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Coronavirus: impactos económicos sobre Argentina y el mundo

Por Matías Lioni

El COVID-19 presenta enormes desafíos para la organización social mundial en múltiples dimensiones: política, económica y, sobre todo, sanitaria. Rápidamente la pandemia se ha convertido en la fuente de una crisis económica con impacto mucho más veloz y profundo que la crisis del 2008. En su conjunto, los países más afectados conforman aproximadamente el 60% del PBI mundial, el 65% de la producción manufacturera y el 41% del comercio global de manufacturas (Baldwin et al, 2020).

A diferencia de las últimas grandes crisis internacionales, esta crisis se presenta producto de un fenómeno ajeno a lo que estrictamente se concibe como económico, pero cuyo efecto es la parálisis de la producción en niveles nunca vistos antes. Esto impacta simultáneamente tanto desde el lado de la oferta como desde la demanda, en un contexto en el cual la producción de manufacturas tiene una alta interdependencia entre distintos actores que conforman las cadenas globales de valor.

El impacto del virus se observó inicialmente en China, que también enfrentó las primeras consecuencias económicas: en el primer trimestre del 2020 cayó su PBI por primera vez desde 1978, año en el cual empezó la reforma y apertura. En los primeros tres meses del año cayeron un 13,5% la producción industrial y un 15,9% sus exportaciones, mientras que aumentó el desempleo un punto porcentual entre diciembre 2019 y febrero 2020 (Fuente: Departamento Nacional de Estadísticas de China). Al ser China un actor fundamental en la producción global de manufacturas, el impacto se propagó rápidamente sobre otras economías.

De esta manera, a medida que el virus fue avanzando también se fueron propagando los efectos sobre la economía que acarrean las medidas necesarias para cuidar a la población. Las previsiones de crecimiento económico realizadas por Goldman Sachs para el segundo trimestre de la economía estadounidense indican una recesión del -24%, más del doble de la mayor caída trimestral durante la crisis del 2008. Además, debido al derrumbe en el precio de los activos, en Wall Street, se evaporaron todas las ganancias bursátiles acumuladas desde la asunción del presidente Donald Trump. En este contexto, el reclamo por seguros de desempleo alcanzó un récord histórico en Estados Unidos la semana pasada. En conclusión, hablamos de una crisis no solo del sector productivo, sino también del sector financiero.

Respuestas ante la crisis del COVID-19

La respuesta gubernamental ante esta crisis no generó los concesos cooperativos deseados en los organismos multilaterales. En la reunión online realizada en el marco del G20 se acordó que no se crearán nuevos instrumentos y que la respuesta vendrá por parte de los organismos multilaterales pertinentes y los bancos centrales. Así, las respuestas de diferentes gobiernos han estado teñidas por enfoques disímiles.

Por un lado, se encuentran aquellos gobiernos que entienden a la economía como un medio a través del cual la población se garantiza -o intenta garantizar- sus condiciones materiales de reproducción. Quienes mantienen esta postura entienden que no existe una dicotomía entre la salud, el sistema de salud público y el funcionamiento de la economía. Más bien, se entiende que la salud no puede ser escindida de lo económico, ni tampoco a la inversa; ambas esferas tienen que coordinarse en busca de enfrentar una eventualidad sanitaria como la actual. De esta manera, son los gobiernos con este enfoque quienes han buscado reaccionar tempranamente a la pandemia, poniendo los medios económicos al servicio de las necesidades de salud pública; pero también entendiendo que sin un pasar económico mínimamente digno no existe la posibilidad de tener salud. Entonces, no sólo se busca que la cantidad de afectados y afectadas sea la menor posible, sino también garantizar, al menos, condiciones mínimas de salubridad y alimentos a la población en situación vulnerable.

Por otro lado, algunos gobiernos proponen la existencia de la dicotomía entre salud y economía, priorizando el devenir de ésta última esfera. Existe una correlación positiva entre abordar el problema con preferencias económicas y una orientación política nacionalista y de derecha, con fuertes intereses en capitales concentrados y transnacionalizados.

Más allá de la postura que se tome, se han activado políticas fiscales y monetarias para intentar minimizar el impacto económico. Son amplia mayoría los países que han disminuido su tasa de interés para estimular la actividad y los créditos a empresas que necesitan financiar los gastos corrientes en momentos de actividad paralizada y ventas disminuidas. La tasa de interés fijada por la FED se encuentra en mínimos históricos, llevando la tasa de interés real a valores negativos. La política monetaria cumple además la función de financiar a la política fiscal, que se presenta como la más efectiva en momentos de crisis profundas. Por ello en Estados Unidos se ha aprobado el plan de estímulo más grande de la historia de aquel país, de 2 billones de dólares y se han relajado los objetivos de déficit fiscal permitidos en los países más afectados.

