Autora: Agustina Sánchez Beck
Durante el gobierno de Cambiemos todos los indicadores macroeconómicos se deterioraron. Los índices de crecimiento, de endeudamiento público y privado, de pobreza, de producción y de creación de empleo, así lo demuestran. El gobierno del Frente de Todos asumió el desafío de comenzar la transición de una economía especulativa financiera hacia una de reactivación industrial y producción con valor agregado. Estos esfuerzos por mejorar las condiciones macroeconómicas se vieron diezmados con la aparición de la pandemia del COVID-19 a tan solo 2 meses de asumir funciones. Así, debieron dejarse de lado las políticas planeadas y se redireccionaron los recursos del Estado para hacer frente a la propagación del virus y salvaguardar la vida de los/as argentinos/as.
En sintonía con otros gobiernos, empresas internacionales y actores financieros, comenzaron a trazarse programas de recuperación económica al mismo tiempo que se establecieron cuarentenas estrictas en prácticamente todos los países del mundo. Debido a la incertidumbre generada por la interrupción en las cadenas de valor y distribución globales, estos planes de reactivación se tiñeron de medidas proteccionistas en busca de reconstruir la producción nacional.
En pocas palabras, la interdependencia compleja de Keohane y Nye [1] evidenció su lado más endeble. Contrario a lo que se pensaba sobre la capacidad de la dependencia económica como factor mitigante de conflictos, la pandemia demostró que la división internacional del trabajo y sobre todo las cadenas de producción distribuidas en diferentes Estados fueron un elemento generador de tensión en el sistema internacional. El aumento en la demanda de productos cotidianos y productos e insumos médicos impulsó la reconversión de empresas y generó una renacionalización de las cadenas de valor y el recrudecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y la República Popular China.
Ante este contexto internacional, observamos un escenario favorable para la industria de la defensa argentina, que se encuentra frente a la posibilidad de avanzar hacia dos objetivos en simultáneo. Por un lado, aumentar sus disminuidas capacidades militares mediante la modernización y reequipamiento de todas las fuerzas militares y de seguridad, recuperando de esta manera la soberanía tanto en el control como en la disuasión de posibles amenazas. Por otro lado, generar una red de proveedores nacionales en sinergia con la reactivación del complejo militar industrial. La reciente creación del FONDEF y un fuerte impulso a las políticas de sustitución de importaciones son fundamentales para la generación de empleo y la reactivación económica.
Según el “Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo” (SIPRI por sus siglas en inglés), el gasto en el sector de la defensa y el complejo militar industrial alcanzó una cifra de $1.914 billones de dólares en el año 2019 [2].
El FONDEF y su relevancia para la soberanía
El 16 de septiembre la cámara alta del poder legislativo aprobó el Fondo Nacional para la Defensa FONDEF. Durante un acto en las instalaciones de Tandanor el pasado 7 de octubre, el presidente Alberto Fernández, anunciaba la implementación del fondo y expresaba que “básicamente saber que contamos, con mucho o poco, con los recursos necesarios para poder pensar el futuro de la defensa, ese es el sentido del FONDEF, hacer previsible el desarrollo de la producción para la defensa argentina”. A partir de este anuncio, el Ministerio de Defensa contará con un presupuesto de alrededor de 30 mil millones de pesos destinados al reequipamiento del instrumento militar argentino. Esta es una decisión que, bien implementada, puede alcanzar grandes beneficios en diferentes áreas.
Históricamente, el sector de la defensa ha actuado como reactivador de la economía. En momentos de grandes crisis económicas, como en 1929 y durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados desarrollaron e implementaron lo que se conoce como “Keynesianismo militar”. Más allá de los detractores e impulsores de este modelo, no se encuentran muchos análisis económicos que tengan en cuenta el impacto dentro del mercado internacional que representa el sector de la defensa. Aún así es importante tener en cuenta que nuestro país se podría beneficiar fuertemente con este mercado.
