Malvinas, Antártida, Atlántico Sur y Cuenca del Plata

El régimen contraataca: Tierra del Fuego, Malvinas, Soberanía y trabajo

Un intento por ordenar el panorama sobre la quita de aranceles y pensar mas allá del eco inmediato de las redes.

*por Tomás Trapé

*publicada originalmente por DigitalNews el 18/5/2025

En agosto de 2019, el rapero Wos estrenaba Canguro, una canción que, con el tiempo, se convirtió en himno del sprint final del ciclo anti-macrista, ya que pocos meses después, los Fernández ganarían las elecciones presidenciales de octubre. Cargado de denuncia y potencia en el medio de la ola del rap, incluía entre sus versos más gritados: “Y no, no hace falta gente que labure más / Hace falta que, con menos, se pueda vivir en paz / Mandale gas, no te perdás, acordate dónde estás / Fijate siempre de qué lado de la mecha te encontrás.” En ese momento, cuando el rapero preguntaba “¿De qué lado de la mecha te encontrás?”, los bandos parecían claros, fáciles de identificar y de explicar. Aunque, sepamos, que toda simplificación encierra una trampa. Por entonces la tan exaltada “unidad” funcionaba como consigna, pero pasaba por alto las tensiones internas del frankenstein electoral que derivó en un gobierno sin rumbo ni capacidad de caminar derecho. Al parecer ese no parece ser el problema de la experiencia libertaria que avanza a toda velocidad en clara dirección.  

Este martes 13 de mayo, el gobierno nacional encabezado por Javier Milei, a través de su vocero estrella Manuel Adorni, anunció la eliminación gradual de los aranceles a la importación de celulares y otros productos tecnológicos. La medida se implementará en dos etapas: la primera reduce los aranceles del 16% al 8% con aplicación inmediata tras la publicación del decreto; la segunda los eliminará por completo, llevándolos al 0% a partir del 15 de enero de 2026. Diversos actores políticos expresaron su preocupación ante este anuncio, entre ellos el intendente de Río Grande, Martín Pérez, y el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella. También Oscar “el Zurdo” Martínez, referente local de la UOM, convocó a un “paro total” en rechazo a la medida, el cual fue acompañado por una amplia porción de la población de la isla, así como por dirigentes y afiliados de gremios como ATSA, SUTEF, ASOEM, ASIMRA, el Centro de Empleados de Comercio (CEC), el Sindicato de Luz y Fuerza, además de concejales y funcionarios del Gobierno provincial. En contraste, varios referentes de la conversación pública nacional celebraron la decisión, generando sorprendentes coincidencias entre figuras aparentemente ubicadas en veredas ideológicas opuestas. En redes sociales —especialmente en la plataforma antes conocida como Twitter— proliferaron teorías conspirativas, acusaciones cruzadas y discursos filosos pero vacíos, incluso por parte de usuarios que hasta entonces jamás se habían pronunciado sobre el tema. A menudo, la tentación de opinar sobre todo colapsa la conversación digital, inundándola de ruido más que de información o argumentos sólidos.

En un intento por ordenar el panorama y pensar más allá del eco inmediato de las redes, conversamos con el abogado, magíster en Economía Aplicada y docente universitario Juan Augusto Rattenbach, fabricado en el Río de la Plata pero con el corazón puesto en Malvinas.

Juan Augusto Rattenbach. Abogado (UBA), Magíster en Economía Aplicada (UTDT), asesor de contenidos del Museo Malvinas y Coordinador del Grupo de Trabajo Malvinas, Antártida, Atlántico Sur y Cuenca del Plata de OCIPEx.

Fueron días movidos en “X” donde cada usuario crea un muñeco de paja a medida de su chicana. Quiero aprovechar para hablar en otros términos pero para empezar por algún lado ¿Qué se pone en juego para vos con la Ley 19.640 y las medidas anunciadas por el gobierno?

