Sectores Estratégicos

La importancia de la Ciencia y la Tecnología – Entrevista a Joaquín Labarta

En una nueva edición del ciclo Agenda 2020, nos reunimos con el Dr. Joaquín Labarta, abogado y escribano, actualmente Director General de Administración Logística en el Ministerio de Defensa. Repasamos los paradigmas geopolíticos y las hipótesis de conflicto actuales, como también el rol del Ministerio y las Fuerzas Armadas en el marco de la pandemia mundial.

Después de la Segunda Guerra Mundial, las hipótesis de conflicto y los enfrentamientos bélicos se daban dentro de las esferas de influencia de un mundo bipolar fuertemente signado por la disuasión nuclear. Una vez disuelta la Unión Soviética, en la década de los 90, el sistema internacional entra en un período de transición con enfrentamientos entre la OTAN y alianzas internacionales frente a lo que se denominó “Estados Fallidos” o “Zonas Grises”. El cambio de siglo cimentó la unipolaridad de Estados Unidos en el rol de potencia hegemónica y particularmente después la caída de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001, cuando se inició “la guerra contra el terrorismo” a escala global. Los conflictos bélicos se alejaron de una hipótesis de combate clásico entre Estados y pasaron a lo que el autor Samuel Huntington denominó “choque de civilizaciones”. En las últimas declaraciones del presidente Trump, se menciona la intención de abandonar este paradigma de guerras sin claros ganadores de los territorios en disputa, para retornar a una visión más clásica del interés nacional norteamericano.

Consultamos al Dr. Labarta ¿Cómo se pueden analizar estas declaraciones y que podemos esperar de un cambio en esta dirección geopolítica?

JL: Uno de los ejes que hoy observo es que se han terminado los conflictos bélicos más clásicos, es decir, en dónde las fuerzas regulares de dos estados disputan en un campo de batalla determinado. La Argentina tuvo un conflicto de esas características, Malvinas, situado en un espació y en un tiempo con ciertas reglas, que más allá de que Gran Bretaña incumplió parte de esas reglas en el hundimiento del ARA General Belgrano [1], había fuerzas regulares disputándose un territorio concreto. Este tipo de conflictos bélicos parecen de alguna manera haber terminado. Es importante entender que los medios de comunicación han cambiado también la manera en que se dan actualmente los conflictos bélicos, no me refiero a los diarios y televisión sino a todos los avances tecnológicos a través de los cuales se pueden transmitir.

Haciendo un poco de memoria, la segunda invasión norteamericana a Irak fue transmitida en vivo, veíamos por televisión luces verdes, que en realidad eran misiles y baterías antiaéreas sobre la ciudad de Bagdad. A manera de opinión personal, creo que Estados Unidos viene en un retroceso de su diplomacia. Normalmente las potencias, hasta la guerra fría, contaban con su poder disuasivo. Todos los avances de las nuevas tecnologías en materia de defensa también cumplen el mismo rol. La mayoría de los países se arman para evitar conflictos, para disuadir a los posibles enemigos.

Entonces podemos pensar que estas bravuconadas que se le escuchan decir al presidente de los EE.UU. tienen que ver con una incapacidad de utilizar otras herramientas, sean diplomáticas o no tan diplomáticas, para obtener los resultados que necesitan para mantener su hegemonía. Con esto no me refiero que EE.UU. esté débil o que sea una potencia terminada como muchos afirman, eso es tema para otra charla y hay que discutirlo ahondando mucho sobre el tema. Sí me parece que hay un retroceso en la diplomacia, que se traduce en un ejercicio del uso de la fuerza por una potencia como es EE. UU. que pone mucho presupuesto en un complejo industrial militar que no tiene únicamente un fin bélico; tiene un fin económico básicamente, mueve la maquinaria industrial de ese país constantemente. Hay que tener en claro que la industria de la defensa en la mayor parte del mundo es un negocio [2].

