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“Multipolaridad y transición hegemónica: algunos aspectos del sistema internacional en la tercera década del siglo XXI”

Autor: Matías Caubet

Introducción

Las transiciones y cambios de composición en la estructura del sistema internacional siempre han derivado en tensiones, conflictos y, en buena medida, guerras2. Esto ha sido así en diferentes puntos de nuestra historia. Estos períodos de transición pueden ser tiempos de profunda inestabilidad y competencia entre diferentes actores/polos en diversas esferas o rubros. Pues todo actor internacional pretende conservar su posición dentro del sistema. Cuando hablamos de los actores que se encuentran en los puntos más altos de la ya mencionada estructura, la sensibilidad a los cambios en las relaciones de poder y capacidades suele ser mucho más elevada y conlleva a tensiones y conflictos con el potencial de afectar profundamente a la sociedad internacional en su conjunto. Creemos que nos encontramos en uno de estos periodos. Específicamente hablando, un periodo de consolidación de la multipolaridad y de transición hegemónica.

El propósito del presente artículo es explicar sucintamente algunos elementos que nos permiten hablar de una consolidación de la multipolaridad y de una transición hegemónica. Específicamente, abordaremos tres (3) elementos: (i) los documentos oficiales de defensa de algunas de las grandes potencias internacionales; y a partir de dos procesos que se han venido desarrollando muy recientemente: (ii) el conflicto en Ucrania y (iii) la escalada de tensiones en el estrecho de Taiwán.

Un mundo en conflicto

Ya desde mediados de la década pasada, los documentos oficiales de países como Estados Unidos (EUA), Rusia o China, así como otros documentos de organizaciones multilaterales han evidenciado una creciente securitización de las relaciones interestatales. El centro de gravedad de la seguridad internacional pasó del terrorismo y el narcotráfico a las amenazas que representan otros Estados en el marco de un sistema caracterizado como inestable.

De esta manera, por ejemplo,  el concepto de “política exterior” de la Federación Rusa del año 2016 contrasta con su predecesor del 2013. Mientras en este último la mención a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) podría caracterizarse como de mayor neutralidad, en el del 2016, la organización es mencionada de manera crítica, como una de las responsables -a partir de su expansión- de la “seria crisis entre Rusia y los Estados occidentales”,  así como parte de una estrategia de contención de EUA y los países europeos hacia la propia Rusia34.

Los documentos de Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de EUA evidencian desde hace algunos años una tendencia parecida. Así, la ESN de 2015 contrasta con su predecesora de 2010:  la primera es mucho más clara cuando describe al mar del sur de China como una región de conflicto, al tiempo que expresa mejor el interés estadounidense en realizar un redireccionamiento hacia el Pacífico.56

En 2019, en el documento de la Estrategia de Defensa Nacional de la República Popular de China (RPCH), se puede encontrar una lectura del sistema internacional inmerso en profundos cambios. La emergencia de nuevas potencias y el desarrollo de los mercados alternativos permite, según este documento, un mayor balance en la “configuración de poder estratégico”. Sin embargo, de manera simultánea, el “sistema de seguridad internacional” se encuentra socavado por el hegemonismo y las políticas de poder. Así, la competencia estratégica internacional se encuentra en ascenso. La política unilateral de EUA, expresa el documento, “ha provocado e intensificado la competencia entre las principales potencias”. Paralelamente, señala que la OTAN incrementó su presencia y se expandió en Europa central y del Este, lo cual generó una respuesta por parte de Rusia7

En línea con lo anterior, en el año 2021, el discurso de Xi Jinping, realizado en el marco del centenario del PCCH, menciona en uno de sus puntos que “…no permitimos en absoluto que ninguna fuerza exterior nos atropelle, oprima o esclavice; si alguien lo intenta, estampará su cabeza ensangrentada contra la férrea gran muralla de carne y hueso de los más de 1.400 millones de chinos8.