Por empezar la ley 19.640 de 1972 creó un régimen de promoción económica de Tierra del Fuego que luego fue ratificado por el Congreso de la Nación en 1974. El objetivo siempre fue claro en clave geopolítica: preparar las condiciones económicas de la Isla para el momento en que Argentina recupere el ejercicio pleno de soberanía en Malvinas y garantizar nuestra posición en la Antártida, con claros incentivos para que las familias de las provincias situadas al norte del estrecho de Magallanes elijan a la Isla de Tierra del Fuego como proyecto de vida. Las medidas anunciadas por el gobierno de bajar los aranceles a cero a la importación de bienes finales pone en juego 7000 puestos de trabajo directos e indirectos en una Isla de menos de 200 mil habitantes. En términos demográficos proporcionales es como si en la Ciudad de Buenos Aires de la noche a la mañana 120.000 personas perdieran su trabajo. Por eso, el pueblo de la provincia consciente del impacto que esta medida podría tener, con la UOM a la cabeza, se movilizó en defensa del trabajo fueguino en clave de soberanía. 

Algunos acusaron de poner la causa Malvinas al servicio del régimen especial de Tierra del Fuego…


Es que es al revés, el régimen especial de Tierra del Fuego es lo que está al servicio de la causa Malvinas. No se puede sesgar parcialmente la geografía de la provincia para que cierren los números de una planilla excel o un simple  “juego de simulación” hecho desde Buenos Aires. No sólo Tierra del Fuego es inseparable de Malvinas porque forman parte de la misma provincia, sino porque conforman a su vez un mismo espacio geopolítico con la Antártida. La Guerra de Malvinas, como episodio histórico, también es crucial. A partir de junio de 1982 los británicos pasaron de ocupar sólo el conjunto de los archipiélagos a usurpar, a través del uso de la fuerza y militarizando la región, 200 millas alrededor de cada Isla, para finalmente hacerse con el 25% de la superficie de nuestro país que es insular y marítimo. Es decir, tanto la guerra de Malvinas como la posterior secuela de profundización del colonialismo británico en el Atlántico Sur hizo revalorizar aún más la importancia geopolítica de Tierra del Fuego y la necesidad mayor de sostener el régimen de promoción especial.    

Federico Sturzenegger escribió en X que la provincia “tiene de todo: mística, navegación, trekking, cruce de los Andes, glaciares, gastronomía, esquí en contra temporada (…) Debería ser un parque de diversiones mundial” ¿Por qué Río Grande tiene que ser industrial y cuáles son los límites de las otras alternativas propuestas?

Sturzenegger fue un poco más allá y planteó que Tierra del Fuego “debería ser un parque de diversiones” expresando la verdadera ideología del proyecto que es desarmar el andamiaje construido en los últimos años con el fin claro de despoblar la Isla y volver a foja cero. Pero repito: nuestra realidad en términos geopolíticos hoy es peor dada la guerra de Malvinas, comparado con el año 1972 cuando se implementó el régimen especial. Yendo a tu pregunta, Río Grande, a través de la Cuenca Austral, se ha convertido en la segunda proveedora de gas del país después de Neuquén, permitiéndole tener un vector de competitividad fundamental para la producción de bienes manufacturados mientras que Ushuaia, montada entre el Canal de Beagle y la imponencia de la Cordillera de los Andes, siempre se orientó de cara al turismo nacional e internacional. El problema que nadie quiere abordar, además de las omisiones deliberadas sobre Malvinas y la geopolítica, es qué alternativa nos puede generar mayor cantidad de empleo y de calidad. Muchas de las actividades que se presentan como “descubrimiento de pólvora” ya se realizan en la Isla y no sólo no podrían generar la cantidad suficiente de puestos de trabajos como para reabsorber a los desafectados del sector industrial, sino que encima tienen menos ingresos y menor protección laboral. Es un debate muy complejo y se deben contemplar todas las aristas. 


Manuel Adorni por otro lado declaró  que “Hoy un celular en Argentina cuesta el doble que en Brasil y Estados Unidos”, y narró una imagen que nos suena a todos familiar “había gente que pagaba un avión y un hotel para comprar algo tan básico como el celular en otro país” ¿Qué gana y qué pierde el país según tu mirada?