MC: muchos autores coinciden que muchos de los conflictos que se viene van a estar centrados en los recursos naturales, Argentina es un país con una cantidad enorme de recursos ¿qué acciones se están tomando al respecto?

JL: La disputa por los recursos naturales ya se está dando, no está por venir. Hemos visto muchas invasiones alrededor del mundo por recursos hidrocarburíferos principalmente. En lo que respecta a nuestro territorio y a nuestra hipótesis de conflicto, el libro blanco de la defensa del año 2015 define como objeto de la hipótesis de conflicto a justamente estos recursos. Sin embargo, creo que hablar sobre la disputa de los recursos naturales desde un paradigma de la defensa es errado. Veo que existen 2 ejes, por un lado, no puede haber una defensa de los recursos naturales tan vastos como los de la Argentina sin un proyecto de nación soberana. No importa las acciones en materia de defensa que se lleven adelante si asume un gobierno que está dispuesto a entregar estos recursos sin que se dispare ni un solo tiro. Cuando hay proyectos neocoloniales los recursos naturales se entregan en la casa rosada o en el congreso de la nación.

Suponiendo que no estamos insertos en un proyecto neocolonial entreguista, proyecto que requiere de una profunda batalla cultural; porque estoy convencido que hay un alto porcentaje de nuestra población que tiene una mentalidad neocolonial, consciente o inconscientemente diría algún psicólogo. Suponiendo todo lo que acabo de mencionar, sí se requiere de otro elemento que es un profundo y urgente reequipamiento militar. Por supuesto que es muy difícil poner como prioridad “gastar” en la industria de la defensa en un país donde siempre faltan muchas cosas. Para esto también hay que dar una batalla cultural, porque la industria de la defensa es un concepto completo y complejo. Si vos tuvieras una industria naval que genera buques de transporte y una flota de la marina mercante que evita que se vaya 15 o 20 mil millones de dólares en costes de flete, por un lado se genera ese ahorro y por el otro es muy fácil transformar esa flota de civil a militar. Entonces este reequipamiento requiere de varias hipótesis previas. Creo que es lo que hay que hacer, creo que nos encontramos nuevamente en un proyecto soberano de nación, pero seguimos en una disputa de 200 años de historia entre los sectores nacionales y los entreguistas. Y hay que tener en cuenta que el reequipamiento militar tiene que ser con fines disuasivos, reequipar a nuestras Fuerzas Armadas no supone que la Argentina sea un país agresor. Es importante remarcar esto porque seguimos con parte de nuestro territorio ocupado y seguimos teniendo conflictos cada vez que queremos comprar un motor para un buque que tiene un componente Rolls Royce, porque Inglaterra no nos lo vende. Aún sabiendo que no somos parte de una hipótesis de conflicto real, ellos igualmente nos tratan como un enemigo. Este reequipamiento militar, además de presupuesto va a necesitar ciencia aplicada, ya que es imposible pensar un reequipamiento si no hay ciencia al servicio de la industria de la defensa. Y por último una batalla cultural para adentro mismo de las Fuerzas de implementar una resignificación de las Fuerzas al servicio de ese proyecto soberano, porque si las Fuerzas Armadas también tienen una mentalidad neocolonial también estás ante un problema. Entonces es algo que requiere más que solamente presupuesto, requiere intencionalidad y conducción política.

MC: En el marco de esto que mencionas ¿cómo se están tomando la conducción del ministro Rossi dentro de las Fuerzas Armadas teniendo en cuenta el rol que están llevando adelante durante la pandemia? 

JL: Respecto al rol que están teniendo las FF.AA. en la pandemia con la conducción del ministro, creo que estamos ante una oportunidad única en la historia argentina. Tomando en cuenta que después de la última dictadura militar y el desmantelamiento que eso produjo de las fuerzas, sumado a un claro desprestigio por las violaciones que se cometieron con delitos de lesa humanidad que muchos de nosotros la sufrimos, incluso nuestras familias. Aun cuando se llevaron adelante procesos políticos neocolonial también por gobiernos democráticos en nuestro país, creo que estamos ante una oportunidad histórica.