Implicancias para Argentina

Argentina se presenta como uno de los países reconocidos por su temprana y adecuada respuesta ante la pandemia, cuidando a su población de una propagación acelerada del virus que no pueda ser atendida por el sistema de salud. Sin embargo, esta crisis mundial se presenta en un momento delicado para nuestro país que se ve sumergido en una crisis desde abril del 2018, producto de las decisiones políticas y económicas implementadas por el gobierno de Cambiemos. Hablamos principalmente del daño generado por la apertura indiscriminada de la cuenta capital, la deuda adquirida con el Fondo Monetario Internacional y el acuerdo en principio “Unión Europea-Mercosur”.

Al ser parte de un sistema económico globalizado, la economía argentina recibe el impacto de la crisis mediante mecanismos diferenciados: el debilitamiento de la demanda global; la contracción de la oferta magnificada por los múltiples y fuertes eslabonamientos al interior de las demandas globales de valor; y, finalmente, el mercado financiero.

La primera vía de contracción viene dada por el debilitamiento de la demanda global: esto no solo impacta en menores volúmenes de exportaciones, sino que también se observa una fuerte caída en el precio de las commodities. Ambas caídas en conjunto generan una especie de efecto tijera para las exportaciones nacionales y, por ende, en nuestra capacidad de generar divisas. No es menor en un momento de reestructuración de deuda externa. Al mismo tiempo, a muchos de los países afectados les exportamos productos manufacturados, con valor agregado y que, por lo tanto, son una fuente importante de empleo nacional.

Para poner cifras, Estados Unidos, China y España, tres de los países más afectados, se encuentran dentro de los 10 destinos principales de nuestras exportaciones. Con respecto a China, el 45% de los productos que enviamos son primarios, el 33% corresponden a manufacturas de origen agrícola (MOA) y solo el 6% de manufacturas de origen industrial (MOI). Los sectores más afectados por la merma de la demanda asiática son el cerealero, aceitero y la cadena cárnica.

Por su parte, la composición de la canasta exportadora a Estados Unidos se divide en un 48% en MOI, 20% MOA y 13% productos primarios. Mientas que hacia España enviamos un 36% de MOA, 24% de origen industrial y 39% de productos primarios. Es considerable, además, el porcentaje representado por las MOI en nuestros envíos a Italia, un 64% MOI; por su parte completan un 7% MOA y 29% productos primarios.

Asimismo, Brasil, el principal destino de nuestras exportaciones, muestra un manejo irresponsable de la pandemia por parte del presidente Bolsonaro. Pareciera inevitable que en el país vecino exista una gran propagación del virus, ocasionando grandes efectos económicos. Esto impactará fuertemente en la demanda, principalmente de las exportaciones industriales argentinas que generan un gran número de empleos de calidad y, por lo tanto, ingresos a muchas familias que luego se transforman en demanda en el mercado doméstico. Del total de las exportaciones que realizamos a Brasil, el 80% de las exportaciones a Brasil son manufacturas, de las cuales el 85% corresponde a manufacturas de origen industrial (MOI).

Además, el derrumbe del precio del barril de petróleo, primero por la disputa Rusia-Arabia Saudita y luego por el impacto de la pandemia, tiene un fuerte impacto sobre Vaca Muerta. Se calcula que un precio internacional del barril por debajo de los 50 dólares complica la rentabilidad en la extracción de los pozos, mermando la exploración y la inversión en los mismos.

Por otro lado, existe otro mecanismo proveniente de la contracción de la oferta global que genera problemas a la hora de abastecer con insumos clave la producción de las industrias nacionales. En este sentido, la ruptura de cadenas de producción a nivel global genera un impacto de oferta sobre estos sectores que se ven imposibilitados de conseguir ciertos insumos para seguir con su producción.

