GT Malvinas, Antártida, Atlántico Sur y Cuenca del Plata
El 22 de febrero de 1904 se produjo el hito fundamental por el cual decimos que la Argentina es una Nación bicontinental. En ese día, nuestro país adquirió el observatorio meteorológico perteneciente a la expedición dirigida por el escocés William Bruce y a partir de ese momento la Argentina comenzó su presencia ininterrumpida en la Antártida que se prolonga hasta nuestros días. La base Orcadas, ubicada en la Isla Laurie del conjunto de las Orcadas del Sur, se convirtió desde entonces en el primer asentamiento permanente en el continente blanco a partir del izamiento de nuestra bandera.
Si bien ya existían antecedentes desde el siglo XIX por la presencia de “foqueros” que realizaban actividades de caza en el Atlántico Sur y por la participación del Estado Argentino en el rescate de la expedición de Otto Nordenksjöld en 1903 a bordo de la corbeta Uruguay comandada por Julián Irízar, la importancia de esta fecha radica en que comenzó a materializarse la ocupación efectiva de nuestro país en la Antártida y desencadenó un proceso que se fue consolidando durante la primera mitad del siglo XX.
A partir de la década del 40, la política antártica argentina se fue pronunciando logrando niveles de institucionalización y jerarquización que sentaron las bases para una política de Estado que sigue en vigencia. La creación de la Comisión Nacional del Antártico en 1940 y del Instituto Antártico Argentino en 1951, el establecimiento de bases científicas en el continente, la organización de expediciones científicas y la caracterización de la política antártica definida como “el Magno Asunto” de la Argentina por Perón fueron dando contenido a la noción bicontinental del país. Además, comenzó a generarse conciencia antártica al mostrar a nuestro país en su real dimensión en los mapas. En materia de política exterior, entre 1947 y 1953, se realizaron Declaraciones conjuntas con Chile a fin de sellar una alianza regional para contrarrestar la ofensiva británica producto de la superposición de los reclamos de los 3 países en la Antártida.
en la Antártida (1951)
Las políticas implementadas a lo largo de este período permitieron luego posicionar relativamente a nuestro país en el marco de la discusión que desembocó en el Tratado Antártico de 1959, el cual fijó el destino de la Antártida con fines pacíficos y científicos de manera de apartarlo de todo tipo de conflicto armado y libre de ensayos nucleares en un contexto signado por la Guerra Fría. En relación a la complejidad de las reclamaciones territoriales se convino su preservación, impidiendo que se constituyan nuevos reclamos o se amplíen los que ya existían, quedando únicamente Argentina, Chile, Reino Unido, Francia, Noruega, Australia y Nueva Zelanda como Estados reclamantes, mientras que EEUU y la URSS se reservaron el derecho de hacerlo en un futuro.
Actualmente hay 54 países que participan en el STA y otros actores como ONG y empresas de turismo que van teniendo mayor gravitación en el continente. Paralelamente, nuestro país continúa profundizando su presencia en el Sector Antártico mediante sus 13 bases científicas (6 permanentes y 7 temporarias) desde donde despliega todas las actividades científicas que se sostienen por la logística que brindan las Fuerzas Armadas.
En la actualidad, la política antártica argentina se sostiene desde 3 bases fundamentales: la diplomacia (que opera en el STA y en el plano interno desde la Dirección Nacional del Antártico), la ciencia (abordada principalmente desde el Instituto Antártico Argentino) y la logística (por medio del Comando Conjunto Antártico de las Fuerzas Armadas). Todos los años se llevan adelante las Campañas Antárticas con el fin de dar cumplimiento a la Política Antártica Nacional y consolidar nuestra soberanía en la Pampa blanca.
De cara al futuro, resulta imprescindible el análisis de las tendencias que vislumbran los Estados en el continente antártico de manera de identificar escenarios de cooperación o confrontación que se puedan dar hacia dentro del STA. En el mediano plazo, surge en primer lugar la posible revisión del Protocolo de Medioambiente, que en el año 2048 cumplirá 50 años de su entrada en vigor. La posibilidad de la explotación de los minerales – que implicaría una modificación de la actual legislación – emerge como uno de los principales debates en la Antártida. Además, los riesgos que implica el cambio climático es un tema ligado estrechamente al continente antártico.
Por otro lado, desde un punto de vista geopolítico, también cabe preguntarse de qué manera podrán impactar las nuevas configuraciones de poder en el STA y a su capacidad para tratar estos asuntos de manera interna de modo que la presión externa no debilite el sistema y pueda dar una respuesta adecuada.
El mapa bicontinental argentino actualizado por la ley 27.557/20 es una expresión de los intereses del Estado y da cuenta, entre otras cosas, de las áreas que mayor relevancia geopolítica tienen para nuestro país: por un lado, las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur junto con los espacios marítimos correspondientes,y ligado con ellos, el Sector Antártico Argentino.
En este sentido, el desarrollo particular de esta región del país, principalmente de las ciudades fueguinas, se convierte en el núcleo de las políticas a implementar; de la misma manera que la cooperación con países de la región con quienes se comparten intereses antárticos es la vía para acrecentar la posición sudamericana en la Antártida.
En síntesis, un nuevo aniversario de la Antártida Argentina es una fecha conmemorativa para recordar una vez más el acervo histórico de nuestro país en dicho continente y fundamentalmente para reflexionar acerca de la tarea futura para afianzar la soberanía argentina a escala bicontinental como unidad geopolítica indivisible.
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