Ya en el presente año, y luego de comenzada la guerra en Ucrania, el Departamento de Defensa de EUA incluye como una de sus cuatro (4) prioridades de defensa “la disuasión de ataques estratégicos contra los Estados Unidos, aliados y socios”. Más significativo -y explícito- es el objetivo, que expresa: “la disuasión de la agresión, estando preparados para prevalecer en el conflicto cuando sea necesario, priorizando el desafío de la República Popular China en el Indo-Pacífico, y el desafío de Rusia en Europa”

Algo similar expresa el gobierno británico en su revisión integral de defensa del año 2021. Allí plantea, por un lado, a EUA como el aliado más importante de Gran Bretaña, así como la participación activa y compromiso de Londres con la OTAN. Por otro lado, en el documento se señala a Rusia como una amenaza activa y a la RPCH como un desafío sistémico. También se expresa la creciente importancia de la región del Indo-Pacífico para la “seguridad y la prosperidad global”9.

Más recientemente, el Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes de Reino Unido, en su Reseña de Defensa del 2022, enuncia que las competencias entre Estados en el marco de un mundo multipolar es una de las características más importantes del sistema internacional, con impacto en materia de seguridad. El documento ubica a Rusia y a China como las principales amenazas de seguridad hacía el Reino Unido, junto con Irán y las amenazas provenientes del terrorismo10.

Rusia, por su parte, en su nueva Doctrina Naval, de agosto del presente año, señala a la emergencia de un mundo “policéntrico” como el marco en el cual se vuelve necesario preservar su rol  como una gran potencia naval internacional. Posteriormente, menciona las estrategias de contención de EUA y sus aliados hacia Rusia, como sus principales amenazas11.

Todos los casos confirman una percepción, por parte de las grandes potencias internacionales, de un sistema internacional que, en sus rasgos más esenciales, puede caracterizarse como multipolar y conflictivo. Estas lecturas se acompañan, de manera general, de un llamado al aumento de capacidades defensivas y de mayor presencia militar en diferentes partes del globo.

¿Qué implica la guerra de Ucrania y cuál es su impacto internacional?

El 24 de febrero del presente año, el presidente Putin anunció el inicio de la operación militar especial para la desmilitarización y desnazificación de Ucrania con el propósito de defender a las recientemente reconocidas repúblicas autoproclamadas del Donbás y proteger a Rusia de la amenaza que la expansión de la OTAN representa.  En términos aún más amplios, el discurso de Putin delineó una trayectoria histórica que vinculaba la necesidad de la defensa de la patria frente a las amenazas externas con el llamado a no repetir los errores del pasado. De esta forma, Rusia declaraba, aunque no oficialmente, la guerra a Ucrania. Una guerra limitada en términos de teatro militar de operaciones y de tropas movilizadas por parte de Moscú. 

Sin embargo, a pesar de ser un conflicto limitado en términos militares, la guerra de Ucrania se desplegó a escala prácticamente planetaria en otros frentes. Por ejemplo, el político-diplomático, el económico-financiero, y el mediático. De esta manera, el conflicto se caracteriza por su carácter fragmentario y multidimensional y sus implicancias trascienden la dimensión exclusivamente militar.

No es el propósito de este artículo realizar un análisis de las sanciones aplicadas por los países del eje euroatlántico y sus aliados extra regionales a Rusia con motivo de la guerra de Ucrania, o sus impactos. Este tema ya se ha abordado en otro artículo que puede consultarse aquí.

Vale mencionar, empero, que si bien las sanciones, cuya escala y número son las de mayor importancia del siglo XXI12,  han impactado en la economía rusa, pero dicho impacto ha sido mucho menor al proyectado inicialmente por los gobiernos de la UE y por EUA. En efecto, las predicciones occidentales iniciales sobre la implosión de la economía rusa y el colapso del gobierno de Putin parecen alejarse cada vez más con el paso de los días, las semanas y los meses. Si bien las sanciones repercutieron económicamente en Rusia, este parece ser mucho menor del esperado por Washington y Londres13.

Podemos afirmar que, más allá de la dimensión estrictamente militar del conflicto, cuyo teatro de operaciones es la región oriental de Ucrania, sus impactos en el plano económico, comercial, político y diplomático constituyen un parteaguas en el sistema internacional del siglo XXI. Específicamente, el conflicto ucraniano expresa, de manera nítida, la consolidación de una multipolaridad que resulta problemática para el eje atlántico de Washington, Londres y, también, para Bruselas. 