Primero, estamos ante jefes de las tres fuerzas que no eran militares durante la última dictadura, no tenían edad cuando se dio. Estamos ante militares que son por primera vez 100% hechos en democracia, esa es una gran ventaja. Segundo, tenemos jefes que se han abocado de lleno en la administración del ministro Rossi para abordar la catástrofe surgida por la pandemia. Desde que se declaró la pandemia y la Argentina empezó a luchar en contra el virus, desde el ministerio se está trabajando en poner a disposición los 17 hospitales con los que cuenta en todo el país. Son instalaciones normalmente utilizadas para tratar a todas las fuerzas, pero también a gendarmería y prefectura es como tener un pequeño ministerio de salud. La sanidad militar conjunta que atiende a los militares de todas las fuerzas, pero también a la gendarmería y la prefectura naval a través de su obra social. [BN1] [MC2] 

Sumado a esto, el laboratorio conjunto se ha puesto a fabricar alcohol en gel, la sastrería militar dejó de hacer uniformes para hacer barbijos y podemos ver en todo el país como nuestro ejercito y también infantería de marina, está brindando asistencia alimentaria a los más necesitados en los barrios. Esta es una experiencia que también está generando una relación muy positiva con la sociedad. Me cuentan muchos soldados que vuelven emocionados de los operativos, porque entran a barrios muy carenciados en un camión del ejercito y uniformados y los aplauden, a muchos soldados se le caen las lágrimas porque eso no pasa hace mucho en nuestro país.

Esa es una oportunidad maravillosa, creo que hay que visibilizar el trabajo que están haciendo las fuerzas armadas en el medio de la pandemia, es clave. Me parece que la sociedad está recibiendo muy bien esta colaboración y el esfuerzo que se está poniendo desde las tres fuerzas todos los días. La armada argentina en sus buques está patrullando en nuestros ríos y nadie se entera, van a los lugares en donde no accede nadie y vacuna a isleños, les llevan barbijos y alcohol en gel. Es decir, realmente la tarea que no está visibilizada es cotidiana. Pero me parece que parte de la sociedad se ha dado cuenta que cuando una catástrofe de esta magnitud nos golpea, nadie puede ocuparse de esta acción de contención que no sean las fuerzas armadas.

Hay que pensar en unas fuerzas armadas vinculadas a las catástrofes de todo tipo y para eso tiene que estar bien preparadas y equipadas. Entonces volvemos al principio, la unidad de respuesta de emergencias que tienen las FF.AA. tiene que estar equipada para poder responder ante una catástrofe que puede ser de tipo climática, o pandémica como la actual, entonces me parece que el rol está siendo clave. Estoy muy contento con lo que se está haciendo.

A modo de ejemplo cuento como cuando se tuerce el rumbo de gobierno suceden cosas positivas. Cuando llegamos a la gestión en diciembre, una de las primeras carpetas con las que me encontré, fue una con un fallo judicial sobre un predio de 82 mil metros cuadrados en Puerto Madero. Con lo que significa un predio de esas dimensiones en la zona inmobiliaria más cara de la Argentina, queda al costado del apostadero naval y atrás de migraciones. Eran los viejos talleres de Tandanor, estaban judicializados luego de la privatización y estaban siendo utilizados por una empresa que se llama “Modena”, cuyo titular es Cristiano Rattazzi, con un helipuerto para hacer vuelos privamos desde el Nordelta hacia Puerto Madero. El fallo judicial era de hace un año y medio y establecía que el predio tenía que ser devuelto al Estado. El Estado, por supuesto no había hecho nada, por lo que nosotros en nuestra primera semana entramos con un escribano público y nos hicimos de este predio. Actualmente tiene buques, está el Almirante Irizar que realiza la campaña Antártica desde allí. Pero, cuando se desató la pandemia, una empresa privada ofreció una donación de complejo habitacional, hecho con containers de mucha tecnología, totalmente equipados, pero que estaban en Veladeros, San Juan, a 4000 mts de altura.  El Ejercito Argentino fue en búsqueda de esas instalaciones, acondicionó todo para el transporte que lo realizó la compañía de transporte del ejército, con una gran colaboración privada de FADEEAC (federación de transportistas).

