Autora: Agustina Sánchez Beck
“Política Nuclear para el desarrollo nacional – Desafíos del Sector Nuclear Argentino”
El martes 3 de noviembre desde el OCIPEx realizamos el primer encuentro del Ciclo de Conferencias de Sectores Estratégicos “Política Nuclear para el desarrollo nacional – Desafíos del Sector Nuclear Argentino”
Presentación
Bajo la premisa que la ciencia y la tecnología son pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad justa y equitativa; que la inversión en el sistema científico y tecnológico nacional y soberano debe tener un impacto positivo en la comunidad; que nuestra ciencia debe pensarse en pos del bienestar del pueblo argentino, debiendo potenciar y dar respuestas a nuestras economías regionales, el moderador Federico Sciorra Mei, Investigador OCIPEx, dio comienzo a las presentaciones.
Actualmente la Argentina es un país con capacidades medias, tecnológicas e industriales pero que no ha logrado completar su ciclo industrial. Esta situación está íntimamente relacionada con los vaivenes políticos de nuestra historia, que pendulan entre el desarrollo tecnológico soberano y procesos de desindustrialización. Los procesos de políticas neoliberales pusieron fin al desarrollo tecnológico en la Argentina y asumen un rol de dependencia total con las potencias industriales.
La historia de la tecnología nuclear en la Argentina es una historia de desarrollo de capacidades tecnológicas estratégicas en un marco de condiciones de debilidad propias de un país de la semi periferia. El desarrollo nuclear se ha consolidado de manera relativa como una política de Estado y ha logrado articular de manera virtuosa los tres elementos fundamentales para el desarrollo: el gobierno, la estructura productiva y la infraestructura científico tecnológica.
El sector se encuentra en la actualidad frente a numerosos desafíos, este encuentro propone dar un debate serio que tenga por fin reactivar y potenciar las capacidades nucleares argentinas.
Agustina Sánchez, Investigadora OCIPEx y especialista en Relaciones Internacionales
La investigadora propuso que “una de las principales problemáticas de los países de la periferia o semiperiferia son los obstáculos que estos encuentran al momento de generar políticas tecnológicas que hagan posible motorizar procesos de desarrollo autónomos en sectores estratégicos”.
Ésta problemática tiene complementos específicos como “la inestabilidad institucional, la concentración económica de sectores estratégicos de la economía”, por lo tanto los mismos son factores que “han impedido la construcción de capacidades organizacionales, regulatorias, científicas, industriales y productivas, necesarias para gestión de estas tecnologías estratégicas que podríamos denominarlas como capital intensiva o lo que Jorge Sábato llamó ‘tecnologías de tecnologización’ o ‘industrias industrializables’”.
Continuó con la descripción de esta problemática en la Argentina, en donde observa un proceso de “estancamiento dinámico” caracterizado por momentos o períodos en donde “los procesos de industrialización agregado de valor, diversificación de la matriz productiva, crecimiento económico y redistribución de la riqueza” son intercalados por procesos “de extranjerización y primarización de la economía, reducción del gasto público, toma de deuda, evasión y fuga de capitales”.
Desde su perspectiva, el “estancamiento dinámico” está vinculado con “el lugar geopolítico y geoeconómico que se ha asignado a la Argentina, dentro de América Latina y el Caribe, en la distribución del poder a nivel global”
Explica que esta situación geopolítica, haciendo un repaso histórico sobre la centralidad que adquiere el desarrollo científico tecnológico a partir de la segunda guerra mundial cómo instrumentos de poder. “Estados Unidos se consolida como potencia nuclear, a partir del desarrollo de sectores de alto contenido tecnológico principalmente en el sector de la defensa. Sectores que son capaces de traccionar la totalidad del entramado científico tecnológico, industrial productivo, comercial y también académico a la concreción de objetivos establecidos por el interés nacional. Lógica que fue replicada por las potencias centrales de la época que se consolidan en esa distribución del equilibrio de poder a nivel global que lo podríamos graficar en la OTAN. Es a partir de este escenario que el sector es considerado sensible para los países del eje noratlántico anglosajón, porque son justamente los que le permitieron la consolidación de poder y por lo tanto la difusión de estos procesos y la generación de conocimiento y aprendizaje de estos procesos va a ser profundamente tergiversado y presentado de manera distinta para los países del “tercer mundo”. Desde el “Consenso de Washington” la normativa internacional, se ha orientado a dificultar a la difusión del conocimiento tecnológico, acompañado de un proceso de privatización del conocimiento, regímenes estrictos de propiedad intelectual, el patentamiento, marcos regulatorios sumamente leoninos y de una academia hegemónica que se instrumentó a partir de organismos internacionales que se empezarían a ocupar del problema del desarrollo de los países del “tercer mundo” generando recetas pensando al subdesarrollo como etapa previa al desarrollo. Esto estuvo acompañado de una sobre ideologización del libre mercado que va a buscar consolidar la idea de que el Estado en los países centrales no interviene en los sectores estratégicos.”