Yo le preguntaría a Adorni que es un economista virtuoso: ¿cuánto del precio final de un celular, un televisor o un aire acondicionado que se consume en los grandes centros urbanos del país corresponde a los costos de producción y cuánto corresponde a los costos vinculados a la logística, la distribución y la comercialización? ¿Cuál es el precio de un producto salido de fábrica y cuál es el precio final vendido en un centro comercial? ¿Cuánto efectivamente le quedan a las empresas fueguinas y cuánto se va a destinar para pagar el alquiler, por ejemplo, de un local comercial de un shopping de Eduardo Elsztain? Yendo al problema del déficit fiscal ¿cómo se supone que se va a resolver la falta de ingresos del fisco bajando impuestos? ¿Cómo se va a compensar la medida en términos fiscales? Dejando estas preguntas en el tintero vamos a otra cuestión: ¿qué garantía tenemos de que si bajamos los aranceles el precio final de los bienes electrónicos importados bajen a la par de la reducción de la carga impositiva? La realidad es que ninguna. Tenemos un ejemplo testigo y real: en 2017 (año electoral) el gobierno de Macri, mientras Sturzenegger era presidente del Banco Central y algunos integrantes de FUNDAR eran funcionarios del Ministerio de Producción (Juan Carlos Hallak), bajaron los aranceles a la importaciones de notebooks y netbooks. ¿El resultado? Se perdieron 700 puestos de trabajo en Tierra del Fuego y no bajaron los precios. Es decir, las empresas importadoras efectivamente pagan menos aranceles pero no trasladan ese beneficio impositivo a una baja de los precios. Si a eso le sumamos la obsesión que tiene el gobierno con pisar los salarios destruyendo las paritarias, tenemos como realidad que el poder adquisitivo siempre estará en desventaja a la hora querer adquirir productos electrónicos. Lo que nos lleva a la siguiente conclusión: lo que no se produzca en Tierra del Fuego se va a importar directamente desde Buenos Aires. Ahora bien, todos sabemos con nombre y apellido los principales empresarios de Tierra del Fuego, ¿pero conocemos a los empresarios importadores de electrónica de Buenos Aires? ¿Cuántos son y cuántos empleos generan y en qué condiciones trabajan? ¿Cómo va a impactar en la demanda de dólares cuando finalmente Argentina se convierta en un país importador neto de productos electrónicos?

En esa dirección te pregunto por lo qué nadie plantea en términos de desarrollo ¿Existen opciones para reducir los costos logísticos de la producción en Tierra del Fuego?

Claro que sí y de pura casualidad “se omite”. Río Grande es el polo industrial más austral del mundo de cara al Mar Argentino. Sin embargo, no tiene puerto propio. Esto significa que el ingreso de insumos para la producción se realiza a través del puerto de Ushuaia que prioriza en su ingreso a los cruceros de lujo que hacen turismo en Malvinas y la Antártida, por lo que un buque de carga para fines “no turísticos”, podría esperar hasta 50 días para poder finalmente hacer la descarga correspondiente, encareciendo significativamente los costos primarios de producción. Una opción para bajar los precios de los productos industriales fueguinos es a través de la construcción de un puerto multimodal en Río Grande que abarate drásticamente los costos logísticos. Este camino, vinculado con una mejora de la producción, es muy distinto a los que plantean reorientar el consumo argentino para la importaciones de bienes finales externos, que finalmente sostendrán el sueldo a operarios industriales que realizan el mismo trabajo que se hace en Tierra del Fuego pero en otros regímenes especiales, como el de Manaos (Brasil), Bac Ninh (Vietnam) o Shenzhen (China).

¿En qué estado se encuentra el proyecto del puerto de Río Grande? ¿Por qué no se hizo antes?

