Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) arrojan que la producción manufacturera local registró un descenso del 12,8 por ciento entre el 1°T de 2016 y el 3°T de 2019, el más alto entre cerca de 80 países estudiados. Le siguen Jordania (-10,55%), Burundi (-2,67%) y Bosnia Herzegovina (-2,6%).
Según cifras publicadas por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) el pasado lunes 9 de diciembre, analizadas por OCIPEx, la Argentina registra, para el período 2016-2019, la peor caída de la actividad industrial a nivel mundial. El dato surge de la comparación trazada entre el primer trimestre de 2016 y el tercer trimestre de 2019, que deja a nuestro país con una contracción de la producción manufacturera del -12,2%, seguida por Jordania (-10,55%), Burundi (-2,67%) y Bosnia Herzegovina (-2,6%).
Como sabemos, abril de 2018 fue el último mes con números positivos para la actividad industrial a nivel local. A partir de entonces según consigna el INDEC a través del Índice de Producción Industrial (IPI) Manufacturero, hubo mermas de 1,1 por ciento en mayo; -8,0 en junio; -6,4, en julio; -6,2; en agosto; -12,6 en septiembre; -8,4 en octubre; -13,9 en noviembre; -14,9 en diciembre; -11,1 en enero de 2019; -8,4 en febrero; -14,0 en marzo; -8,9 en abril; -6,9 en mayo; -7,2 en junio; -1,7 en julio; -6,4 en agosto y -5,1 en septiembre del corriente.
Lo trágico de este descenso en picada es tanto su persistencia sin solución de continuidad, como el lugar que ocupa en la comparativa global. Una verdadera “inserción en el mundo”, pero que tuvo su verdadera materialidad en el liderazgo mundial ejercido por Cambiemos en materia de destrucción del aparato productivo local.
Si bien la ONUDI reconoce que la coyuntura y las perspectivas a futuro para la industria no son muy promisorias, dada la tensión comercial existente entre Estados Unidos y China, es notorio que la Argentina representó, en los últimos años, un caso absolutamente idiosincrático y autogenerado de contracción y pauperización productiva, en favor de un modelo de valorización financiera igualmente singular en la región y en el mundo.