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La parte visible. A dos años del Comunicado Conjunto Foradori-Duncan

Por Lucio Verdoia

Desde el 10 de diciembre de 2015, momento en el que asume sus funciones el actual Poder Ejecutivo Nacional, asistimos a un dramático giro de la política exterior argentina en todas sus dimensiones y, muy especialmente, respecto a la Cuestión de las Islas Malvinas. Tal como es público y notorio, la expresión diplomática más representativa de este nuevo proceso tendiente a la desmalvinización de las relaciones exteriores, la encontramos en el Comunicado Conjunto celebrado el martes 13 de septiembre de 2016 entre el Reino Unido y la República Argentina, popularmente conocido como «acuerdo Foradori-Duncan». Sin embargo, la letra formal del acuerdo no debe ser considerada en forma aislada, únicamente a través de su naturaleza jurídica. Antes bien, debe entenderse desde sus múltiples dimensiones de escala, visibles en la realidad material efectiva de su contexto histórico de producción y en el complejo escenario estratégico del Atlántico Sur Occidental (ASO).

Perspectivas, objetivos e intereses en el período anterior al acuerdo

Inicialmente, la política exterior del macrismo se propuso reinsertar al país en los clubes de la troika financiera mundial, guiados tal vez, por la fallida esperanza de lograr una “lluvia de inversiones”. Este proyecto, expresado en el deseo de ingresar a la OCDE, buscaba lograr un aumento de la IED para la Argentina [1]. Respecto al Atlántico Sur, el pensamiento geopolítico de la Casa Rosada (si es que algo así existe en la actual administración) estaría desde un comienzo supeditado a dichos intereses prioritarios. En la primera mitad del 2016 era ya evidente el antagonismo existente entre la pretensión macrista de ingresar a la OCDE (donde el Reino Unido es un actor clave) y los intereses nacionales en el Atlántico Sur. Así, una nueva época de distención desmalvinizadora de las relaciones bilaterales argentino-británicas comenzaba a gestarse. Un elemento, no menor, que ilustra esta contradicción, es el humillante pago realizado por el gobierno argentino (USD 9.300 millones) para satisfacer la voraz extorsión de los hedge funds. Mientras estos fondos buitres litigaban contra la Argentina en tribunales yanquis también, a partir de 2013, invertían y capitalizaban las principales empresas que exploran y perforan la Plataforma Continental Argentina (PCA) en las cuencas sedimentarias que rodean a las Malvinas.

Nueve días después de asumido el nuevo gobierno argentino, el 19 de diciembre de 2015, el entonces Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, había ya anunciado que deseaba mantener relaciones “más maduras” con Argentina pero que, al comunicarse con el nuevo presidente argentino “he sido claro en el hecho de que eso no cambia la posición de mi gobierno sobre su derecho a la autodeterminación [de los falklanders]. En eso somos inflexibles” [3]. Posteriormente al nombramiento y renovación de embajadores habitual en toda administración que inicia su gestión (mediante la cual accedieron Renato Cersale Di Cerisano a la Embajada Argentina en Londres y Mark Kent a la embajada británica en Buenos Aires), tuvo lugar el encuentro entre Macri y Cameron en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos el 21 de enero de 2016. Es en esta ocasión, ya formalmente, cuando inicia el denominado «relanzamiento de las relaciones bilaterales argentino-británicas» donde, por vez primera en varios años, la Cuestión Malvinas quedaba relegada a la condición de “vaso medio lleno” [4]. Pero el 23 de junio (23J) de aquel mismo año, un acontecimiento transformaría definitivamente la estructura de las relaciones de fuerza en el tablero ASO: el brexit. A partir de allí, los objetivos y horizontes de intereses de la política exterior británica fueron sustancialmente modificados, al mismo tiempo que sus posesiones coloniales con representación parlamentaria en los Comunes, entre ellas Gibraltar y las Malvinas, se pronunciaron enérgicamente en favor del remain.

