GT: Desarrollo Económico Justo y Sostenible
El ajuste de gastos devengados del primer trimestre fue del 31% respecto a 2023. Los datos de ajuste del gobierno son una ficción para sostener el veranito financiero, mientras a los argentinos se los somete al más crudo de los inviernos económicos y sociales que se tenga memoria.
Del total del ajuste, un 41% fue por jubilaciones, un 9% por los tarifazos, un 8% por el ahogo a las provincias, un 4% a los planes sociales y un porcentaje similar por el recorte a universidades.
El Tesoro que no ves
El ajuste en jubilaciones y pensiones se dio básicamente porque el Tesoro Nacional dejó de transferir dinero al ANSES para garantizar un piso digno de ingresos para los abuelos y pensionados.
En este sentido, si miramos de donde proviene el dinero devengado (la fuente de financiamiento), el Tesoro es quien más redujo sus gastos, en un 62%. ¿Que significa esto?
El acuerdo con el FMI limita el financiamiento del Banco Central al Tesoro. Este año no se financió al Tesoro con adelantos transitorios del Banco Central, según información oficial1. Es decir, no emitieron. El gobierno busca sobrecumplir estas metas para recibir financiamiento externo, bajo el auspicio de “sanear el balance” del Banco Central.
La contracara de sostener esta política, es que para cumplir estas metas el gobierno decidió recortar jubilaciones, obra pública, transferencias a las provincias e inversión en educación. El problema no es sanear el balance del Banco Central, sino que la motosierra y la licuadora apuntan principalmente a la clase media y los jubilados. Mientras tanto, el Banco Central se endeuda en dólares para pagar las importaciones que todavía no pagó.
El único concepto que aumentó como fuente de financiamiento en términos reales fue el crédito externo. Pero si miramos en qué se gastó esa plata nos encontramos con que se usó más de los presupuestado para todo el año en pagar servicios de deuda pública (FMI y bonistas privados). Sin embargo, prácticamente no se utilizaron los préstamos de organismos multilaterales para obras públicas, agua potable, infraestructura de transporte, agricultura o industria. Esto muestra a las claras el modelo de Milei, timba financiera a costa de la inversión real, y de quienes producen y trabajan.
El ajuste que se muerde la cola
Sin embargo, este ajuste no es sostenible. La diferencia entre el dinero devengado por el gobierno y los recursos disponibles es cada vez mayor, lo que hace dudar sobre la sostenibilidad macroeconómica del superávit del que el gobierno se ufana.
En este sentido, el brutal ajuste, la devaluación, la desregulación de precios y la inflación llevaron a una estrepitosa caída de la actividad económica y por lo tanto de la recaudación. En marzo la recaudación cayó un 15% en términos reales respecto al año anterior. La caída estuvo principalmente en el IVA, los aportes a la seguridad social y ganancias. La caída no fue mayor debido al crecimiento del impuesto PAIS y de los derechos de exportación, luego de un año de una importante sequía.
Esto vaticina que el ajuste va a morder la cola, donde el superávit se agota por el aumento de la recesión. El apuro del gobierno por cambiar la fórmula jubilatoria que sostenga el ajuste presupuestario, y sobre todo, en el bolsillo de los abuelos, es parte sustancial del plan. El Excel debe cerrar para conseguir el apoyo del FMI y los organismos de crédito que le brinden financiamiento al superávit, también creativo, que consiguió el gobierno.
Un frente importante de la inconsistencia y conflictividad contractual del ajuste son las transferencias a CAMMESA (-71%) y el Plan Gas (-83%). No sólo que se castiga a la gran mayoría de los argentinos con aumentos de precios y tarifas siderales, sino que, además, no se le transfiere el dinero a CAMMESA para pagar por el gas y la energía generada. A su vez, tampoco se le está pagando a las productoras de gas el precio estímulo pactado en contratos durante el anterior gobierno. Según la información periodística la deuda asciende a USD 2.200 millones y estarían evaluando emitir un bono para cubrir estos costos. El FMI ya advirtió que los computaría como déficit.
Si hay miseria que no se note
El cronograma de pago diferido de importaciones, y la existencia de la restricción de acceso a divisas (cepo) para el sector privado, todavía permiten que el gobierno logre acumular dólares. En diciembre, el gobierno solo pagó el 17% de las importaciones realizadas, y en febrero un 41%. Por esta razón, hasta economistas que apoyan al gobierno advierten sobre los problemas que traería para acumular divisas levantar apresuradamente las restricciones al movimiento de capitales y la liberalización del mercado de cambios.
