterior.

Lo que difícilmente veremos es un nuevo Paraguay, preocupado por disminuir la dependencia con respecto a los grandes centros de poder regional y global o con algunas, aunque sean débiles, señales de autonomía política a nivel internacional. En 2017 la coincidencia de voto con EEUU en las 17 resoluciones consideradas de importancia en el ámbito de la Asamblea General de Naciones Unidas fue de 65%, superando a Argentina (59%), México (59%), Colombia (56%), Brasil (44%) y Chile (44%), países que han tenido en los últimos años un acercamiento importante a EEUU[11].  Durante los próximos cinco años se prevé algo similar.

Lo que decía Rosa en relación a Inglaterra lo podemos decir respecto a EEUU. Mientras Paraguay siga guiándose por metas de inflación, política fiscal disciplinada, deuda pública en torno al 20% de su PBI, buenas calificaciones de agencias de riesgo que le permitan acceso de mercados internacionales de capital, ingreso irrestricto de Fuerzas Armadas extranjeras y agentes de  FBI y DEA, no representará una amenaza para los poderes transnacionales. Seguirá siendo, claro está, un ariete de tales fuerzas en el Cono Sur, aquello que buscaron Mitre y sus aliados, con mirada estratégica, hacia fines del Siglo XIX en la cruenta Guerra Guasú.

[1] En el año 2008 el Partido Colorado fue vencido por primera vez en una contienda presidencial luego de 61 años, asumiendo la Presidencia Fernando Lugo, quien sufrirá un golpe institucional en el año 2012. En ese Paraguay convulsionado se empieza a gestar la candidatura de Cartes.

[2] En Paraguay el periodo presidencial es de cinco años y la Constitución Nacional no permite la reelección.

[3] Se conoce como cuatrinomio de oro al círculo de mayor confianza que acompañó a Stroessner durante su gobierno. Lo integraban Mario Abdo Benítez (Secretario Privado), Sabino Montanaro (Ministro del Interior), Adán Godoy (Ministro de Salud) y Eugenio Jacquet (Ministro de Justicia y Trabajo).

[4] En la ceremonia de proclamación como Presidente electo afirmó: “Quiero unir al pueblo en una lucha frontal contra la impunidad, que es el mayor cáncer que tiene nuestro Paraguay. Sin impunidad, la corrupción tiene los días contados.” http://www.abc.com.py/nacionales/marito-lucha-frontal-contra-la-impunidad-1706112.html

[5] Encuesta Permanente de Hogares. http://www.dgeec.gov.py/Publicaciones/Biblioteca/pobreza/presentacion%20Pobreza%202017.pdf

[6] En un informe titulado “The many criminal heads of the Golden Hydra”, Vanessa Neumann y Stuart Page, investigadores de la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, presentan a Cartes como líder del contrabando de cigarrillos en la Triple Frontera, vinculado al lavado de dinero y arquitecto de una estructura organizacional corrupta en la cual el Ejército y la Policía también participan. El informe es financiado por dos ONGs internacionales de derecha, Asymmetrica y Counter Extremism Project. Más que interesarnos en los rasgos tendenciosos de la investigación, lo que resulta relevante es que demuestra la preocupación y temor de parte de la derecha internacional con respecto a Cartes, a pesar de haber sido “uno de los suyos”. Puede consultarse el informe aquí:

https://www.counterextremism.com/sites/default/files/The%20Many%20Criminal%20Heads%20of%20the%20Golden%20Hydra%20%28May%202018%29.pdf

[7] Según se desprende de la información de Wikileaks, en realidad Cartes venía siendo investigado desde hace muchos años por la DEA y el FBI. http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/02/14/paraguay-horacio-cartes-dirigia-una-red-de-lavado-de-dinero-segun-wikileaks/

[8] Durante la campaña por la elección interna,  Santiago Peña realizó algunos comentarios que indicaban una mayor apertura en temas de género y diversidad sexual. Marito aprovechó la oportunidad para congraciarse con el electorado conservador paraguayo y dijo “Sin discriminar, yo no creo que el Partido Colorado deba propugnar una reforma constitucional para permitir el matrimonio (igualitario). Yo creo que en los principios bíblicos, el Génesis y yo creo en la familia”. http://www.ultimahora.com/marito-se-declara-pro-vida-y-familia-y-rechaza-matrimonio-igualitario-n1084954.html

[9] http://ea.com.py/v2/ee-uu-insistia-en-tener-presencia-militar-en-paraguay-bajo-la-excusa-del-epp/

[10] Rosa, José María. “La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas” (1986). Ed. Hyspamerica. Buenos Aires.

[11] Informe sobre votos en Asamblea General de Naciones Unidas https://www.state.gov/documents/organization/281458.pdf

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