El nuevo Cabinet británico conformado en julio de 2016 y encabezado por Theresa May asumió la difícil tarea de efectuar un proceso de salida ordenado de la Unión Europea. Implicando colosales desafíos para la economía británica (cerca del 50% de sus exportaciones tienen como destino la zona aduanera de la UE), el brexit supone la imposibilidad de continuar colocando exportaciones por 170.000 millones de libras esterlinas (220.000 millones USD) en el mercado europeo [5]. Un escenario semejante incluiría además una depreciación de la libra, una pronunciada caída de la actividad industrial y la posible desestabilización del imperio bursátil londinense (capital mundial de las finanzas) en favor de París y Frankfurt. Para evitar una crisis mayúscula, May ha dispuesto dos estrategias en cuyo derredor gira toda la política exterior británica. La primera, ha sido expresada en el slogan «leaving EU, but not Europe» [abandonar la UE, pero no Europa], y su objetivo es lograr un «soft brexit» que permita al Reino Unido conservar cierto acceso a los mercados europeos en condiciones más o menos competitivas, al tiempo que se retiran totalmente de la unión y abandonan cualquier obligación inmigratoria. A cambio, el Reino Unido ofrece a Bruselas un fuerte incremento en servicios de defensa, cooperación y presencia militar (en el marco de las operaciones de la OTAN contra Rusia y sus aliados).

La segunda estrategia montada por la Primer Ministra, de especial interés para nosotros, es la que algunos analistas han denominado «Global Britain». Se trata de un esfuerzo por re-colocar exportaciones, consistente en la reactivación y fortalecimiento de la presencia británica en los mercados del mundo, especialmente aquellos que se encuentran ipso facto “at home”, es decir, en la extensa y variopinta red Commonwealth [6]. Este sistema incluye, naturalmente, a los denominados British Overseas Territories (BOT) donde nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur se encuentran incorporadas según la particular arquitectura imperialista británica.

Son precisamente los archipiélagos malvinos una de las colonias más afectadas por la inminencia del brexit. Y es que, según obra en el State of the Nation expuesto en Mayo de 2016 por el infame Colin Roberts (por entonces Governor de las islas): “the mid to long term picture is less clear. (…) a deficit at this level will be hard to sustain” [en el mediano y largo plazo la proyección es menos clara, un déficit a este nivel será difícil de sostener] [7]. Es decir, incluso antes del 23J, una serie de preocupantes factores obligaba a la autoridad colonial británica de Malvinas a ensayar alternativas para contrarrestar un déficit creciente [8]. Post-referendum, el triunfo del brexit agravó drásticamente las preocupaciones de Stanley, en una economía donde cerca del 75% de las exportaciones tienen como destino la UE, como diría el ex Secretario del Servicio Exterior (Foreign Office) William Hague: “Leaving the EU would be disastrous for the Falklands…” [abandonar la UE podría ser desastroso para las Malvinas] [9]. Así, mientras Londres se preparaba para negociar con Bruselas, la administración falklander, a los efectos amortiguar el impacto económico del brexit, dispuso tres diferentes políticas: diversificación de las actividades vinculadas a la ganadería ovina y la agricultura, aumento de las licencias de explotación de recursos ictícolas y, en tercer orden, la necesidad de contar con nuevos vuelos comerciales que estimulen la actividad turística durante todo el año. Podrá fácilmente deducir el lector que, en este escenario, un acercamiento bilateral de carácter desmalvinizador entre la Argentina y el Reino Unido no era ya, un simple deseo falklander, sino una necesidad del imperialismo británico en el ASO.

La firma del «Comunicado Conjunto Foradori-Duncan»

A fines de Julio de 2016, el Vice Canciller argentino Carlos Foradori recibe formalmente a Simon McDonald (jefe de gabinete del FO) [10]. La visita del diplomático estaba destinada a evaluar los criterios y objetivos del nuevo gobierno argentino, explorando la conveniencia de un posible acercamiento y, también, entregar una carta oficial de Theresa May dirigida al presidente argentino. Con fecha 2 de Agosto, la misiva comienza refiriéndose a la candidatura de la (por entonces) Canciller Susana Malcorra para ocupar la Secretaría General de la ONU. Aunque declara secreto el voto del Reino Unido, promete juzgarla solo por sus méritos y, sugestivamente, celebra que esté la “Argentina moving closer to the OECD” [Argentina acercándose a la OCDE] [11]. Seguidamente, solicita: “making progress towards new airlinks between the Falkland Islands and third countries in the region, and the removal of restrictive hydrocarbons measures.” [avanzar en el establecimiento de nuevas conexiones aéreas entre Malvinas y terceros países de la región, y la remoción de las normativas contra las actividades hidrocarburíferas] [12]. Esta petición no sólo está en estricta consonancia con la estrategia «Global Britain» y las necesidades de la colonia ultramarina, sino que también desmiente y desacredita definitivamente los postulados de la jauría académica y mediática que proclamaban la inutilidad de las presiones diplomáticas y las demandas judiciales argentinas contra la actividad ilegal de las petroleras británicas sobre la PCA [13]. Nótese también que la reclamación británica para que la Casa Rosada consienta el paso de nuevos vuelos comerciales hacia Malvinas hace referencia únicamente a “terceros países” [14].