China, Taiwán y la trampa de Tucídides en el siglo XXI

En el año 2012, el historiador estadounidense Graham Allison, en un artículo del Financial Times, acuñó un término conocido como la Trampa de Tucídides. Con este concepto se refería a la elevada posibilidad de conflictividad que se desarrolla entre dos potencias a causa del ascenso de una de ellas, momento a partir del cual, se produce un incremento de la tensión con la otra potencia ya establecida -un hegemón-. El nombre del término en cuestión emana de una célebre frase del historiador ateniense del siglo V A.C, cuando señalaba que “fue el ascenso de Atenas y el temor que esto infundió en Esparta lo que hizo inevitable la guerra”. Allison emprendió allí, y posteriormente14, un sucinto análisis de diferentes casos en los que, a la emergencia de nuevas potencias, le sucedió una escalada de conflicto con las potencias ya establecidas.

Algo similar había visto Henry Kissinger. En el año 2011, el ex Secretario de Estado de Estados Unidos  publicó “China”, un libro en el que llamaba a evitar una nueva escalada de conflictividad como la que llevó a Inglaterra y Alemania a generar la Primera Guerra Mundial – o la Gran Guerra como la conocieron sus contemporáneos.

Luego de diez años, pareciera que el llamado de atención de Kissinger ha surtido poco efecto. Esto no es sorprendente. Desde hace años, las relaciones entre EUA y la República Popular de China (RPCH) han tenido, a pesar de oscilaciones de distensión y vínculos cordiales entre ambos Estados, un claro incremento en su componente conflictivo, desde las tensiones del mar del sur de China15-o mar meridional-, hasta las tensiones por Taiwán. La política estadounidense, lejos de seguir una estrategia de desescalada, pareciera apegarse a la lógica de, por un lado, demostrar poder y, por otro, construir redes con países aliados de Washington en el Pacífico, con la finalidad de cercar, en términos talasopolíticos16, a Pekín.

Por su parte, China ha venido expresando, desde principios del siglo XXI17, la necesidad de equiparar sus fuerzas militares a su creciente capacidad económica y comercial con la finalidad de que la primera pueda garantizar la seguridad para el desarrollo de las segundas.: El incremento del presupuesto de defensa chino fue, desde el año 2000 al año 2020, un 1133% (valor en dólares actuales)18. En el año 2022, el presupuesto militar de la RPCH, ha tenido un incremento nominal del 7,1% en relación a su predecesor del 202119. La ampliación presupuestaria se ha visto acompañada por un sustancial incremento en el tonelaje de flota que, en 2021, alcanzó los 2 millones de toneladas totales. Si bien el número aún no equivale al de EUA -4.5 millones de toneladas-, no deja de generar alarmas en Washington. Recientemente, China botó su nuevo portaaviones, el Fujian 18 o, como se lo llamó durante su construcción, Tipo 003. Se trata de un buque de segunda generación y el tercero de la armada china. Con esto, se consolida como el segundo país con mayor cantidad de portaaviones luego de EUA. A su vez, el Fujian -curiosamente, lleva el nombre de la provincia china que se encuentra frente a la isla de Taiwán- es sustancialmente más sofisticado que sus antecesores, además de haber sido construido íntegramente en China. 

En líneas generales, se estima que el poder militar de EUA, que era dieciséis veces superior al de la RPCH a finales de la década de los ‘90, hoy es tres veces superior20. Una reducción de la brecha en capacidades militares que ha venido alertando a Washington en los últimos años. 

La ya mencionada Estrategia de Defensa Nacional (EDN) china del 2019, alude a la necesidad de profundizar el proceso de “mecanización” e “informatización” de las FF.AA. a fin de convertirlas en una fuerza que represente el estado del arte en comparación con los ejércitos más modernos del mundo. En línea con lo anterior, la EDN menciona tres (3) objetivos estratégicos para el desarrollo de las FF.AA. en los próximos años:

1. Lograr la mecanización y avances sustanciales en la informatización de las FF.AA para el año 2020.

2. Reformas y modernización de la doctrina, estructura organizacional y de mando, equipamiento y sistemas de armamento en general a fin de completar la modernización integral de las FF.AA para el año 2035.

3.Transformar las FFAA de la RPCH en fuerzas con capacidades de nivel global para mediados del siglo XXI. 

El incremento de las capacidades militares de la RPCH no se ha encontrado desconectado de la lectura, por parte de Pekín, de un contexto de crecientes tensiones en el sistema internacional contemporáneo. Lectura compartida por su socio estratégico, la Federación de Rusia. 

