Autor: Iñaki Fernandez
A poco más de seis meses de asumido el gobierno de Javier Milei, pocas cosas están tan claras como que el ajuste no lo va a pagar la casta. Por el contrario, sectores medios, empresas nacionales y comercios ven y seguirán viendo caer caer sobre sus espaldas (y sus bolsillos) el peso de los sacrificios económicos, mientras el gobierno intenta definir su rumbo de cara al segundo semestre de 2024.
Mientras tanto, la casta festeja la aprobación del RIGI, un verdadero estatuto legal del coloniaje en el siglo XXI, que le brindará enormes beneficios para extraer las riquezas de nuestro país, sin dejar nada a cambio.
En este camino, se hace cada vez más evidente que en el modelo de país que busca imponer el gobierno de Milei con la colaboración imprescindible de ciertos sectores políticos y empresarios, el desarrollo productivo y el trabajo no tienen lugar alguno. En este marco, el ministro Caputo declaró que iniciaba una segunda etapa del programa económico mientras intenta conseguir un nuevo financiamiento por parte del FMI, por lo que interesa revisar las complejidades que enfrentará el gobierno, pero ante todo, los y las argentinas.