Según el INDEC, los principales rubros importadores de productos intermedios son productos químicos, metales, materiales plásticos y textiles. Dentro de estos rubros la mayoría importa insumos provenientes de los países más afectados por la pandemia:

  • Las principales importaciones de productos químicos provienen de países afectados por el coronavirus: China (20%), Estados Unidos (19%), Brasil (12%) y Alemania (7%) conforman los cuatro orígenes principales.
  • Metales: la importación de insumos metálicos para la industria nacional proviene de Brasil (41%), China (15%) y Estados Unidos (6%).
  • Materiales plásticos: la importación de insumos plásticos proviene de Brasil (29%), Estados Unidos (21%) y China (10%).
  • Sobre bienes intermedios en la industria textil un 17% proviene de China y un 10% de Brasil.
  • La industria automotriz, por su parte, se vale de muchísimos de estos rubros de importación. Aproximadamente un 80% de un auto finalizado en las terminales que operan en territorio nacional es, en promedio, importado.

Un tercer canal de impacto es el financiero. En un contexto en el cual se desploman los activos a nivel mundial existe una fuerte variación en el costo de oportunidad que enfrentan los tenedores de deuda argentina. Las rentabilidades esperadas en bonos que se perciben más seguros que los argentinos aumenta por la caída de su precio en las últimas semanas.

Sin dudas que el riesgo de default también está presente y ni el Estado Nacional ni a los tenedores de deuda quieren que este suceso ocurra. Este contexto de volatilidad se agrega un componente más a la ya difícil tarea que el ministro Guzmán enfrenta y probablemente las negociaciones entre ambos lados se estire más de lo que se esperaba.

Conclusiones

El coronavirus genera en la economía un shock externo que altera todas las variables económicas de forma contundente y veloz. La recuperación a una dinámica normal depende, hasta el momento, de la aparición de un fármaco o vacuna que permita mitigar los contagios y haga desaparecer el riesgo de muerte y/o colapso de los sistemas de salud. Sin embargo, citando a la economista Naomi Klein, los tiempos de crisis son momentos para hacer grandes transformaciones en la forma de acumulación: en las crisis históricamente, se han dado grandes procesos de concentración del capital. Al mismo tiempo, muchas tendencias que se venían observando pueden ser aceleradas producto de una crisis del tamaño de la actual.

Muchas empresas que no se encuentran en condiciones de afrontar grandes apagones de su producción se verán complicadas para seguir operando, otras verán desplomarse el valor de sus activos y, algunas otras, aprovecharán la oportunidad que la crisis les da para utilizar su espalda financiera con el objetivo de subsumir empresas de la competencia o diversificar su margen de acción hacia otros rubros.

El debate acerca de la forma que tomará la recuperación entre los economistas está gobernado por si será en forma de “U”, es decir, gradual, o en forma de “V”, o sea, una recuperación vertiginosa a los niveles anteriores, o incluso superiores. Sin embargo, mucho más importante que la dimensión que tomen estos números pareciera ser que las reconfiguraciones pueden llegar a darse en el modo de acumulación de capital a nivel global y en algunos países de gran trascendencia. Prestarle atención a este fenómeno es de vital importancia para entender el mundo post COVID-19.

Este fenómeno sucede en un momento particularmente delicado para nuestro país ya que estamos en un proceso de reestructuración de deuda y del resultado de este proceso depende, en parte, nuestro margen de acción para aplicar políticas de crecimiento y desarrollo con inclusión social.

Referencias:

Baldwin, R y Weder di Mauro, B (2020). Economics in the time of COVID-19. CEPR Press

https://www.ambito.com/economia/automotrices/automotrices-jaqueadas-coronavirus-caen-mas-ventas-y-temen-faltante-insumos-n5089438

https://www.weforum.org/agenda/2020/03/china-covid-19-coronavirus-mobility-solutions

https://www.businessinsider.com/how-long-companies-can-survive-without-bringing-in-money-2020-3

https://www.technologyreview.es/s/12031/dos-euros-mas-por-hora-asi-aborda-amazon-el-riesgo-de-sus-repartidores

https://asia.nikkei.com/Opinion/Coronavirus-crisis-will-send-globalization-into-reverse

https://www.bloomberg.com/amp/news/articles/2020-03-24/carmen-reinhart-says-global-economy-in-worst-spot-since-1930s?sref=YhppGTiM&__twitter_impression=true

https://www.bbc.com/news/business-51706225

https://www.cronista.com/finanzasmercados/Crash-de-Wall-Street-borra-todas-las-ganancias-bursatiles-desde-la-victoria-de-Trump-20200313-0030.html

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_20B13D104EBD.pdf

https://www.bsg.ox.ac.uk/research/research-projects/oxford-covid-19-government-response-tracker

https://www.perfil.com/noticias/internacional/cuando-se-infecto-el-multilateralismo.phtml

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