Esto último ha sido expresado en diversas ocasiones por Xi Jinping y Vladimir Putin, en diversos discursos conjuntos en años recientes. El discurso del pasado 4 de febrero, realizado en el marco de los XXIV Juegos Olímpicos de Invierno, tal vez sea el mejor ejemplo. Allí, ambos presidentes expresaron su preocupación por las crecientes tensiones interestatales, las cuales han estado promovidas por Estados y alianzas específicas. En este sentido, ambos expresaron que “ciertas coaliciones” buscan obtener, directa o indirectamente, ventajas militares unilaterales en detrimento de la seguridad de otros Estados, generando una intensificación de la rivalidad geopolítica, además de incrementar la inseguridad y la inestabilidad del orden global. En este sentido, expresa el documento, tanto Moscú como Pekín se oponen a la ampliación de la OTAN, al tiempo que llaman a que la organización abandone los enfoques arcaicos heredados de la Guerra Fría21.

La OTAN no representó el único foco de atención de Pekín y Moscú en el discurso de ambos presidentes. La asociación militar entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido (AUKUS, por sus siglas en inglés) fue otro de los puntos señalados por ambos países. Allí tanto la RPCH como Rusia expresaron su preocupación por la alianza, señalando que sus propósitos son contrarios a la seguridad y el desarrollo sostenible de la región de Asía-Pacífico, además de incrementar el peligro de una carrera armamentística en la región y la proliferación de armas nucleares22. La alianza de AUKUS, conformada en 2021, incluye cooperación en diversos rubros en la órbita militar y supone, aunque no explícitamente, una respuesta a la expansión de la influencia de Pekín en la región de Asía-Pacífico.

Consecuentemente, las tensiones entre Pekín y Washington han ido en una nueva espiral de aumento a partir de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EUA, Nancy Pelosi, a Taiwán, el pasado 2 de agosto. 

Apenas unos días después de la visita de Pelosi, la RPCH comenzó a realizar ejercicios militares en el mar y el espacio aéreo de Taiwán, ejercicios de una escala, complejidad y ambición sin precedentes en años recientes e incluso siendo más provocativos que los ejercicios de 1996. La tensión, a principios de agosto, alcanzó el punto más elevado desde la crisis del ya mencionado año.

Áreas de los ejercicios militares de la RPCH alrededor de Taiwán. Fuente: AFP.

China ha venido exponiendo, desde mediados del siglo XX, el principio de “una sola China”, por lo tanto la visita de Pelosi fue considerada, por Pekín, como una intromisión en los asuntos internos de la RPCH y una violación de dicho principio.  La actual escalada de tensiones no debe interpretarse como un fenómeno aislado. Taiwán se ha venido constituyendo, en la última década y en conjunto con las islas del mar meridional de China, en el eje de gravedad de las tensiones entre Pekín y Washington en la región de Asía-Pacífico. Concretamente, Taiwán reviste de una importancia central tanto para la RPCH como para EUA por tres (3) motivos23: (i) el control sobre los dos primeros eslabones de islas que rodean a la RPCH. Esto es, la importancia que reviste la isla en términos talasopolíticos, puesto que, si Pekín logra recuperar Taiwán, quebraría el perímetro de la primera cadena de islas, garantizando un acceso directo al océano pacífico y, por tanto, acelerando su consolidación como potencia marítima con proyección de capacidades en aguas profundas, algo que Washington está dispuesto a impedir.

Las dos cadenas de islas que rodean China. Fuente: Gabriel Merino en Noticia PIA.

(ii) El segundo es la importancia de Taiwán en la producción de semiconductores y microchips. En efecto, la empresa taiwanesa “Taiwan Semiconductor Manufacturing Company” (TSCM) produce el 24% de los microchips del mundo, según datos del año 2020. La disputa por la producción de microchips y semiconductores, en un escenario de crecientes tensiones y disrupción de las cadenas globales de valor, ha hecho que Washington busque reconfigurar su política de fabricación de estos componentes a partir de la Chips and Science Act, la cual autoriza al gobierno estadounidense a invertir 52 mil millones de dólares en la construcción de instalaciones para la producción de semiconductores y microchips en suelo estadounidense24.

