Por Vazquez del Faro
El Reino Unido intenta presentar a las Islas Malvinas como un lugar apacible, ideal como destino turístico exótico y alejado. Sin embargo, el gobierno británico lleva más de 30 años construyendo una verdadera fortaleza militar en las Islas. Lejos de describir un paisaje bucólico, el archipiélago aparece como un lugar completamente militarizado, donde los soldados representan la mayor parte de la población. En Malvinas, los británicos poseen destacados más de 2000 personas (entre militares y personal de apoyo del Ministerio de Defensa británico) de forma permanente. La población militar es mayor a cantidad de habitantes que nacieron en las Islas, que sólo son alrededor de 1.500.
En las Islas Malvinas los ingleses tienen una base aérea con aviones caza, aviones de transporte militar, helicópteros, baterías misilísticas y una base naval con destructores, fragatas y submarinos nucleares. El costo total de unidades terrestres, aéreas y navales destacadas por el Reino Unido en las Islas Malvinas asciende a 5.000 millones de dólares. Este número da dimensión de la magnitud del despliegue militar y estratégico británico en el Atlántico Sur.
Hoy, la presencia británica en las islas es un acto de agresión directo a la República Argentina pero también una amenaza a la seguridad de Latinoamérica y del Atlántico Sur.