La inversión en el sector de la defensa y la reactivación del complejo militar industrial argentino puede tener un rol clave en la reactivación económica, reconstrucción productiva y generación de empleo calificado. Fortalecer la industria para la defensa, con políticas cimentadas en el interés nacional, promueve la sustitución de importaciones, desarrolla el área de ciencia y tecnología y alienta la producción industrial y consecuentemente la contratación de personal.
El FONDEF también viene a revertir la clara desinversión que tuvo lugar durante la gestión del gobierno macrista. En el siguiente cuadro, vemos cómo las políticas del gobierno de cambiemos redujeron fuertemente el presupuesto en general pero más todavía en el reequipamiento de las FF.AA. Los gastos en personal pasaron de representar el 74.3% en 2016 al 83.5% en el 2019. Varias de las compras de equipamiento que se hicieron en este período podrían cuestionarse por su visión cortoplacista, ya que generan dependencia a causa del mantenimiento de los equipos y algunos casos, como la compra de municiones en el exterior, atentaron directamente con la producción de la industria nacional de productos esenciales para la defensa.
Es importante remarcar que los recursos del FONDEF no pueden ser asignados a gastos de personal ni a ningún otro proyecto por fuera del reequipamiento del conjunto de las Fuerzas Armadas y deberá ejecutarse anualmente en su totalidad. La posibilidad de contar con recursos estables por 4 años permite a las FF.AA. elaborar proyectos, llevarlos adelante y finalizarlos, sin perder financiamiento en el transcurso de los mismos, hecho que lamentablemente ha pasado en repetidas ocasiones. Un claro ejemplo es el proyecto del avión IA-100 Malvina, un desarrollo que comenzó en 2013 en FAdeA y luego de que el demostrador tecnológico (una especie de prototipo, pero en un estadio menor de desarrollo) vuele en el año 2016 el gobierno macrista discontinuó el proyecto.
Más allá de las inevitables importaciones necesarias para mantener las capacidades militares actuales de la Argentina, existen 4 empresas dentro de la órbita del Ministerio de Defensa que pueden beneficiarse con las inversiones en ciencia y tecnología del FONDEF. El astillero Tandanor, Coviara (constructora de viviendas de la armada), FAdeA y Fabricaciones Militares. Para lograr estos objetivos es indispensable considerar varios factores. Por un lado, buscar la sinergia y fortalecimiento de la red de proveedores nacionales que actualmente aportan al complejo militar e incorporar nuevas PyMEs industriales a estos proyectos. Por el otro lado, invertir en proyectos que tengan objetivos versátiles y útiles tanto para fines militares como civiles.
Experiencias y proyecciones a futuro
Una ventaja intrínseca de seguir este camino son las inversiones en las economías regionales en las que se encuentran localizadas estas empresas. El complejo militar industrial está distribuido en gran parte del territorio y federaliza de manera natural los recursos privados y estatales dirigidos a estos sectores. Otra característica es su inmediatez ya que no es necesario crear nuevos proyectos que refuercen la red de proveedores nacionales y PyMEs industriales; sino más bien trabajar sobre los proyectos en ejecución que pueden lograr estos objetivos, si existe la voluntad política de introducir los cambios necesarios para hacerlo. Hay proyectos que, como el IA-100 Malvina, conjugan estos factores: el sector productivo privado, el sector productivo público, los sectores de generación de conocimiento y el instrumento financiero a disposición de la producción. Dada la riqueza y profundidad del análisis que requiere abordar esta temática, estaremos desarrollando “la industria nacional para la defensa” en una nueva entrega. Sin embargo, para tener una noción de la magnitud de los proyectos en los que se está trabajando, dejamos algunos ejemplos.