Y por último (iii) la necesidad de Washington de impedir la reunificación de China como el último gran paso para el restablecimiento de la integridad territorial china. El hecho de que Pekín lo logre, supondría el cierre definitivo, en términos simbólicos de los procesos de ataques foráneos y fragmentación que sufrió China entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Esto último supondría un gran hito en el fortalecimiento y la recuperación de su lugar central de la posición de la RPCH en el sistema internacional.

Implicancias para nuestra región y reflexiones finales

A esta altura, resulta claro que Washington y el denominado “occidente colectivo” parecieran promover la inestabilidad del extranjero cercano tanto de Rusia como de China. Así fue en el caso de la posible adhesión de Ucrania a la OTAN, y así parece en el caso de la visita de Pelosi a Taiwán. La trayectoria de consolidación de la multipolaridad parece asentarse al tiempo que la transición hegemónica está trayendo como consecuencia, un mundo cada vez más conflictivo. En el sentido de lo anterior, la trampa de Tucídides parece estar funcionando a la perfección.

Sin lugar a dudas, los movimientos tectónicos que el sistema internacional se encuentra atravesando actualmente tienen y tendrán consecuencias en la escala planetaria. Además de lo abordado en apartados anteriores, los casos de la  Nueva Ruta de la Seda -Iniciativa de la Franja y la Ruta o IFR-, el proyecto de la RPCH que comprende una miríada de obras de infraestructura en todo el globo, representando la mayor inversión en obras de infraestructura de la historia de la humanidad; la Iniciativa de Seguridad Global (ISG) propuesta por China y que plantea un nuevo esquema de seguridad a nivel planetario basada en la seguridad común, integral y cooperativa, desafiando el esquema de seguridad diseñado desde occidente y, hasta ahora, vigente; la recientemente revitalizada Unión Económica Euroasiática (UEE), la cual supone la conformación de un bloque económico cuyo centro de gravedad se ubica en Moscú; el crecimiento de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que en 2017 incorporó a la India y a Pakistán, y recientemente se inició el proceso formal de adhesión de Irán; o el caso del  nuevo corredor de Transporte Internacional Norte-Sur (CTINS), un corredor económico que vincula a Irán, la India y Rusia a partir de una red de 7.200 km de carreteras, vías férreas, y rutas marítimas que, una vez desarrollada, prevé la reducción del tiempo de transporte de mercancías de 40-60 a 25-30 días; son todos procesos y nuevas instituciones que representan la materialización de una nueva estructura de poder internacional. 

Paralelamente, los ejercicios militares conjuntos que han venido realizando Rusia y China y a los cuales, en su edición más reciente -Vostok-22-, se ha sumado la India, permiten vislumbrar la configuración de mayores instancias de cooperación entre las tres potencias asiáticas, así como otra decena de países de Asía, África y América. Estos ejercicios han ido ganando volumen en los últimos años al tiempo que, la edición de 2022, suponen una muestra de que los intentos de aislamiento de Rusia no solo han tenido poco éxito, sino que incluso, la coordinación, en términos militares, entre Moscú y Pekín, posee la potencialidad de, en poco tiempo, incorporar a diversos países, generando, en el proceso, un contrapeso a la OTAN. 

A su vez, desde hace ya algunos años -principalmente desde la reunión de Fortaleza del año 2014- los BRICS han venido llevando a cabo una estrategia de articulación con diversos países en desarrollo de diferentes partes del mundo. Esta estrategia ha tomado vuelo en años recientes. Como se ha expresado en otro artículo la incorporación de Uruguay, Bangladesh, Emiratos Árabes Unidos y Egipto al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS como los primeros miembros no fundadores del Banco, es una señal de un proceso de ampliación en ciernes, con miras a la consolidación de una institución financiera multilateral de carácter global. La reciente presentación formal de la solicitud de ingreso por parte de nuestro país, de incorporarse a los BRICS25 y el apoyo recibido por parte de Pekín es una señal de que Argentina tiene las puertas abiertas para integrarse a la nueva configuración de poder del sistema internacional desde una posición soberana. 

En lo referido al proyecto IFR, nuestro país adhirió al mismo el pasado 6 de febrero a partir del Memorando de Entendimiento entre Buenos Aires y Pekín, en el cual también se estipula el uso de monedas nacionales para inversiones y comercio bilateral, en lugar del dólar26.

Sin embargo, todo contexto de oportunidad conlleva desafíos. Y el escenario actual no es la excepción. En primer lugar, la creciente competitividad y conflictividad en la cual se encuentra inserto el sistema internacional actual puede producir un incremento de la presencia y también de las presiones por parte de potencias hacía los países en vías de desarrollo, como es el caso de Argentina. 

