Autores: Adilio Bareiro | Cristian Oszust
La brusca caída del consumo y la producción láctea, enciende las alarmas de una de las cadenas agroindustriales más relevantes del país por la cantidad de empleos que genera y por la importante contribución al arraigo rural.
Los diversos indicadores a la baja registrados durante el primer semestre del 2024, se deben en gran parte por la caída del consumo interno provocado por la consecuente pérdida del poder adquisitivo y el aumento de los costos operativos que afectan a la producción. También, por la decisión del gobierno nacional de abrir las importaciones de alimentos, sumado a la eliminación de los derechos de exportación para los productos lácteos.