Luego planteó que si se realiza una aproximación se puede observar que “los procesos de industrialización de las empresas más grandes de los Estados Unidos, dependen de subsidios gubernamentales, con marcos regulatorios favorables a las actividades de I+D, protección de propiedad intelectual, etc.” Explicó que, si bien estos procesos se dan en los países centrales el “desarrollo científico tecnológico nuclear en el resto de los países no centrales, es limitado, argumentando que es un factor desestabilizador, siendo objeto de múltiples estrategias de obstaculización y bloqueos.” “La historia argentina muestra cómo esta estrategia se tradujo en procesos de desmantelamiento de sectores institucionales y organizacionales, es decir, en las estructuras donde se dan los procesos de acumulación de conocimiento de ideas y valores a partir de los cuales un país puede ir consolidando su camino al desarrollo. En articulación con los grupos de poder fácticos locales, fueron justamente los gobiernos de facto y los gobiernos de ideología neoliberal los que impulsaron esta desestructuración del sector científico tecnológico a nivel nacional.”
La expositora repasó los principales hitos de la historia nuclear argentina que da inicio a “un proceso virtuoso a partir de 1950, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, el sector nuclear comienza a recorrer un camino de acumulación y escalonamiento de conocimiento, generando un ‘ecosistema nuclear’ que posteriormente, permitió el desarrollo de una industria estratégica como lo es la satelital o la nanotecnología. Este proceso implicó romper con la estructura geopolítica que se le asigna a países como el nuestro que nos ubican como importador neto de tecnología. El sector nuclear argentino logró sortear las presiones internacionales del monopolio impuesto por las potencias centrales de la tecnología nuclear, fundamentada en el desarrollo pacifico de esta tecnología. Argentina ha sido capaz de acceder al conocimiento y los beneficios económicos e industriales que deviene de esta tecnología.”
En el plano regional mencionó la importancia que tuvo la relación con Brasil. “La relación con Brasil fue clave, la creación de la agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares desde la década del 80’ le permitió a dos países de la semi-periferia desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos y también lograr romper con la maquinaria hegemónica que instalaba la idea que el desarrollo de tecnología nuclear iba a generar una escalada y posibles conflictos bélicos en la región.”
Por último, concluyó su presentación detallando las características de un Estado que busque desarrollar sectores estratégicos “un estado robusto e inteligente, capaz de conducir, administrar y coordinar aquellos desarrollos estratégicos que permiten tensionar e incidir en las relaciones de poder existentes en el escenario internacional con el objetivo de garantizar la soberanía nacional. Es necesario que la política nuclear se efectivice de una vez y para siempre como una política de estado de la república argentina”.
Verónica Garea Directora Ejecutiva Fundación INVAP.
Su participación en la conferencia es en calidad de profesional del sector, con más de 30 años de experiencia. Ninguna opinión expresada es en nombre de la Fundación INVAP o INVAP y no se las debe interpretar como opiniones institucionales.