En segundo lugar, el nuevo escenario con múltiples polos de poder no garantiza una inserción directa y lineal de nuestro país en el mismo. Para ello, se requiere de voluntad y decisión política para reconfigurar los lineamientos en materia de política exterior, acorde a las nuevas realidades internacionales. En este sentido, las presiones de organismos que fungen como instrumentos garantes de los intereses hegemónicos nor-atlánticos de la segunda posguerra, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización de Estados Americanos (OEA) – por sólo mencionar algunas –  en simultáneo con la ausencia de decisiones políticas firmes puedan dar por tierra con las oportunidades anteriormente señaladas. Quizás el mejor ejemplo sea el del sector nuclear argentino.

En este sentido, cabe preguntarse, ¿Qué oportunidades concretas existen de formar parte de los nuevos mecanismos de integración frente a los condicionamientos políticos del Fondo Monetario Internacional hasta 2036?  ¿Hasta qué punto podremos cooperar concretamente con el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura? ¿Y con el mecanismo de la Nueva Ruta de la Seda o con el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS? ¿Seremos capaces de que prevalezca nuestro interés nacional y materialicemos obras de infraestructura estratégicas para un desarrollo inclusivo, soberano y autónomo?

Recientemente, India se convirtió en la quinta economía mundial27, superando al Reino Unido. De esta manera, entre las primeras 5 economías globales, hay 3 asiáticas, 1 americana y 1 europea28. La centralidad geopolítica y geoeconómica está en Eurasia, ¿no es momento de saldar debates pendientes por parte de la dirigencia política nacional respecto a los lineamientos de nuestra diplomacia? ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta que tenemos también complementariedades con Estados de otros continentes, además que con países de nuestro propio hemisferio?

En definitiva, la consolidación de la multipolaridad y la transición hegemónica son dos procesos paralelos y retroalimentados que constituyen los ejes de gravedad de la reconfiguración del sistema internacional contemporáneo. En este escenario, nuestro país posee una oportunidad histórica propia, brindada por los periodos históricos de transición y, en este caso, por la propia multipolaridad, en donde las opciones de constituir una política exterior independiente y soberana se multiplican de manera geométrica. Empero, resulta imprescindible, por tanto, comprender también los desafíos existentes, analizar este nuevo escenario y tomar las decisiones que nos permitan desarrollar una política exterior que posibiliten fortalecer y ampliar nuestra soberanía, así como mantener nuestros intereses como Estado, como Nación y como Pueblo. 

Referencias:

1Profesor en Historia, UNLP. Maestrando en Relaciones Internacionales (IRI-UNLP). Especializado en las relaciones sino-rusas contemporáneas. Miembro del Centro de Estudios Chinos del Instituto de Relaciones Internacionales (UNLP) y del Grupo de Trabajo de Eurasia del OCIPEX.

2No es el propósito de este artículo abordar aspectos conceptuales y teóricos asociados a los conceptos de Estructura del Sistema Internacional o al enfoque neorrealista de manera general. Si el lector se encuentra interesado en profundizar lecturas sobre estas cuestiones, recomendamos la lectura de los textos de Kenneth Waltz (1979) y Leire Moure (2009).

3Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia (2013) The foreign policy concept of the russian federation. (s. f.). Посольство России в Великобритании. Consultado por última vez el 15 de diciembre de 2021 de 2022, de http://www.rusemb.org.uk/in1/. consultado por última vez el 31/08/2022

4Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia (2016) The foreign policy concept of the russian federation. (s. f.). Посольство России в Великобритании. Consultado por última vez el 15 de diciembre de 2021, de http://www.rusemb.org.uk/rp_insight/ consultado por última vez el 31/08/2022.  

5Estados Unidos de América. (2010). National Security Strategy.

6Estados Unidos de América. (2015). National Security Strategy.

7Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular de China. (2019). “China’s National Defense in the New Era”. http://english.scio.gov.cn/2019-07/24/content_75026800_2.htm. Consultado por última vez el 31/08/2022.

8http://spanish.xinhuanet.com/2021-07/01/c_1310038399.htm Consultado por última vez el 13/09/2022.

