Por Gustavo Andrés Di Pace
El gobierno de Macri logró lo inimaginable: tirar por la borda un cuarto de siglo de prestigio del organismo argentino de asistencia humanitaria internacional.
Hasta hace poco, la comunidad internacional consideraba a los Cascos Blancos de Argentina como un ejemplo de participación efectiva de las organizaciones de la sociedad civil en las actividades de asistencia humanitaria, reducción del riesgo de desastres y promoción del desarrollo sostenible. Este reconocimiento se fundaba, entre otras cosas, en sus más de 295 misiones humanitarias en los cinco continentes desde que fuera creado en el año 1994.
Sin embargo, en los últimos meses la reputación del organismo está siendo duramente cuestionada por la nueva dirección que tomó con la llegada a la Presidencia del Embajador Alejandro Carlos Daneri en 2016. Basta con navegar por la recientemente renovada página web del organismo para observar cómo las fotografías de misiones humanitarias fueron reemplazadas por fotos de voluntarios en buques militares estadounidenses y firmas de Convenios con empresas privadas.
En ese sentido, el año pasado, la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto del Senado le pidió explicaciones al Canciller Faurie (la Comisión Cascos Blancos depende de la Cancillería) por la participación del organismo humanitario argentino en una misión médico-militar de la Armada de los Estados Unidos en Latinoamérica a bordo del buque militar USNS Comfort, desplegada en Ecuador, Perú, Colombia y Honduras.
A la polémica participación de voluntarios civiles argentinos en un buque militar estadounidense, se sumó el anuncio del Gobierno argentino de incluir al organismo humanitario en la recientemente creada “Unidad de Gestión para el Apoyo a la Reconstrucción de Venezuela”, comprometiendo a los voluntarios de Cascos Blancos a tomar partido por uno de los bandos políticos enfrentados en el país sudamericano. Creada por Decreto Ministerial, la Unidad de Gestión funciona dentro de la Cancillería en el ámbito de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales y Diplomacia Pública. Quienes se suman a las críticas hacia el organismo argentino recuerdan que el reconocimiento internacional de Cascos Blancos se basa en su modelo de trabajo enmarcado en los Principios Humanitarios. Según el Derecho Internacional Humanitario, toda acción humanitaria debe regirse por cuatro Principios fundamentales: Humanidad, Neutralidad, Imparcialidad e Independencia. En este sentido, tomar partido en el conflicto político venezolano tira por tierra el Principio de Neutralidad.
De esta manera, los Cascos Blancos de la Argentina toman una posición contraria a la de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y la del Movimiento de la Cruz Roja Internacional. Justamente, la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia no participó en la distribución de los insumos humanitarios que se acopiaron en la localidad colombiana de Cúcuta el pasado mes de febrero, al considerar que esa “ayuda” no era humanitaria. “Para nosotros es importante que realmente haya un respeto por el término humanitario y para ello, el respeto hacia los Principios, es fundamental”, aseveró Christoph Harnisch, jefe de la Cruz Roja en Colombia.
No sólo los organismos humanitarios internacionales miran con recelo la postura tomada por Cascos Blancos: diversos embajadores en la Argentina han mostrado su preocupación respecto a que los voluntarios argentinos sean utilizados para entregar asistencia humanitaria en Venezuela sin el correspondiente consentimiento de quien sus Estados reconocen como el Gobierno Oficial en Caracas. Según ellos, esa acción invalidaría el entendimiento internacional sobre el carácter neutral de las actividades que esta organización argentina asentó durante sus 25 años de existencia, y además entraría en contradicción con las disposiciones de la última Resolución 73/138 sobre Cascos Blancos, aprobada en la Asamblea General de la ONU el 14 de diciembre de 2018. Informalmente, estos países han deslizado que no excluyen la posibilidad de verse obligados a revisar su apoyo a Cascos Blancos en la próxima Resolución de la ONU sobre la Iniciativa argentina.
En medio de estos reveses, el Presidente de Cascos Blancos y el Canciller Faurie enfrentan una nueva dicotomía: el pasado lunes 7 de marzo, el Vicepresidente norteamericano Mike Pence informó en su discurso en la 49° Conferencia sobre las Américas que EE.UU. volverá a desplegar el buque militar USNS Comfort al Caribe, Centroamérica y Sudamérica en junio, para embarcarse en una “misión humanitaria de 5 meses para lidiar con la crisis venezolana”. ¿Habrá nuevamente voluntarios Cascos Blancos argentinos a bordo de un buque militar de EE.UU. desplegado en Latinoamérica?