Autora: Agustina Sánchez Beck
Se viene un nuevo tarifazo para la clase media y los que menos tienen. El gobierno eliminó por decreto (465/24) el tope al aumento de las tarifas de luz y de gas por variación salarial para los usuarios de ingresos medios y bajos.
¿Qué significa esto? No hay más subsidios.
El gobierno se otorga amplias facultades para establecer aumentos discrecionalmente, definir “topes de consumo” y ofrecer “bonificaciones” a determinados usuarios sin brindar mayores precisiones.
En febrero se aumentó un 117% el precio de la energía para las familias de “ingresos altos”, los comercios, las escuelas y hospitales. A partir de junio las familias de ingresos medios y bajos también tendrán aumentos brutales en sus tarifas, incluso si sus ingresos no aumentan.
Según el gobierno el nuevo tarifazo es necesario porque las familias no pagan el “costo real” de la energía y esto genera “consecuencias ruinosas sobre el fisco” porque tienen que destinar subsidios. Pero ¿pagamos muy poco o nos cobran muy caro?
El 67,8% de la electricidad que tiene contratada el gobierno es producto de los contratos que se firmaron entre 2016 y 2019 con rentabilidad en dólares del 85% al 95%.
Con la devaluación del 118% se necesitan cada vez más pesos para pagar los contratos en dólares, ahí va la plata del tarifazo que estamos pagando todos los argentinos.
Por su parte, las grandes empresas energéticas incrementaron sus ganancias en este 1T24 respecto al 1T23 entre un 81% y 5378%. Pero no todo es color de rosas. Un gobierno que se jacta de la “seguridad jurídica” incumple contratos con las empresas de electricidad y gas.
Según el decreto, “las familias pagan muy poco” entonces “consumen mucho”, lo que da “señales equivocadas al mercado”.
Afirman que solo con este nuevo esquema se podrá “revertir la situación de consumo ilimitado de los usuarios”. Sin embargo el consumo residencial e incluso el consumo por persona de electricidad de Argentina se encuentra entre los más bajos del mundo.
Mientras el gobierno implementa un nuevo tarifazo y las empresas tienen altas ganancias, el sábado aumentan la nafta nuevamente, por falta de planificación, y recorte en la obra pública, no hay gas para las estaciones de servicio y fábricas.
A su vez, los “vivos” de adentro y los buitres de afuera quieren desguazar y apropiarse de YPF, que el 51% es de todos los argentinos. El dogmatismo nos sale caro.