9https://www.infobae.com/america/mundo/2021/03/16/gran-bretana-global-los-siete-puntos-clave-que-plantea-el-reino-unido-post-brexit-para-su-estrategia-de-defensa-y-politica-internacional/ Consultado por última vez el 12/09/2022. 

10https://committees.parliament.uk/publications/23279/documents/169785/default/ Consultado por última vez el 12/09/2022.

11https://valdaiclub.com/a/highlights/the-new-naval-doctrine-of-russia/?sphrase_id=1391262.  Consultado por última vez el 31/08/2022.

12Según datos de Castellum.AI, al momento en que escribimos estas líneas, Rusia ha recibido 11.814 sanciones desde el año 2014, de las cuales 9.119 (un 77%) corresponden a sanciones aplicadas en este mismo año.

13Informaciones más recientes, incluso, señalan que la contracción del PBI ruso será, incluso, menor al 3%. Para más información, puede visitarse: https://www.reuters.com/markets/europe/russia-says-economy-contract-by-less-than-3-2022-2022-08-29/#:~:text=MOSCOW%2C%20Aug%2029%20(Reuters),Andrei%20Belousov%20said%20on%20Monday Consultado por última vez el 1/09/2022.

14Allison, G. (2015). “The thucydides trap: Are the u. S. And china headed for war?”. The Atlantic. https://www.theatlantic.com/international/archive/2015/09/united-states-china-war-thucydides-trap/406756/

 15Caubet, M & Pávez, L (2017). “La Proyección Talasopolítica de China y las Disputas Territoriales en el Mar Meridional”. Revista Chilena de Relaciones Internacionales, Vol. I, N° 1. Pp 188-219. 

16La talasopolítica es la disciplina que estudia las relaciones de poder que ejercen los actores políticos, respecto del mar (océano) como medio de comunicación y fuentes de recursos naturales (Caubet & Pavez, 2017). En otras palabras, se trata de la geopolítica llevada a los mares y océanos. 

17En particular, ya en el año 2006, el ex presidente de la RPCH, Hu Jintao, remarcaba la importancia de la modernización de las FF.AA chinas, prestando especial atención a la ampliación de sus capacidades orientadas al despliegue en aguas profundas. Un excelente abordaje de esto puede encontrarse en: Malena, J. (2011). “Un Análisis de la Estrategia Naval China y sus Implicancias”. I Simposio Electrónico Internacional sobre Política China. https://politica-china.org/areas/politica-exterior/un-analisis-de-la-estrategia-naval-de-china-y-sus-implicancias  Consultado por última vez el 06/09/2022.  

18https://datos.bancomundial.org/indicador/MS.MIL.XPND.CD?locations=CN.  Consultado por última vez el 2/8/2022. 

19https://www.janes.com/defence-news/news-detail/china-increases-2022-defence-budget-by-71  Consultado por última vez el 2/8/2022. 

20https://www.pagina12.com.ar/475219-la-crisis-en-el-estrecho-de-taiwan Consultado por última vez el 6/09/2022. 

21http://en.kremlin.ru/supplement/5770 Consultado por última vez el 06/09/2022. 

22http://en.kremlin.ru/supplement/5770 Consultado por última vez el 06/09/2022.

23Un desarrollo más detallado sobre esto puede encontrarse en: https://noticiaspia.com/por-que-es-central-para-eeuu-mantener-a-taiwan-bajo-su-mando-y-lejos-de-china/ Consultado por última vez el 12/09/2022. 

24https://www.project-syndicate.org/onpoint/the-post-global-economy. Consultado por última vez el 07/09/2022. 

25https://www.telam.com.ar/notas/202209/604124-argentina-adhesion-brics-china.html Consultado por última vez el 08/09/2022.

26https://www.perfil.com/noticias/economia/argentina-formalizo-su-ingreso-a-la-ruta-de-la-seda-impulsada-por-china.phtml Consultado por última vez el 08/09/2022.

27British Economy Falls Behind India as Recession Looms” (02.09.2022). The Telegraph. Recuperado de: https://www.telegraph.co.uk/business/2022/09/02/british-economy-falls-behind-india-recession-looms/#:~:text=India%20has%20overtaken%20the%20UK,(IMF)%20data%20by%20Bloomberg.

28El ranking es el siguiente: 1. EE.UU. 2. China. 3. Japón. 4. Alemania. 5. India

 

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