A su vez, las importaciones cayeron debido a la caída de la actividad económica y que el gobierno finalizó el gasoducto Néstor Kirchner que le permite suplir una parte importante de la demanda externa de gas, y el aumento de las exportaciones gracias al crecimiento de Vaca Muerta.
Aunque el gobierno de Milei no lo admita, usufructúa los beneficios de dos políticas resistidas por los sectores más liberales. Por un lado, la estatización de YPF en 2012 que inversión mediante, permitió revertir el declive de producción de hidrocarburos en el país, y la Ley 27.605 del Aporte Solidario y Extraordinario que permitió financiar la obra del gasoducto. Como muestra el gráfico, en el segundo gobierno de Cristina Fernández YPF lideró la inversión de las petroleras, y recuperó su lugar preponderante desde la llegada de Pablo González a YPF entre 2021 y 2023.
Por esta razón, en el primer bimestre de este año la balanza energética de dólares fue récord, con USD 671 millones, cuando anteriormente había sido sistemáticamente deficitaria, inclusive en dos meses calurosos como son enero y febrero.
Esta perspectiva de menor déficit de dólares en el sector energético para el invierno, por caída de consumo y aumento de exportaciones, permite al gobierno contener la devaluación que exige el sector agroindustrial para liquidar la cosecha gruesa de soja, ya que entiende que el tipo de cambio se encuentra atrasado y les quita rentabilidad. Sin embargo, este frente se encuentra abierto.
Todo palo sin zanahoria
Dentro de la batalla de Milei por disciplinar a quienes no sean parte de su espacio político, la gran mayoría del arco político y todos los gobernadores, recortó un 70% las transferencias a provincias. ¿Pero qué significa esto? Es un 80% de recorte en presupuesto para educación (con la eliminación por DNU del Fondo de Incentivo Docente), a las jubilaciones de las cajas provinciales, en inversión en aguata potable (-92%), en rutas y viviendas (no transfirió dinero) o en construcción de cárceles. Es imposible garantizar el comercio, la educación y la seguridad si el Estado no participa. Es un chiste de mal gusto hacernos creer que uno mismo se puede hacer los puentes.
El recorte no solo estuvo en los fondos propios sino también en los provenientes de la banca multilateral y desarrollo. Durante el primer trimestre sólo se transfirió el 9% de los fondos presupuestados de los organismos internacionales destinado a obra pública, vivienda, acceso a la salud y desarrollo de economías regionales principalmente.
En este sentido el recorte en todos los gastos nacionales de educación fue de un 48% en el primer trimestre. Esto ya está generando problemas graves. Se cortaron las obras para jardines de infantes, para formación técnico profesional, salarios docentes, insumos como libros o computadoras. Además, las tarifas de luz para universidades y escuelas van a venir con aumentos de al menos el 246%2.
Por esta razón los rectores de las universidades nacionales decidieron por unanimidad realizar una jornada de protesta durante el mes de abril.
El ajuste no llega sólo a los trabajadores, sino también a los que producen. Quizás con menos resonancia porque las principales cámaras empresarias están hegemonizadas por el lobby de quienes apostaron por Milei. Sin embargo, el desfinanciamiento a la política industrial y de desarrollo de PYMES es total como muestra el gráfico. No es de extrañar que después de la experiencia anarco-colonia tengamos una matriz económica más concentrada, primarizada y extranjerizada.
Existe una especie de máxima popular de que el ajuste no es posible sin represión. Sin embargo, las fuerzas armadas y de seguridad también vieron un ajuste del 24% de sus ingresos en el primer trimestre. Los datos muestran claro el modelo de país y por lo tanto, de fuerzas armadas y de seguridad que quiere el gobierno. Se redujo un 61% el presupuesto para equipo militar de las FFAA, ya que se las quiere reorientar a la lucha interna contra el narcotráfico y se aumenta un 300% la compra de material de guerra. En este sentido también se redujo en un 45% la inversión en la industria para la defensa, por lo que no es de esperar que mejoren las capacidades nacionales de armamento y equipaje para la defensa.
Referencias:
1https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/infomondiae.pdf