ONG’s y Think-Tanks: nuevas formas de injerencia extranjera

Por Vázquez del Faro

Las herramientas de soft power para la promoción de determinadas ideas siempre han sido un mecanismo utilizado por las potencias extranjeras para generar adhesión a sus valores y silenciar a los opositores locales a sus proyectos. En Brasil, las ONG’s y los think tanks, simultáneamente, se han multiplicado y convertido en plataforma de desestabilización y deslegitimación de los proyectos de centroizquierda y nacional populares. El Movimiento Brasil Libre y el Instituto Millenium –entre otras varias- son dos plataformas de injerencia extranjera que han alcanzado una relevancia política nunca antes vista en la vida política del país vecino.

El Movimiento Brasil Libre (MBL), el Instituto Liberal, el Instituto Mises y el Instituto Millenium tienen algo en común: están vinculados a una red internacional de think-tanks orientadas al libre mercado. La entidad que funciona como eje de esa red se llama Atlas Economic Research Foundation (aquí el sitio de la franquicia argentina: www.atlas.org.ar) en conjunto con una entidad hermana llamada Students for Liberty. Tiene sede en Washington y se presenta como una institución sin fines de lucro cuya misión es conectar “una red global de más de 450 organizaciones de libre mercado en más de 90 países” y fortalecer “ideas y recursos necesarios para promover la causa de la libertad”, según su presentación. Parafraseando a Milton Friedman: “Buscan soluciones privadas a problemas públicos”.

Según su sitio web, la financiación de Atlas tienen como origen a ciudadanos “comprometidos con el libre mercado” que hacen aportes de entre u$s1.000 y u$s5.000 anuales. Sin embargo, entre sus aportantes, figuran varias fundaciones de multimillonarios como la Fundación John Templeton y diversas organizaciones de los hermanos Koch. Estos dos hermanos poseen empresas en el sector del petróleo y tienen, según Forbes, una fortuna total de 42.900 millones de dólares cada uno – ocupando el sexto y séptimo lugar en su última lista de billonarios y que, juntos, ocupan el tercer lugar en la lista de billonarios de Estados Unidos. A través de una bizantina red de grupúsculos y entidades, los “Big Brothers” (como se les conoce en Estados Unidos) invirtieron por lo menos u$s 196 millones al servicio de causas ultraconservadoras, según estimaciones de la revista ‘New Yorker’. Además, los think tanks asociados a Atlas son discretamente financiados por el Departamento de Estado y el National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia – NED), brazo estratégico del soft power norteamericano.

Atlas Network cuenta con decenas de think tanks en América Latina, entre los que se cuenta la propia Fundación Pensar del PRO, que incluye grupos extremadamente activos en el apoyo a las fuerzas de oposición en Venezuela y al presidente chileno, Sebastián Piñera. Su trabajo se centra en el financiamiento y entrenamiento de miembros para librar la “batalla cultural” con el objetivo de promover las ideas liberales. Desde cursos de capacitación en medios sociales, movilización y agitación, hasta instrucción ideológica y doctrinaria, pasando por viajes a los EEUU para sus alumnos más prometedores.

Ahora volvamos a Brasil. El Movimiento Brasil Libre (MBL) fue creado dentro de esta red de think tanks por miembros de los “Estudantes pela Liberdade”, que son socios de Atlas Network en oposición a las corrientes, movimientos y partidos de izquierda.

En junio de 2013, el grupo “Estudiantes por la Libertad” tuvo intención de participar en las manifestaciones contra el aumento de la tarifa de autobuses que, bajo consignas a-partidarias y nutridas de ciudadanos blancos de clase media, desencadenó movilizaciones masivas en contra del gobierno de Dilma Rousseff. No obstante, no pudieron hacerlo con ese nombre porque la legislación de Estados Unidos impide que organizaciones del país financien grupos activistas de otras naciones. Para ello crearon una “nueva marca”, para poder venderse en las masivas manifestaciones, la entidad estaba formada sólo por personas físicas y se llamaría Movimiento Brasil Libre (MBL). El objetivo era concreto, direccionar el malestar social contra el gobierno del PT y sus políticas nacional-populares y promover soluciones liberales. Ese ejercicio fue el que les dio el entrenamiento para poder desarrollar acciones de mucha mayor escala, intensidad y agresividad apoyando el impeachment contra Dilma.

El Instituto Millenium es otro think tank liberal ligado al MBL del cual es directivo Paulo Guedes (posible super ministro de economía si Bolsonaro gana). Esta organización está liderada por Gerdau –una de las principales siderúrgicas de Latinoamérica- defiende la “economía de mercado” y cuenta con participación de empresas de medios, como el Grupo Abril -responsable de la revista Veja- junto con el holding Évora y el Bank for America Merril Lynch. El Instituto Millenium también es parte del universo de organizaciones y sellos miembros de la familia Atlas Network.

Estas ONG’s y think tanks han tenido un éxito notable, no sólo lograron interrumpir un gobierno democráticamente electo, sino que además estigmatizaron a todas las opciones de centro izquierda, montados en el discurso de la “renovación” de la política y expandieron su presencia territorial: Hace 10 años no existían más de 3 think-tanks/entidades dedicadas a promover el liberalismo en Brasil, en la actualidad son más de 30 en todo el territorio del vecino. Al mismo tiempo, muchos partidos conservadores brasileños comenzaron a ver el potencial político de estos activistas liberales y los incorporaron como candidatos, en base a su capacidad de movilización. En estas últimas elecciones, lograron 28 cargos legislativos entre la cámara nacional y las cámaras estatales. Sin mencionar el hecho de que el posible super ministro de economía de Brasil podría surgir de las propias entrañas de esta maraña de grupúsculos que funcionan como brazo de la injerencia de los EEUU en la región.