A principios de septiembre de 2016, en Hangzhou (China), tenía lugar una nueva cumbre del G20 donde Theresa May evitó reunirse con Macri. Por esos días, pero en Londres, la Canciller argentina se encontraba en plena campaña por el secretariado de la ONU, donde afirmó ante la prensa inglesa: “Argentina desea considerar retomar los vuelos desde y hacia las Islas y un joint venture argentino-británico de exploración de petróleo alrededor de las islas Malvinas” [15]. Nunca sabremos si las fantasías de Malcorra correspondían al proselitismo de su candidatura o a su función de Canciller de la República Argentina. Lo cierto es que el 12 de ese mismo mes llegaba a Buenos Aires una comitiva británica compuesta por empresarios y diplomáticos de alto nivel, encabezada por Alan Duncan (FO) [16]. Al día siguiente, las puertas del Palacio San Martín estaban abiertas y los paraguas también: era martes 13 y Foradori-Duncan firmaban un Comunicado Conjunto donde se volvían a reeditar las fórmulas de los nefastos Acuerdos de Madrid (1990) y Londres (1995) bajo el paraguas de soberanía. Malvinas vuelve a considerarse como una «diferencia» cuya importancia no impide el desarrollo de una relación bilateral con el Reino Unido “…omnicomprensiva, multidimensional y multisectorial…” [17]. Tan leve es esta pequeña diferencia llamada Islas Malvinas, que la misma debe incluso supeditarse a las prioridades económicas de la población británica de Stanley: “…se acordó adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos. (…) ambas partes acordaron que serían establecidas conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países” [18].  Parece una broma que, en semejantes circunstancias de innovación sobre el territorio en disputa, el Comunicado 304 pretenda que la fórmula de soberanía proteja los intereses argentinos. Los salvaguarda, claro, pero solo en la formalidad de la ficción jurídica, porque detrás de la profilaxis del paraguas se relanza e intensifica el sistema material de la dominación colonial británica donde la Argentina consiente escandalosamente y sin contrapartidas reales.

En los hechos, esta actitud de la Casa Rosada equivale a considerar la integridad territorial de la Nación Argentina como un elemento de menor jerarquía y, por ende, a su quebrantamiento como un dato de relevancia no-central, marginable, capaz de ser aislado de la relación bajo la fórmula del paraguas. Que Malvinas no se moje, que su problemática no haga contacto con la lluvia de consecuencias implícitas en la anglofilia que vertebra la política exterior nacional, como una medida profiláctica ante la humedad de una relación amorosa y carnal. Pero, en rigor, no es más que una protección jurídica que solapa por completo el hecho fundante de toda disputa: las relaciones materiales de fuerza geopolíticas, allí donde las capacidades relativas de los Estados-Nación sobre el tablero global y el continuum ASO-Antártida pugnan en la partida transgeneracional por la apropiación de los bienes comunes naturales.

El comunicado conjunto del martes 13 también abunda en otras declaraciones de amor. En primer lugar, en relación al tópico Comercio e Inversiones, la dependencia de IED del gobierno macrista aparece reflejada en el acuerdo “con particular acento en las áreas de infraestructura, energía y minería…” (dos sectores extractivos y uno de servicios, ninguno industrial con transferencia tecnológica) [19]. Sobre el mismo tópico, el Comunicado festeja la participación de las empresas británicas en el Foro de Inversión y Negocios que se llevó adelante en Buenos Aires por aquellos mismos días: “El Reino Unido destaca la iniciativa del Presidente Macri respecto de llevar adelante el Foro de Inversión y Negocios donde asisten (…) las  británicas BP, BT, HSBC y GSK” [20]. También el Comunicado menciona el anhelo argentino de ingresar a la OCDE, otra vez, expresando que el Reino Unido “ofrece [a la Argentina] su asesoramiento y experiencia para asistir en la implementación de las reformas requeridas para obtener la membresía” [21].