Comenzó haciendo énfasis en que todo cambio de matriz energética tiene que tener en cuenta la real dimensión de la demanda existente. “La idea de que la transición energética va a estar centrada en las energías renovables, en realidad no tienen un sustento tecnológico sólido. Si bien se aseguran que no tienen emisiones, estas energías son intermitentes. La energía eólica se genera con el viento, la energía solar con el sol y sabemos de un análisis muy sencillo del consumo de energía que hay al menos un consumo de base que necesitamos producir 24 horas y 7 días a la semana con variaciones en la demanda en función de la actividad. Notablemente uno de los picos de demanda se da cuando todos volvemos a nuestros hogares, en la etapa del final del día en donde por ejemplo la energía solar no estaría disponible. Si bien (las energías renovables) parecen plantear una solución al problema, son sólo una parte de la solución. La otra parte es una energía de base que no tiene emisiones de gases de efecto invernadero como los que tienen la quema de combustibles fósiles. Esa energía no es algo del futuro o milagroso, es una tecnología que ya existe y es la energía nuclear. La energía nuclear es energía de base, con bajas emisiones, basada en tecnología consolidada y madura pero que todavía tiene espacio para la innovación tecnológica. Tanto como respuesta a la crisis climática, como opción para el desarrollo tecnológico de un país como el nuestro, es una propuesta interesante y necesaria.” “La comisión nacional de energía atómica, este año cumplió 70 años. La empresa que desarrolla energía nuclear en Argentina tiene ya 44 años.”
Continuó su exposición trabajando sobre la idea de que el sector nuclear tracciona capacidades productivas en muchos otros sectores. “Lo que ha demostrado la tecnología nuclear a lo largo de su historia, es una gran traccionadora de capacidades productivas. Una central nuclear o cualquier dispositivo de tecnología nuclear son dispositivos que llamamos complejos. Es prácticamente imposible que una sola organización o empresa pueda producir todos los componentes y todas las partes que se necesitan para el desarrollo de una instalación nuclear. Esto generó el desarrollo de empresas pymes a lo largo y a lo ancho del país en sectores como la metalmecánica, electrónica, de provisión de servicios de ingeniería, de diseño, de verificación, de desarrollo de software, etc.”
En el mismo sentido mencionó que “una de las grandes características que tiene el sector y la industria nuclear es el desarrollo de cadenas de valor. En la Argentina van desde el dominio del ‘ciclo combustible’, pasando por el diseño y construcción de reactores de investigación y plantas asociadas, el desarrollo de materiales, tecnología para el tratamiento industrial de estos materiales complejos, procesos de soldadura, tecnología para el desarrollo de radioisótopos y todas estas cadenas tecnológicas se desarrollaron desde la generación del conocimiento básico en la investigación hasta la aplicación en una instalación para la producción de energía o para la generación de radioisótopos, la capacitación de RRHH o la generación de neutrones para investigación. No es una promesa, no es un sueño, es una realidad. La tecnología nuclear es ‘La Tecnología’ de exportación de nuestro país. Esa capacidad de exportación es el fruto de estos 70 años de historia, del sostenimiento del desarrollo de conocimiento y de la transformación de ese conocimiento en implementación industrial pura y dura.”
“La tecnología nuclear permitió el desarrollo de otras de altísimo valor agregado como la tecnología espacial, el Ing. Eduardo Santos expresa que la silla argentina en el G-20 tiene dos nombres “nuclear” y “espacial” y la segunda es consecuencia de la primera. “
Haciendo referencia a los marcos legales internacionales que limitan los avances por parte de los países no centrales, puso énfasis en la sinergia del vínculo público-privado característica del sector nuclear argentino y recordó el episodio de Pilcaniyeu “un ejemplo que tiene connotaciones geopolíticas es lo que pasó en Pilcaniyeu en la década de los 80′. Ante la negativa de los Estados Unidos de vender uranio enriquecido a ciertos países de la periferia, entre los cuales estaba la Argentina, surgió la necesidad de desarrollar tecnología de enriquecimiento de uranio. Ese desarrollo fue posible gracias a la sinergia entre la Comisión Nacional de Energía Atómica, la responsable del desarrollo de conocimiento en el sector nuclear, con INVAP una empresa que si bien es propiedad de la provincia de Rio Negro, funciona a todos los fines prácticos como una empresa privada.”
La Comisión Nacional de Energía Atómica es uno de los agentes claves del sistema científico tecnológico nacional. Muchos desarrollos que no tienen nada que ver con lo nuclear, se han llevado adelante en el seno de la CoNEA, que fue creada con el objetivo de desarrollar conocimiento en el sector nuclear, pero también en conocimiento que resulte en tecnología compleja: la nanotecnología, los paneles solares y las antenas de los satélites de observación de la Tierra y de los satélites de comunicación, entre muchos otros. “
En cuanto a su visión sobre los desafíos que tiene por delante el sector mencionó la importancia de trabajar sobre la “licencia social”. “Lo vivimos dramáticamente con el fiasco de la quinta central que se iba a instalar en la pcia. de Rio Negro… Es un problema serio y como sector se tiene que abordar de manera interdisciplinaria y entendiendo cuáles son los mecanismos que necesitamos para que la “licencia social” sea una realidad.