Se hicieron 3 caravanas para el traslado; se ingresó a un predio recuperado hace apenas 5 meses y se montó otro de los hospitales reubicables que están operativos y desplegados en todo el territorio nacional. Pero creamos este nuevo Hospital CAAMBE, Centro de Aislamiento y Atención Médica Bahía Esperanza, aquí en Puerto Madero, que tiene más de 80 camas, tiene respiradores, tiene absolutamente todo el equipamiento. Toda esa operación logística, el desarme en Veladero a 4000mts, traer los conteiners, acondicionarlos, acondicionar el predio que era un basural, ponerlo operativo, agua potable, electricidad y cloacas, se hizo en menos de 2 meses; con lo cual se demuestra que cuando hay voluntad del estado se pueden hacer las cosas rápido, bien y realmente creo que son tareas que solamente las pueden llevar a cabo las Fueras Armadas.

MC: En este marco de recuperación de capacidades militares, en este caso algo tan importante como el predio en Puerto Madero ¿se puede imaginar un escenario en donde el complejo industrial militar colabore en la recuperación de empleos una vez controlada la pandemia?

JC: No puede haber un reequipamiento de las Fuerzas Armadas sin una industria para la defensa. Es muy difícil ser un país soberano y tener unas FF.AA. con un alto nivel de preparación y con los insumos necesarios si todo lo importas, eso es claro. Si cada bala que vas a disparar, si cada helicóptero que construís es completamente importado es muy complicado llevar adelante tu política de defensa. En ese sentido, no creo que haya recuperación y reequipamiento en materia de defensa si no tenemos una industria de la defensa. Para lograr eso hay que continuar con algunos procesos de larga data, como por ejemplo la Fábrica Argentina de Aviones de Córdoba.

Hay que continuar con el proceso de modernización de los aviones Pampa, son aviones de entrenamiento que siguen siendo competitivos, son bueno, son modernos, están vigentes. No hacer lo que hizo la gestión anterior que fue comprar aviones norteamericanos que no son buenos, de inferior calidad e inferiores prestaciones para no seguir con la industria nacional, no tiene ningún sentido. Hoy por hoy FAdeA hace una cantidad de cosas que van desde brindar mantenimiento a aviones de EMBRAER de Brasil, más allá de las visiones políticas del Brasil actual. Ha hecho una terminación y un overhauling de unos helicópteros del ejército que han quedado espectaculares, la tarea que ha hecho FAdeA es impresionante.

Todas estas empresas, Fabricaciones Militares, Tandanor, con el tiempo nos dimos cuenta que tienen que ser básicamente empresas estatales. Para dar un ejemplo, Fabricaciones Militares (F.M.) era una dirección dentro del estado, con el régimen de contrataciones que tiene el estado, que es bastante lento por los controles que tiene que tener, y en la dinámica comercial es muy difícil que compita en el sector privado de esa manera. Ahora es una empresa estatal, tiene una dinámica estatal, pero puede empezar a competir en el mercado. Por supuesto depende también de la directiva y voluntad política.

¿A que me refiero con esto? F.M. en los últimos años tenía una lógica con un interés político. Se vendía por debajo del costo de producción tanto chalecos como municiones. Como los números por supuesto daban mal por vender por debajo del costo de producción, se decía “hay que echar gente porque se pierde plata”. Cuando venía el próximo balance decían, “seguimos perdiendo plata”. Por supuesto, porque se seguía vendiendo debajo del costo de producción y volvían a echar personal.