Claramente se quiso hacer y siempre estuvo en agenda. La pregunta es, en una Argentina en crisis periódica, de dónde van a salir los fondos para financiar una obra de esas características. Es así como el primer proyecto vino de la mano de financiamiento chino en carácter de “inversión extranjera directa”. Apenas se esparció la noticia de que China estaba interesada en construir un puerto en Río Grande, tuvimos dos visitas de los titulares del Comando Sur de Estados Unidos, una en abril del 2021 y otra más conocida en el 2024. La presencia del Comando Sur tenía por objetivo no admitir ningún tipo de inversión china en Tierra del Fuego porque “vulneraría SU seguridad nacional”. La pregunta más intuitiva sería, si el Comando Sur presiona militarmente a la Argentina para que no haya infraestructura portuaria de uso civil en Río Grande con capitales chinos, ¿podrían ser entonces los capitales estadounidenses los que financien el proyecto? La negativa a esta pregunta justamente se responde porque si Estados Unidos invierte tan sólo un dólar en infraestructura en Tierra del Fuego que beneficie a la Argentina, tendría la inmediata protesta de los británicos porque lo verían como una amenaza a su posición colonial en Malvinas. De esta forma, no quedó otra solución que sea el propio capitalismo fueguino quien financie la obra quedando el proyecto a manos de una empresa beneficiaria del régimen. La subsecretaría nacional de puertos, por su parte, dilató burocráticamente la obra. Cuando más o menos se iba a despejar el camino para avanzar, aparece el anuncio de la medida de Sturzenegger convulsionando a toda la provincia sumado a que las herramientas que hoy cuenta la provincia para diversificar su economía como el Fondo de la Ampliación de la Matriz Productiva se encuentra paralizado. Quizás, en su proyecto de convertir a Tierra del Fuego en un “parque de diversiones”, no haría falta que la ciudad de Río Grande tenga salida al mar a través de un puerto.  

¿En qué consiste ese Fondo? ¿Qué propósito tiene?

El Fondo de la Ampliación de la Matriz Productiva (FAMP) se creó en el contexto de la prórroga del 2021. Del 21% del IVA que retienen las empresas beneficiarias del subrégimen de promoción industrial destinan un 15% para este fondo que tiene por objetivo diversificar la matriz económica de Tierra del Fuego. En lo que va de la gestión de gobierno actual se han paralizado proyectos de la mano de la suspensión de la obra pública nacional en la provincia y no hablamos únicamente de pavimentación de rutas, sino también de proyectos de infraestructura para la defensa.

¿Cuáles por ejemplo?

El proyecto del Polo Logístico Antártico de Ushuaia, luego de que el Comando Sur de Estados Unidos se asegurara que no tenga ningún tipo de participación de China, comenzó a construirse en 2022 a través de las partidas presupuestarias del Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF). En 2024 tuvimos pocas novedades del avance de la obra sumado a los fuertes rumores de privatización del astillero TANDANOR, que es la empresa encargada de su construcción. A comienzos de 2025 no se supo más nada del FONDEF y, frente a la incógnita de cómo se iba a financiar la obra, en febrero algunos de los comunicadores libertarios en redes sociales anunciaron que el Polo Logístico Antártico se iba a financiar con dinero del FAMP. Por lo tanto, por cada bien industrial fueguino que se consume, se está financiando de forma directa la infraestructura de defensa argentina en el Atlántico Sur para la proyección nacional en la Antártida y que nuestro país sea referencia en la exportación de servicios logísticos antárticos. Por lo tanto, la destrucción de la economía fueguina no es sólo económica e industrial, sino también un tema de defensa nacional.

¿Por qué pensás que hay consenso entre sectores tan distintos sobre derogar el régimen? ¿Creés que existe financiamiento extranjero para influir en la opinión pública nacional?