En segundo lugar, y siendo tal vez el anuncio más ignominioso del Foradori-Duncan, destacamos el de cooperación en Defensa y en asuntos antárticos, asegurando que “se evaluaron las áreas de posible cooperación en materia antártica, incluyendo intercambios, actividades conjuntas y acuerdos entre los programas científicos del  Instituto Antártico Argentino (IAA) y el British Antarctic Survey (BAS), así como también el desarrollo de actividades científicas conjuntas en el área de la Convención sobre Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) (…) ambas partes acordaron fortalecer la relación entre las dos fuerzas armadas” [22]. Todo normal, pero no hay paraguas que ataje este diluvio.

Dos años después

Luego de la firma del Comunicado Conjunto Foradori-Duncan, una de las primeras aspiraciones en diluirse fueron las de la ex Canciller Malcorra quien, hacia principios de octubre de 2016, fue vetada en el Consejo de Seguridad con una carta roja. Lo curioso del caso es que fue justamente Natasha Niebieskikwiat, una reconocida operadora de lobby británico en la Argentina, quien se ocupó de asegurar que “según supo Clarín de muy altas fuentes, a Susana Malcorra la vetó el Reino Unido, uno de los cinco miembros del Consejo…” [23]. Aunque resulta curiosa esta “certeza” de la periodista, siendo secreto el veto hacia los candidatos, no deja de ser una afirmación sugestiva. La misma debe ser considerada como una nueva evidencia de la cándida invalidez propia de la anglofilia que profesa el actual gobierno argentino y que lo ha llevado a reeditar la fórmula del paraguas. Dos años después de la firma del Foradori-Duncan, solo encontramos líneas de continuidad y agudización en el accionar del imperialismo británico en el ASO.

En primer lugar, persiste una notable militarización del Atlántico Sur con realización bianual de ejercicios militares británicos de amplio despliegue. Además, horas después de la desaparición del ARA San Juan, el Reino Unido anunció la inversión extraordinaria en Malvinas de 250 millones de euros en defensa, un numeroso paquete de recursos militares en el que sobresale la instalación del poderoso Sistema anti-misiles Israelí Sky Sabre (el famoso “domo de hierro”) y la modernización del puerto de aguas profundas del complejo-fortaleza Mount Pleasant.

En segundo orden, los datos macroeconómicos del gobierno ilegítimo de las Islas Malvinas han mejorado sustancialmente, tal como lo expresara el nuevo Governor colonial Nigel Philipps en su último informe ante la asamblea isleña: “economy continues to perform well and, yet again, we have achieved a healthy financial surplus in excess of that budgeted. The main contributor to this has been corporation tax receipts from the fishing industry and other businesses…” [la economía continua desarrollándose bien y, otra vez, hemos conseguido un saludable superávit financiero excedente al presupuestado. La mayor contribución al mismo proviene de los impuestos a la industria pesquera y otros negocios…] [24]. Nótese el regreso, «otra vez», a la situación de superávit fiscal y, con el mismo sentido, el énfasis puesto en el incremento de la actividad pesquera como motor de la economía colonial. Ambos elementos, concatenados, son una consecuencia visible del camino trazado por el Foradori-Duncan que ha propiciado, en mayo pasado durante la visita de rubicundo Boris Johnson, el relanzamiento de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur (CPAS). Las implicancias jurídicas de estos hechos ya fueron oportunamente analizados por Emanuel Bouza para OCIPEx. Debiendo nosotros aquí solamente añadir que la CPAS ha formalizado la entrega al Reino Unido de sensible información científica elaborada por la Argentina sobre los recursos ictícolas del Mar Patagónico. Bastará decir que este escándalo ha sido aplaudido por el mismo Philipps: “This was the first such meeting in 14 years and good progress was made in addressing the renewal of scientific data sharing, which will improve our understanding of shared marine resources.” [Esta fue la primera reunión de este estilo en 14 años y un gran progreso fue alcanzado consiguiendo la renovación del intercambio de información científica, que mejorará nuestro entendimiento de los recursos marinos compartidos] [25]. Y esta alegría británica no es para menos, puesto que se les ha entregado información científica, laboriosa y costosamente desarrollada por instituciones públicas de gran prestigio como el INIDEP y el CONICET, a un país que mantiene invadida la República Argentina desde hace 185 años. Subráyese aquí el énfasis en «recursos marinos compartidos» que, de continuar con esta relación profiláctica, podría bien transformarse en “Estado ribereño vecino”.