Estas son las ecuaciones para llegar a la privatización, a la que gracias a dios no se llegó. Lo que pasaba es que había un interés muy específico del macrismo, que era comprar las municiones en Italia a sociedad muy allegada a la familia Macri. Entonces, este tipo de cosas son las que hacen que uno cada vez que vuelve al gobierno tiene que empezar a remontar cada empresa y cada fábrica y que por supuesto es muy costoso. No tengo dudas igual que se puede hacer y lo estamos haciendo, tanto con FAdeA como con F.M. y con Tandanor, que está por entrar un buque de la Armada a dique seco y se están empezando a trabajar nuevamente.

Se están fabricando lanchas de entrenamiento muy interesantes, la verdad que hay mucho para trabajar. El ministro Rossi me parece que tiene una gran ventaja más allá de cuestiones ideológicas, y es que ya fue ministro de defensa. Esta es una cartera muy compleja, de mucha especificidad, entonces cada vez que entra un civil, tenga experiencia en el estado o no, el tiempo que le lleva aprender las cuestiones específicas en materia de defensa, si no es un experto, es un tiempo perdido.  También desgasta al personal militar que tienen que explicar de cero lo que es una campaña Antártica, por ejemplo.

MC: Cambiando un poco de tema ¿cómo ves el margen para lo coordinación regional en el marco de la pandemia teniendo en cuenta el contexto político actual?

JC: Si la pregunta hubiera sido cual es el margen de coordinación con las potencias regionales y nada más, yo diría que es poco, muy poco. Como se agregó “en el marco de la pandemia” es un poco más. Este tipo de emergencias permiten mayor grado de coordinación, más allá de los lineamientos políticos de algunos países vecinos. Lo que se venía haciendo cuando la región estaba integrándose a pleno, hasta el año 2012 o 2013 era a través del Consejo Sudamericano de Defensa  pero todo ese esquema la verdad que se ha desvanecido. [BN3] [MC4] Cuando vemos la actualidad de los gobiernos de la región, Bolsonaro en Brasil, en Uruguay volvió el neoliberalismo, en Bolivia hubo un golpe de estado, en Chile Piñera, se hace muy compleja la coordinación.

Desde el ministerio los clásicos ejercicios Cruz del Sur con Chile los seguimos haciendo, me parece que hay una tradición entre las Fuerzas Armadas argentinas y chilenas de cooperación que es muy buena. Si se pudo coordinar en materia de pandemia los vuelos sanitarios que hizo la Fuerza Aérea, que recibió toda la ayuda del ejercito y la fuerza aérea del Perú. Ellos pusieron los colectivos para repatriar los ciudadanos argentinos, nosotros enviábamos hermanos peruanos que estaban aquí varados en los aviones Hércules y volvían llenos de argentinos. Se han hecho otros vuelos de repatriación a Ecuador, es decir, ha habido un nivel de coordinación importante en le marco de la pandemia. ¿Eso quiere decir que hay una coordinación en materia militar y de defensa? Yo diría que no. La coordinación que se está viendo es de carácter bilateral, porque también creo que vamos a un mundo bastante más multipolar y en la región mientras tengamos tantas diferencias es difícil coordinar hoy con países como Brasil, lamentablemente. Creo que Brasil y Argentina tienen un destino común o no tendremos destino ninguno de los dos. Pero, hoy se hace difícil, por las diferencias y el bajo nivel del presidente de Brasil se hace muy muy complejo.

MC: ¿Cuáles pensas que son los puntos clave en la elaboración de una estratégica nacional para la defensa y de que manera se puede garantizar la continuidad aún frente a los cambios de gobierno?