Aprovecho para aclarar, sobre todo para quienes se sintieron señalados, que yo jamás acusé de “agente británico” a nadie porque es un tema muy serio y configura un delito tal como lo dispone el art. 7° de ley 13.895 de 1950 que será reprimido con prisión de uno a veinticinco años el que por cualquier medio desorganizare, destruyere, deteriorare o inutilizare, en todo o en parte, temporal o definitivamente, documentos, objetos, materiales, instalaciones, servicios o industrias de cualquier naturaleza, con el propósito de perturbar, retardar o impedir el desarrollo militar, económico, financiero, social, científico o industrial de la Nación que a su vez se agrava a perpetua en caso de servir a una potencia extranjera. Por lo tanto yo jamás dije que alguien sea un “agente británico”, sino que muchos de los detractores del régimen no proponen mejorarlo sino que pretenden lisa y llanamente desmantelarlo, hecho que solo beneficiaría a la posición británica y el statu quo colonial en Malvinas y el Atlántico Sur. Pareciera que cuando mencionas la palabra “Malvinas” algunos se ponen nerviosos porque justamente están cómodos no hablando del tema. Y ahora sí, paso al tema de FUNDAR y con datos objetivos: es una asociación civil creada hace un par de años por un filántropo millonario (Sebastián Ceria) que vive en Gran Bretaña con el objetivo de influir en los debates en relación a las políticas públicas nacionales, pero sin poner la cara y exponerse para finalmente pretender incidir sobre la realidad material de la Argentina sin salir de su departamento a 13 mil kilómetros de distancia en Inglaterra. Es decir que los fueguinos no sólo tienen que lidiar con las embestidas de Buenos Aires, sino también con las que vienen desde Londres. Además, tengo entendido que FUNDAR no es una agrupación política, no es que uno puede “sumarse a militar” sino que uno trabaja para FUNDAR como cualquier empresa privada, es decir, es una asociación civil que se sustenta de forma anabólica en base a donaciones filantrópicas. Hoy, en términos políticos, FUNDAR se ha convertido en el banco de suplentes de los funcionarios de Francisco Cabrera y Dante Sica (Macri) o Matías Kulfas (Alberto Fernández). Pontifican arriba de un pedestal cuáles serían las soluciones para la Argentina, escondiendo con vergüenza y de forma deshonesta que formaron parte de la toma de decisiones realizadas desde diciembre del 2015 a diciembre de 2023 y no dudaron en festejar la medida anunciada por Adorni como si fuera propia y haciendo eco en redes sociales que el problema de la Argentina es “la oligarquía sindical”(?). Antes de decirnos lo que deberíamos hacer, primero nos tendrían que contar qué hicieron cuando fueron gobierno.

Es llamativo que el eje planteado mediáticamente sea entre sostener el status quo o derogar el régimen. Casi ninguno habla de modificar y/o mejorar la herramienta y ahí da la sensación que se pierde el matiz pero también la profundidad de la discusión…

FUNDAR, que era una ONG desconocida por entonces para la opinión pública, lanzó tras “un año de investigación” en junio de 2023 su informe “estrella” de presentación en sociedad de 150 páginas para derogar el régimen de Tierra del Fuego que hemos discutido incluso en un programa de Cabaret Voltaire. Nunca para ellos el problema del déficit fiscal fueron los pasivos remunerados del Banco Central creados por la política monetaria de Sturzenegger/Caputo a través de las LEBACS y luego las LELIQS. Es decir, FUNDAR arranca queriendo meterse como actor en la agenda pública nacional atacando a la producción industrial, los salarios altos, el empleo calificado y registrado y las altas tasas de afiliación sindical en el lugar más importante de la geopolítica nacional (Tierra del Fuego) que es la puerta de entrada argentina hacia la Antártida sin mencionar en ninguna de sus 150 páginas a Malvinas, la ocupación británica, los ejercicios militares de la OTAN o las visitas recurrentes del Comando Sur de Estados Unidos a Ushuaia. Su propuesta de “transición” y “poblamiento” para derogar el régimen es que los trabajadores industriales despedidos cobren un subsidio (equivalente al 82% de su salario) sin trabajar por 10 años. Es decir, el operario industrial que trabaja y produce y para colmo está afiliado a la UOM es una amenaza para la sociedad. Es mejor que se quede en su casa y viva sin trabajar. Es decir que no produzca, al menos, lo que consume. El colmo es que, a pesar de esta propuesta ridícula, salieron a festejar sin ningún cuestionamiento la medida de Sturzenegger, olvidándose “mágicamente” de su propia propuesta de transición y reconociendo que nunca les importaron los trabajadores fueguinos, sino que quieren derogar el régimen a cualquier costo y despoblar la Isla. Lo interesante del debate en las redes sociales de esta semana es que se rompió el silencio con Malvinas y ya quedó claro que no se puede discutir más la provincia de forma parcial o sesgada y sin contemplar las variables geopolíticas, diplomáticas y de defensa. Nadie defiende el statu quo y dejar las cosas como están, o se avanza y se mejora para adelante en clave de soberanía o se desmantela y se retrocede con un éxodo fueguino. Porque mal que les pese a muchos, las Malvinas son argentinas y forman parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.     

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