Según datos de la Asociación Latinoamericana del Acero –Alacero-, relevados por OCIPEx, durante el 1° trimestre de 2019 el consumo de aceros laminados en Argentina se desplomó en 457 mil toneladas en comparación al mismo período de 2018. Se trata de la caída más grande en la región.
“Estamos tocando fondo, pero vislumbro que a partir del segundo trimestre de 2019 vamos a empezar a ver señales positivas que van a venir del campo y de una vuelta de nuestra capacidad de exportación”. Así de optimista se mostró el presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, al participar del cierre del 17° seminario ProPymes en diciembre pasado junto al ministro de Trabajo y Producción, Dante Sica. A través de la firma Ternium, Techint es el mayor productor de aceros planos del país: concentra la fabricación del 84 por ciento de la chapa laminada en caliente y el 99 por ciento de la laminada en frío. La compañía de Rocca ostenta otro récord: es la empresa que más funcionarios le aportó al gobierno de Cambiemos. Al menos 7 altos ejecutivos cumplen funciones en Aerolíneas Argentinas, el Ministerio de Trabajo y áreas económicas.
Pero ni la posición dominante en el mercado ni las fluidas relaciones con la actual administración parecen ser suficientes para compensar el derrumbe sostenido de la industria y la construcción y su impacto sobre sobre la producción y el consumo de acero. Y así lo reflejan las cifras de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero): Argentina presenta la mayor caída interanual en el consumo de aceros laminados de la región. El hallazgo surge de la comparación entre el 1º trimestre de 2019 y el mismo período de 2018 en 17 países latinoamericanos. Con una variación negativa de 457 mil toneladas, nuestro país es el de peor registro. Lejos lo siguen México (-233 mil), Brasil (-69 mil), Panamá (-58 mil), Paraguay (-31 mil), Costa Rica (-28 mil), Venezuela (-17 mil) y Uruguay (-5 mil). Países como Perú, Colombia, Chile y Bolivia, por el contrario, vieron incrementados sus niveles de consumo.
Los aceros laminados se destinan, entre otras cosas, a la producción agrícola, el sector automotriz, la línea blanca y la construcción. De acuerdo a datos del INDEC, la venta de unidades en el segmento de maquinaria e implementos agrícolas cayó un 12,6 por ciento en el primer trimestre de 2019. La fabricación de automóviles, por su parte, permanece con bajísima actividad, muchas plantas paradas y una capacidad ociosa del orden del 60%. Es más, según un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda, la producción de vehículos se contrajo 30,7%, durante el primer trimestre del año en comparación con el mismo período de 2018 y, de esta forma, batió el récord del menor nivel de los últimos 10 años. El sector de electrodomésticos -uno de los que más sufrió durante 2018- también describió un marcado estancamiento (caída interanual del 0,2% en el 1T de 2019) a pesar de las promociones destinadas a impulsar el consumo. Finalmente, el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) que elabora el INDEC, registró una baja acumulada del 11,3% en los primeros tres meses del año respecto a igual trimestre del año anterior.
Paolo Rocca, economista de profesión (a diferencia de su hermano Agostino, que era ingeniero y que presidió Techint hasta su fallecimiento en abril de 2001), suele afirmar que la llave para la llegada de inversiones es la lisa y llana reducción de los salarios. “Hay que convencer a los sindicatos para que no peleen por el sueldo de algunos, sino por el empleo de muchos” aseguró el empresario durante su exposición en el “Mini Davos” que organizó Cambiemos allá por septiembre de 2016. Bien, desde la asunción de Macri, el salario mínimo medido en dólares perdió 55% de su valor, y ya es más bajo que en Brasil, Chile, Paraguay y Bolivia. Quizá Rocca podría tener a bien imaginar alguna otra alternativa a simplemente bajar los sueldos, porque en principio no estaría funcionando.
1. https://www.tiempoar.com.ar/nota/de-techint-al-gobierno-7-ex-directivos-pasaron-al-ejecutivo
2. https://www.ambito.com/desde-la-asuncion-macri-el-salario-minimo-medido-dolares-perdio-55-su-valor-n5034388