JC: Veamos algunos ejemplos regionales, Chile tuvo el retorno a la democracia en el 89’, desde ese momento tuvo un proyecto de libre mercado, de apertura, con más de 50 tratados de libre comercio y le daba las espaldas a América Latina, miraba a EE.UU. y a Europa, como ese proyecto tenía continuidad, las políticas tenían continuidad. El último año se resquebrajo, tuvo mucho rechazo antes de que comience la pandemia, parecía estar definido. Pero una política que tuvo continuidad era la de equipar a las Fuerzas Armadas. Entonces volvemos a lo mismo, el problema son los proyectos de nación.

En los países que no tienen resueltos sus proyectos de nación y que viven en disputa permanente es muy difícil que se resuelva. La Argentina es un paradigma en eso, pero en la región pasa lo mismo. Lo que le pasa a Brasil, a Bolivia, a Venezuela, a Ecuador, es que les resulta muy difícil que los proyectos soberanos tengan continuidad porque las negras también mueven y el imperialismo existe. Algunos nos llamaran setentistas, pero la realidad es que el imperialismo sigue existiendo y sigue operando, y por supuesto que cuando nos ven distanciados operan con mayor efectividad y buscan desmantelar proyectos regionales a escalas como lo fue por ejemplo el “UNASUR I” [3].

Estos proyectos regionales desde el punto de vista económico y tecnológico son más fáciles de llevar adelante. Algo que todos pasamos por alto pero que siempre hay que tener en cuenta, son nuestras capacidades. Actualmente en medio de la pandemia, ¿cuántos países en el mundo producen test 100% industria nacional? Nueve en todo el mundo y Argentina es uno de esos, lo mismo se puede decir de la fabricación de satélites. Entonces lo que quiero decir es que el recurso humano argentino sigue trabajando en contra de nuestra gran tragedia, por así llamarlo. Yo creo que esto sigue sucediendo exclusivamente porque hay cosas de nuestro país que son inamovibles, por ejemplo, la educación pública, universitaria, sobre todo.

Han intentado destruirla, yo me acuerdo que era estudiante universitario cuando durante el gobierno de De la Rua quisieron arancelar las universidades. Hay un consenso de la sociedad y sobre todo de la clase media argentina que la universidad pública no se toca. Eso sigue produciendo que tengamos un recurso humano de altísima calidad, esa sigue siendo una luz que alumbra todos estos proyectos. Sumado a esto, estos proyectos, dentro de las empresas estratégicas tienen que tener unidades de negocios autosatisfactivas. Es decir, que F.M. no dependa solo de la compra de munición del ejercito o de las policías para su ecuación de negocios. Ahora, por ejemplo, están empezando a desarrollar vehículos blindados y chalecos antibalas competitivos en el mercado, eso hace que su ecuación de negocios sea positiva y eso es una defensa en sí misma. Una empresa que es competitiva y que cuenta con tecnología de punta se hace muy difícil privatizar y desguazar. No es imposible, porque lo hemos visto que los proyectos entreguistas han desguazado empresas competitivas. Pero esas ecuaciones son las que deberían tener FAdeA, FM, Tandanor, entre otras empresas.

Sumado a lo que venimos conversando, hay que mencionar el proyecto de modernización del FAL [4], es extraordinario cuando uno ve que con sólo de $300 a $800 dólares podemos modernizar un rifle de asalto para nuestras fuerzas. Hay muchos fúsiles FAL nuevos que nunca han sido usados y que se puedan modernizar a través de F.M. lo que representa una oportunidad imperdible. Que se pueda hacer con muy poco presupuesto habla del ingenio argentino aplicado a esta materia. Y como este, hay muchos proyectos.