Como segundo eje planteó la necesidad urgente de “poner esfuerzos a los reactores modulares pequeños o los SMR según sus siglas en inglés. Argentina tiene todas las capacidades, no solamente tecnológicas de conocimiento, sino también de escala industrial, como para llevar adelante una, dos o varias líneas de reactores modulares pequeños, para poder tener un nuevo producto de exportación.”
Concluyó su presentación haciendo referencia a la necesidad de mirar a “la tecnología nuclear como un desarrollo tecnológico regional, ya no solamente para nuestro país sino para nuestra región. Aunando capacidades y haciendo de América Latina un lugar, dentro de la geopolítica mundial, que puede complementar sus capacidades y llevar adelante desarrollo de tecnología nuclear, de manera conjunta, con fines pacíficos.”
Diego Hurtado (Secretario de Planeamiento y políticas de CTI del MINCyT)
El físico Hurtado repaso la actualidad del sector y las políticas de los últimos años las cuales caracterizó como “un efecto de desgaste político, tuvimos cuatro años de un gobierno que se dedicó a hacernos perder tiempo, a señalar metas que quedaron abandonadas, se dijo que se iba a retomar el acuerdo con China, después se iba a reestructurar, finalmente llegamos al 2019, nuevas elecciones y no se hizo nada. Empezamos un nuevo gobierno con muchas esperanzas, con algún entusiasmo, de poder retomar una política nuclear proactiva y la verdad que tuvimos algunos meses de mucha decepción. Es lo que yo llamo “efecto desgaste”.
Continuó marcando la gran diferencia que existe, entre los países de la semi periferia y los centrales, cuando se habla de sector estratégico. “Para un país como la Argentina, un sector estratégico es aquel que le permite construir un sendero de desarrollo social y económico, pero también que le permita superar obstáculos, condicionamientos y marcos jurídicos adversos concebidos para evitar que se desarrolle. En este sentido, el sector nuclear cumplió un rol central muy virtuoso, muy proactivo como sector estratégico para un país en desarrollo. Este sector muestra casi todos los rasgos que un país le puede pedir a un sector en condiciones geopolíticas muy adversas.”
Realizada esta definición, pasó al debate y disputa existente en el sector sobre los modelos de centrales nucleares Hua Long vs. CANDU. Centralizó la incorporación de nuevas tecnologías respecto a los modelos CANDU haciendo referencia al patentamiento por parte de los EEUU de “un nuevo tipo de combustible que le permite mejorar la performance de quemado de combustibles a las centrales de modelo CANDU. Debemos preguntarnos si la entrada de los EEUU a la tecnología CANDU con este nuevo tipo de combustible no reconfigura el escenario respecto de esta disputa de Hua Long vs. CANDU. Como contrapartida mencionó que para la Argentina “comprar una central tipo Hua Long a China, una central de uranio enriquecido y agua presurizada, supone que el combustible será provisto por China por lo menos entre 5 a 8 años. Podría empezar a ser nacional después de este período si China califica al proveedor local, pero el uranio enriquecido debería ser importado.”
Volviendo sobre las posibilidades de los modelos CANDU remarcó que “las capacidades locales son claras. Como se mencionó con anterioridad, los procesos de extensión de vida, el reemplazo de los componentes pesados, todo de fabricación nacional: tubos de presión, tubos de calandria, generadores de vapor, algunos intercambiadores de calor, lo más importante para pensar la continuidad del ciclo CANDU, es la cadena de valor del combustible. El principal logro del sector nuclear argentino, a mi juicio, es haber completado la cadena de valor del combustible nuclear. Esto probablemente sea uno de los logros más importante de la historia de la tecnología argentina, me animo a decir de la región. No hay muchos casos en donde un país haya podido generar valor agregado. Finalmente, la elección de este tipo de central nos permitiría sostener nuestra central de agua pesada ENSI, de lo contrario todo esto que vengo mencionando estas capacidades nucleoeléctricas iniciarán un proceso de disipación, se irían perdiendo. El problema que plantea la CANDU es quién financia la cuarta central.”