Ha sido el profesor Jerónimo Guerrero Iraola quien ha resaltado el punto central del problema: “…la explotación de los recursos ictícolas por parte del Reino Unido en la zona usurpada representa, sólo con la venta de licencias de pesca, unos 30 millones de dólares que, sumado a la captura de especies comercializadas por la pesca ilegal, aportan el 40% del PBI para el sostenimiento del “Enclave-Colonial-Militar” en nuestras Islas Malvinas” [26].  De lo que se trata, pues, es de la autosuficiencia económica de la colonia británica en el tembloroso contexto del brexit: “we continue do everything in our power, ¾dice Philipps¾ to ensure our views are understood and considered in any future trade agreements, we are also investigating what alternative opportunities may exist for our import and export products once Brexit is fully implemented” [27]. [continuamos haciendo todo lo posible a nuestro alcance para asegurar que nuestra perspectiva es comprendida y considerada en cualquier arreglo comercial futuro, estamos también investigando qué oportunidades alternativas podrían existir para nuestras exportaciones e importaciones una vez que el Brexit esté completamente implementado]. Así, el acuerdo Foradori-Duncan emerge entonces como una pieza relevante de la estrategia «Global Britain», necesaria para la rentabilidad del imperialismo formal británico pero que, al mismo tiempo, no podría ser posible sin una acentuada e invisible vigencia de sus características informales. Es decir, Malvinas es parte visible de un sistema de dominación invisible.

La parte que no vemos, la pervivencia del imperialismo informal británico sobre nuestro país, debe ser identificada en las nefastas consecuencias del programa neoliberal de gobierno que implican, sin más, la dependencia y la postración de todas las capacidades nacionales autónomas. Lo dice, con claridad, el Foradori-Duncan: “El Reino Unido elogió los esfuerzos de la Argentina para enfrentar la corrupción y construir la confianza en el sistema regulatorio apuntalando el programa de reforma económica” [28]. De modo que también podemos inscribir al Foradori-Duncan en la lista de tratados firmados por nuestro país bajo la órbita del imperialismo británico del libre comercio, lista que inaugurara Rivadavia en 1825 y que Roca perfeccionaría oprobiosamente en 1933. Estamos ante una nueva expresión jurídico-diplomática de la neo-colonialidad. Y es en ese marco también donde debemos comprender el reciente envío de 11.000 kilos de oro argentino al Banco de Londres para operaciones de carry trade, o el lanzamiento de la cooperación antártica conjunta entre el Reino Unido y la Argentina que potencia a Stanley como puerto de acceso a la Península Antártica (entre otras insanables consecuencias).

Tan grande es la sumisión del gobierno argentino que ha intentado presentar como un favor británico (en el marco del Foradori-Duncan), la identificación de los Soldados caídos argentinos. Cuando en rigor se trata de una obligación internacional del Derecho Humanitario que debiera haber sido cumplida mucho tiempo atrás. Lo mismo se ha intentado hacer con el falaz levantamiento del embargo de armas, un hecho que solo ha sido efectivo solamente para la compra de equipos de muy baja jerarquía (material de uso dual únicamente dedicado a mantenimiento). Mientras que las compras para la ampliación de capacidades militares continúan estrictamente vedadas para la Argentina.

Como sabemos, la naturaleza depredatoria del imperialismo es voraz. El Reino Unido necesita garantizar la ecuación superavitaria de sus colonias en el ASO en el marco complejo de recolocación de intercambios ante la inminencia (aunque dilatada) del brexit. Así deben leerse las arengas de Theresa May dirigidas a la colonia falklander durante agosto y diciembre de 2017, ocasiones en las que prometió “I will never allow anyone to compromise your right to self-determination” [nunca permitiré que nadie comprometa su derecho a la autodeterminación] [29] mientras criticaba al mismo tiempo la falta de cumplimiento de los compromisos asumidos por la Casa Rosada en el Foradori-Duncan: “Whilst progress has been slower than anticipated, we will continue to work with Argentina to ensure delivery of all Joint Communiqué commitments, including the removal of restrictive measures against the Islands” [Aunque el progreso ha sido más lento de lo esperado, continuaremos trabajando con Argentina para asegurar el cumplimiento de todos los compromisos del Comunicado Conjunto, incluida la remoción de las normativas restrictivas contra las Islas] [30]. Y por eso van. He ahí, pues, la gran revelación del Teorema de Pareto postulado por la ex Canciller Malcorra.