Uno que se está desarrollando en Bulogne es respecto de los viejos UNIMOV, vehículos de traslado de tropas que hasta el año 2015 desempeñaron tareas en Haití. Terminada la misión de paz de Naciones Unidas volvieron completamente detonados, se hizo una línea de montaje y se los está renovando completamente en 3 versiones: una patagónica, una para la zona central y otra para el norte del país. Cubiertas nuevas, motor nuevo, con todo en definitiva para transportar tropas sabiendo que es muy difícil para el Estado hoy en día comprar un vehículo para el transporte de tropas, a gran escala. En eso seguimos teniendo recursos humanos muy interesantes adentro de las FF.AA. y afuera también, sin dudas.

Entonces volvemos una vez más al principio. Pero hay que tener en claro que no podemos reequipar a las fuerzas armadas si no tenemos un proyecto de nación soberana. En el marco de ese eje el proyecto de nación soberana necesita ser sustentable en el tiempo. Y los proyectos nacionales y populares siempre encuentran el mismo “cuello de botella”, además de las agresiones internas con apoyo externo como las que sufrió Bolivia, pero uno típico de nuestro país sigue siendo la restricción externa y que la generación de dólares en la economía nacional no la tiene el estado. Hago esta apostilla para decir que por ejemplo la posibilidad que se abre con Vicentin, sin entrar a discutir este tema, es una posibilidad netamente soberana. Si la Argentina puede generar sus propias divisas y controlar sus exportaciones va a poder tener un proyecto nacional sustentable y va a poder reequipar sus fuerzas armadas, no se pueden deslindar estos temas políticos, aunque a uno solo le gusten hablar de cuestiones técnicas.

MC: Por último, me gustaría si podés hacer una breve descripción de la situación de la campaña antártica en este contexto.

JL: Hablar de la campaña Antártica merece un capítulo aparte, pero haciendo un breve repaso podemos decir que la campaña antártica se inicia entre octubre y noviembre. Lo cual significa que se estaba terminando de armar cuando llegamos a la gestión. De lo que estoy principalmente orgulloso y feliz es que nos llevó muchos años recuperar el Almirante Irizar, que muchos nos decían que estábamos gastando mucho en eso y hoy nos dio un rompehielos que muy pocos países en el mundo tienen. Es un buque que está realmente a nivel de cualquiera en el mundo. La tecnología que se le puso es increíble y no lo había llegado a disfrutar porque lo dejamos en un 97% listo y el primer año de la gestión de Macri lo “botaron”.

Esta es la primera campaña antártica que vamos a volver con el Irizar y estamos muy contentos. Hay que tener en cuenta que la pandemia está pegando muy duro en esto, por lo que vamos a tener la campaña antártica más reducida en personal de la historia porque todo el personal que vaya va a tener que hacer una cuarentena previa a ir. Nos tenemos que asegurar de no llevar el COVID-19 a la Antártida es muy importante todos los cuidados en la materia, porque además cualquier evacuación es muy compleja.

[1] El ARA General Belgrano se encontraba fuera de la Zona de Exclusión que se había establecido para los combates durante el conflicto, por lo que los ataques que llevaron a su hundimiento el 2 de mayo de 1982.

[2] Las ventas de armas y servicios militares por parte de las mayores 100 empresas del sector (excepto las chinas) llegaron a los 420.000 millones de dólares en 2018, con un incremento del 4,6% respecto al año anterior. Recuperado de: https://www.sipri.org/sites/default/files/2019-12/2019_sipri_top_100_press_release_esp.pdf

[3] El proyecto de un avión de entrenamiento regional construido con capacidades propias de los países de la región fue detenido, pero FAdeA sigue trabajando en un avión de similares características, el I.A.-100 https://www.fadeasa.com.ar/ia-100/

[4] Para profundizar en las características de este proyecto https://www.argentina.gob.ar/noticias/modernizacion-del-fal-un-sueno-un-proyecto-una-realidad


 [BN1]Revisar esto porque no entendi

 [MC2]Ahí lo modifiqué, fíjate si te parece que queda bien ahí o lo sacamos.

 [BN3]Revisar

 [MC4]Fijate si así queda mejor

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