Sobre la cuestión climática puso foco en que “hay que pensar la matriz energética anunciada por China para el 2060. Este país sostiene que, para ese año, la energía eléctrica va a representar el 80% de su matriz energética. Y para lograr ese objetivo planea cuadruplicar las capacidades nucleares actuales, estimo que eso supone una República Popular China con 200 reactores de potencia.”
Concluyó su presentación haciendo un repaso de la institucionalidad nuclear argentina, las responsabilidades y obligaciones de la CoNEA y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. “Por un lado, la responsabilidad de impulsar una política sectorial y por el otro lado dotar a la institución de mayores capacidades, justamente para producir lo que se espera de dicha institución. Me parece que este segundo aspecto es lo que no está sucediendo en la CoNEA, se discute de políticas, pero las capacidades institucionales, debido a pujas políticas y falta de toma de decisiones, se están disipando. El día que se intente aplicar políticas o se intente dotar a la CoNEA del rol de liderar en la definición de agenda en la investigación y desarrollo para el sector nuclear, probablemente nos encontremos con que las capacidades institucionales sean menores de las que necesitábamos o podríamos haber tenido a disposición si se hubiese cuidado la institución que para el sector nuclear juega un rol central. La CoNEA debería liderar las agendas de I & D de una política de transición energética, coordinando con otras instituciones como el INTI, como Fabricaciones Militares, junto a las Universidades Nacionales, me parece que la CoNEA no debería escapar al rol de liderazgo. Lo que vemos en la CoNEA es una tendencia al encapsulamiento, al no aceptar un rol de liderazgo, tal vez al no entender que no existe otro espacio institucional equivalente y las capacidades de gestión tecnológica que hay en la comisión nacional de energía atómica probablemente no existan en otro lugar. Las capacidades de gestión tecnológica probablemente sea lo que más escasea en el campo de la ciencia y la tecnología y la industria en América Latina, me parece que sería un rasgo de grandeza volver a colocar en el lugar que se merece al sector nuclear si la CoNEA pudiera repensar su rol, como lo fue en otros países donde las políticas de transición energetica están siendo lideradas pot el sector nuclear.”
Comentarista: Nicolás Malinovsky (Investigador del OECYT e integrante de Pueblo y Ciencia)
El investigador realizó una síntesis de las exposiciones anteriores sumando datos específicos sobre ciertos conceptos volcados en las mismas. Sobre la transición energética remarcó la paralización de la producción y el consumo de petróleo a causa de la pandemia global. Describió el escenario internacional de la disputa entre los modelos de fracking, que viene llevando adelante EEUU; y los proyectos de descarbonización que se plantearon países como China, Japón y Corea. “La OPEP anunció en su último informe que, a finales del 2030, se va a estabilizar la demanda de hidrocarburos y va a empezar a declinar, claramente ya se está visualizando la transición energética como una realidad”.
Continuó con un repaso sobre la federalización del entramado productivo del sector nuclear poniendo énfasis en que permite un desarrollo con trabajo genuino y crecimiento en cada localidad. En ese sentido, concordó con las opiniones previas sobre que Argentina no puede dejar pasar las oportunidades sobre los reactores SMR o modulares “Argentina tiene el prototipo en desarrollo, el CAREM, tiene que ser el vector que abogamos todos los sectores para que salga a flote, es un desarrollo que tiene que ser para la región y el mundo”.
Concluyó sobre la importancia de los acuerdos económicos “el acuerdo con China no es solamente el acuerdo por una central nuclear, viene asociado a otras áreas más allá de la energética. Están los planes agroalimentarios, planes de desarrollo industrial y productivos en general, la energía en el marco de la construcción de una central, se enmarca dentro de todos estos acuerdos. Habrá que ver en estas negociaciones cómo el plan nuclear nacional se incluye y que pueda ser punta de lanza para motorizar los sectores científico y tecnológico y productivo.”
Ronda de preguntas
La conferencia concluyó con una ronda de preguntas de la audiencia que dentro de las más relevantes están: los interrogantes sobre los beneficios de la tecnología nuclear aplicada a la agricultura; la posibilidad sobre la construcción de nuevas centrales nucleares en argentina; y por último la preocupación sobre los repositorios geológicos profundos para los residuos de la actividad nuclear.