INVAP – FAdeA – VENG
Previo a la aprobación del FONDEF, pero claramente en concordancia con una política de desarrollo científico tecnológico nacional, el 27 de julio se firmó un acuerdo marco entre la Fábrica Argentina de Aviones e INVAP para incrementar la cooperación a fin de desarrollar componentes y aumentar las capacidades y conocimientos para todo el sector aeronáutico. Sumado a este acuerdo, FAdeA contactó y empezará a trabajar junto con la empresa VENG, responsable de la construcción de la constelación de dos satélites en órbita SAOCOM (Satélite Argentino de Observación Con Microondas) 1a y 1b. Para profundizar los detalles de esta colaboración recomendamos la nota de Carlos de la Vega para la Agencia TSS, en donde la presidenta de FAdeA Mirta Iriondo declaró.
“El eje central es que nosotros tenemos empresas, como INVAP, pero también VENG, que han desarrollado capacidades en hardware y software en diferentes elementos que van en los satélites, y que nos parece que pueden ayudarnos a la sustitución de algunas importaciones en el sector aeronáutico, y eso lo consideramos estratégico”. [3]
Fabricaciones Militares – Modernización del FAL (Fusil de Asalto Automático)
Entre el 2010 y el 2015 la Dirección General de Investigación y Desarrollo (DIGID) en colaboración con la Facultad de Ingeniería del Ejército llevaron adelante el proyecto de la modernización del fusil FAL. Fabricaciones Militares Fray Luis Beltrán se encargó del ensamblaje y producción de los prototipos. Este proyecto, continúa en ejecución y es esperable que se vea beneficiado por los nuevos recursos del FONDEF. [4]
Tandanor – Astillero Rio Santiago
El 17 de septiembre se firmó convenio marco de cooperación entre ambas empresas y se va a empezar a trabajar en la reparación de las compuertas del dique 2 en el puerto Manuel Belgrano. También se tiene previsto la construcción de remolcadores y las lanchas de patrullaje para frenar la pesca ilegal en el Atlántico Sur
Todos estos proyectos están dentro de políticas que buscan recuperar soberanía en las capacidades militares argentinas, como nos mencionaba el Director General de Administración de Logística para la Defensa, Dr. Joaquín Labarta, en la entrevista brindada a OCIPEx “Si cada bala que vas a disparar, si cada helicóptero que construís es completamente importado es muy complicado llevar adelante tu política de defensa…” “Si la Argentina puede generar sus propias divisas y controlar sus exportaciones va a poder tener un proyecto nacional sustentable y va a poder reequipar sus fuerzas armadas, no se pueden deslindar estos temas políticos, aunque a uno solo le gusten hablar de cuestiones técnicas”. [5]
Desarrollar capacidades empresariales en el sector de la defensa es hoy más que nunca una necesidad soberana. Destinar los recursos del Estado para reactivar la economía fortaleciendo a los proveedores nacionales es un primer paso en ese objetivo. Asegurar que las inversiones del Estado se destinen a la red de PyMEs nacionales por sobre las grandes corporaciones cada vez sea más viable. Cimentar la colaboración a largo plazo entre empresas y estado para el desarrollo científico tecnológico es la mejor manera de potenciar la capacidad científica argentina. En definitiva, todo lo expuesto hasta aquí tiene describe los esfuerzos para desarrollar una política a largo plazo en el sector de la defensa que tiene como objetivo la recuperación de las capacidades militares en primera instancia pero que también la generación de empleo calificado, el fortalecimiento de las economías regionales federales, la investigación y desarrollo científico tecnológico y en última instancia un gran aporte para el desarrollo de la Argentina.
[1] Keohane, Robert y Nye, Joseph. Ob. Cit. p41
[2] recuperado el 15-09-2020 en: https://www.sipri.org/media/press-release/2020/global-military-expenditure-sees-largest-annual-increase-decade-says-sipri-reaching-1917-billion
[3] recuperado el 18-09-2020 en: https://www.unsam.edu.ar/tss/vuelo-conjunto/
[4] recuperado el 18-09-2020 en: https://www.argentina.gob.ar/noticias/modernizacion-del-fal-un-sueno-un-proyecto-una-realidad
[5] recuperado el 19-09-2020 en: https://ocipex.com/agenda-2020/la-importancia-de-la-ciencia-y-la-tecnologia-entrevista-a-joaquin-labarta