Con todo, desde septiembre de 2016 a esta parte, el deterioro generalizado de todos los indicadores de la economía argentina, el comienzo de un ciclo recesivo, la profundización de las estructuras de dependencia y el hiper-endeudamiento irracional, sumadas a la creciente militarización del Atlántico Sur, la penetración de las doctrinas militares norteamericanas, la permanente omisión de los términos de la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la vigorización de la explotación de los bienes naturales argentinos por parte del Reino Unido engrosando las arcas del colonialismo, han acrecentado dramáticamente las asimetrías preexistentes en favor del imperialismo británico. Es este el único resultado posible del acuerdo Foradori-Duncan frente al cual debemos estar en guardia, velando por que no se profundice su ultrajante implementación, mientras construimos un Frente Nacional contra el imperialismo que represente fielmente los intereses de la Patria.

NOTAS

[1] Debemos recordar también que, al iniciar 2016, una de las líneas de acción de la Cancillería Argentina mostraba un rápido acercamiento a Chile, Perú y Colombia, implicando una voluntad más o menos manifiesta de alinearse con los países de la Alianza del Pacífico. Otra directriz de la política exterior argentina a los efectos de conseguir inversiones para el país pasaba por la idea de ingresar al TPP, proyecto que quedó trunco luego de que Donald Trump decidiera postergar este diseño.

[2] En una investigación notable del mejor periodismo económico, Leandro Renou e Ignacio Chausis (2014) revelaron los vigorosos lazos que unen a los fondos buitre con las empresas petroleras que operan en Malvinas. La norteamericana Noble Energy tiene respaldo financiero de Elliot Management Corporation (cuyo titular es Paul Singer), el Bank of New York Mellon (BONY), quien “no liberó el dinero para pagarles a los bonistas que entraron a los canjes de la Argentina, justamente por la presión de Paul Singer…” (Renou y Chausis, 2014: 2), Oz Management (otra empresa del multimillonario Paul Singer) y el fondo BlackRock. Hay en Noble otros accionistas de peso como Soros, JP Morgan, Goldman Sachs y hasta la angloholandesa Shell. En el caso de Desire Petroleum, FOGL y Borders&Southern Petroleum, está muy presente como accionista el fondo BlackRock (propiedad de Elliott de Paul Singer).

[3] Cameron, David en La Nación (2015): “David Cameron pidió una relación más madura con la Argentina, pero advirtió que es inflexible sobre Malvinas”, 19 de Diciembre, Buenos Aires, Argentina, [on line] disponible en: https://www.lanacion.com.ar/1855715-david-cameron-pidio-una-relacion-mas-madura-con-la-argentina-pero-advirtio-que-es-inflexible-sobre-malvinas

[4] Malcorra en Infobae (2016): “Mauricio Macri se reunión con David Cameron en Davos”, 21 de Enero, Buenos Aires, Argentina, [on line] disponible en: https://www.infobae.com/2016/01/21/1784519-mauricio-macri-se-reunio-david-cameron-davos/

[5] Emerson, Carl et. al. (2016): Brexit and the UK’s Public Finances, Institute of Fiscal Studies, London, UK.

[6] Como era previsible, la misma también contempla una mayor desregulación comercial bilateral con los Estados Unidos amparados, además por la “relación especial” que ambos países han sabido cultivar.

[7] Roberts, Colin (2016): “Falklands State of the Nation: economic challenges but also hopes of a productive relationship with Argentina”, en MercoPress, May 31st, Stanley, Falkland Islands, [on line] disponible en: http://en.mercopress.com/2016/05/31/falklands-state-of-the-nation-economic-challenges-but-also-hopes-of-a-productive-relationship-with-argentina

[8] Entre los factores mencionados en el State of the Nation enunciados por Colin Roberts en Mayo de 2016, encontramos la preocupación por una demografía regresiva y envejecida, la caída del precio del barril petrolero (que situaba, aquel año, en 49 USD el Brent del Mar del Norte), haciendo difícil el anhelado comienzo de la explotación petrolera. A estas preocupaciones debe añadirse una significativa reducción de las capturas de pesca registrada en el período 2015-2016. En consecuencia, mediante el mismo documento, el FIG declaró que el próximo ejercicio financiero “deberá apelar a las reservas”.