Veronica Garea hizo hincapié en que “la tecnología nuclear es la tecnología de agro-alimentos, ya tienen relación. Su forma de aplicación de radioisótopos en la agricultura es algo conocido, se puede aplicar para el estudio de hidrografía, el comportamiento hídrico de un terreno que se quiere producir. Un tema que hay que debatir es la irradiación de alimentos, un proceso que suele tener una licencia social dudosa y sin embargo, la irradiación de alimentos para su conservación, sobre todo para alimentos de exportación, es una tecnología viable, segura y muy apta para nuestro país. Hay una sinergia entre el agro y la tecnología nuclear.”
Sobre el tema de los residuos radiactivos mencionó que “el material que sale de las centrales nucleares no es un problema, son materiales que tienen una gestión tecnológica apropiada, viable y segura. El problema es la liberación de residuos de la producción de energía a través de la quema de hidrocarburos, ese es un problema… En Argentina hay un problema con el esquema legal ambiental en general, creo que requiere de una revisión y una reestructuración para poder tener una legislación sólida que incluya al material radioactivo también.”
Diego Hurtado contestó sobre las posibles fechas y financiamiento para la construcción de una nueva central nuclear en Argentina recordando que todavía no está definido el modelo de central nuclear que va a ser implementado en la construcción de la 4ta central. Respecto al financiamiento recordó el proceso de licitación de Atucha 1 y “cómo el sector nuclear argentino supo trabajar de manera muy favorable el proceso de licitación. Cuando uno va a leer los textos de Sábato lo explica con absoluta claridad, en ese momento el mercado nuclear estaba dominado por la oferta, entonces el mango de la sartén lo tenía la demanda. Argentina, que iba a optar por la tecnología de uranio natural y agua pesada, abrió la licitación a cualquier tipo central para incrementar la competencia, lo que resultó en un proceso muy ventajoso, en términos de financiamiento… Lo mismo se podría decir de Embalse, Argentina tenía mucha experiencia cuando encaró ese proceso y llevó adelante la exigencia de componente nacional en la matriz de selección de la licitación era un factor clave, uno de los maximizadores del matriz era aquella empresa que concediera la mayor participación de industria nacional”
Concluyó refiriéndose al repositorio de material nuclear indicando que hoy la argentina tiene tres centrales en funcionamiento “pensando en una cuarta, es un factor que juega a favor. Si algún día la Argentina llegará a tener 20, 25 o 40 centrales probablemente haya que pensar que los combustibles gastados puedan ser un problema acuciante, hoy no lo es“.
La investigadora Agustina Sánchez dio el cierre a la conferencia haciendo mención sobre los dos proyectos relevantes para la agenda nuclear argentina. “Los proyectos más estratégicos que tiene la Argentina es el proyecto del CAREM 25, en relación a la transición energética, ya que son reactores que pueden conectarse directamente a las redes eléctricas, están diseñado con un alto nivel de seguridad pasiva y algunos pueden ubicarse subterráneamente, lo que implica reducir problemas técnicos o amenazas externas. Argentina es uno de los nueve países en el mundo que están desarrollando esta tecnología y es un proyecto que se está desarrollando con el 100% de capacidades nacionales. Por último, quiero agregar en cuanto a la tecnología nuclear en el campo de los agro-alimentos, el proyecto del reactor multipropósito RA-10, que junto con su homólogo brasilero, permitiría la producción de radioisótopos que son utilizados en agro industria para exportar a la totalidad de América latina.”
La investigadora concluyó resaltando la importancia de aprovechar el marco de oportunidad que brinda la firma del acuerdo para la construcción de la cuarta central con China para reactivar el Plan Nuclear Argentino que quedó destruido luego de cuatro años de políticas de ajuste y desfinanciamiento. “Resulta necesario realizar un análisis minucioso del estado de las capacidades tecnológicas nucleares al día de hoy, definir objetivos, establecer metas y plazos y abonar a la articulación y reorganización de las mismas. Para ello es central el fortalecimiento del Estado y la diversificación de alianzas estratégicas con todos aquellos países que buscan tensionar las actuales relaciones de poder a nivel global para avanzar en una redistribución de la riqueza y el poder más justa”