[9] Hague, William (2016): “Leaving the EU would be disastrous for the Falklands, Gibraltar and Ulster”, en The Telegraph, 9th May, London, United Kingdom, [on line] disponible en: https://www.telegraph.co.uk/news/2016/05/09/leaving-the-eu-would-be-disastrous-for-the-falklands-gibraltar-a/

[10] Simon McDonald es un diplomático de carrera del Servicio Exterior británico ocupando todavía el cargo de Permanent Under Secretary and Head Diplomatic Service, responsable de asesorar al Secretario del FCO, dirigiendo la totalidad del equipo ministerial y presidiendo el Consejo del mismo.

[11] May, Theresa (2016): Letter 2nd August to President Macri, 10 Downing Street, SW1A 2AA, London, United Kingdom [on line] disponible en: http://www.ambito.com/850541-malvinas-premier-britanica-insto-a-macri-a-negociar-por-vuelos-e-hidrocarburos

[12] Ibid.

[13] Romero, Luis Alberto et. al. (2012): “Malvinas: una visión alternativa”, en La Nación, 23 de Febrero, Buenos Aires, Argentina, [on line] disponible en: https://www.lanacion.com.ar/1450787-una-vision-alternativa-sobre-la-causa-de-malvinas

[14] Esta salvedad, resulta importante toda vez que el 11 de agosto de aquel mismo año, el FIG hizo pública una declaración rechazando cualquier intento de establecer un vuelo directo desde Buenos Aires: FIG (2016): Public Statement, 11th August, disponible [on line] en: http://en.mercopress.com/2016/08/11/falklands-discards-air-links-with-argentina-and-iterates-london-pledge-to-support-hydrocarbons-development

[15] Avignolo, María Laura (2016): “Malcorra: Deseamos retomar los vuelos a las Islas Malvinas”, en Clarín, 8 de Septiembre, disponible [on line] en: https://www.clarin.com/politica/malcorra-deseamos-retomar-islas-malvinas_0_SkOrmmy3.html

[16] Ministro del FO responsable de asuntos Europeos y Americanos.

[17] Cancillería Argentina (2016): Comunicado Conjunto, Información para la Prensa Nº 304/16, Martes 13 de Septiembre, Buenos Aires, Argentina, [on line] disponible en: https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/comunicados/comunicado-conjunto-9

[18] Ibid.

[19] Ibid.

[20] Ibid.

[21] Ibid.

[22] Ibid.

[23] Niebieskikwiat, Natasha (2016): “Vetada por el Reino Unido, Susana Malcorra perdió en la ONU y fue electo un portugués”, en Clarín, 5 de Octubre, Buenos Aires, Argentina, [on line] disponible en: https://www.clarin.com/politica/perdio-malcorra-portugues-secretario-onu_0_HyPfUjGA.html

[24] Philipps, Nigel (2018): “State of the Nation”, en MercoPress, May 30th, Stanley, Falkland Islands, [on line] disponible en: http://en.mercopress.com/2018/05/30/state-of-the-nation-incredibly-exciting-time-for-the-falkland-islands-and-its-people

[25] Ibid.

[26] Guerrero Iraola, Jerónimo (2018): “Malvinas: El suicidio de jugar sin arquero”, en Página/12, 19 de Mayo, Buenos Aires, Argentina, [on line] disponible en: https://www.pagina12.com.ar/115795-malvinas-el-suicidio-de-jugar-sin-arquero

[27] Philipps, Nigel (2018): op. cit.

[28] Cancillería Argentina (2016): Op. Cit.

[29] May, Theresa (2017): “Prime Minister’s 2017 Christmas message to the Falkland Islands”, December 23rd, London, United Kingdom, [on line] disponible en: https://www.gov.uk/government/news/prime-ministers-2017-christmas-message-to-the-falkland-islands

[30] Ibid. Véase también el mensaje dirijido por la Primer Ministro en el mes de Agosto en MercoPress (2017): “PM May supports Falklands’ self determination; calls on Argentina to meet September joint communiqué”, August 14th, Stanley, Falkland Islands, [on line] disponible en: http://en.mercopress.com/2017/08/14/pm-may-supports-falklands-self-determination-calls-on-argentina-to-meet-september-joint-communique

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