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Brasil rumbo a las elecciones presidenciales: Democracia popular vs. Neoliberalismo reaccionario

Autor: GT América Latina y el Caribe

Democracia popular vs Neoliberalismo reaccionario

Durante 2022, el calendario electoral latinoamericano indicaba 3 elecciones presidenciales: Costa Rica (febrero), Colombia (mayo) y Brasil (octubre). En Costa Rica, un economista con escasa experiencia política, Rodrigo Chávez, se impuso en la segunda vuelta, y en Colombia, Gustavo Petro logró llegar al poder dando paso a la primera experiencia progresista en ese país1.  Pero sin dudas, la elección más importante será la del próximo 2 de octubre en Brasil. Fundamentalmente, porque es el país más grande de la región y, a excepción de Chile y Ecuador, limita con todos los países de Sudamérica. Al mismo tiempo, es la decimotercera economía del mundo y la más grande de toda América Latina y el Caribe2, por lo que sus decisiones en materia económica y política repercuten y condicionan el propio desarrollo del resto de la economía latinoamericana. Argentina representa un ejemplo claro, ya que Brasil es su principal socio comercial3.

Concretamente, en Brasil se disputarán dos modelos políticos opuestos: Uno representado por el ex presidente Lula da Silva (Partido de los Trabajadores), que lidera un frente político democrático y popular, en alianza con sectores de la burguesía Paulista, esta última representada por Alckmin, su candidato a vicepresidente. Por otro lado, Jair Bolsonaro (del Partido Liberal), que representa el frente político neoliberal y reaccionario, con una base social en su mayoría de sectores medios altos y altos, con fuerte vinculación con los grandes jugadores de la agroindustria y de las fuerzas armadas.


Antecedentes


El último periodo de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) fue interrumpido por un proceso de golpe de estado parlamentario que culminó en la destitución de la ex-presidenta Dilma Rouseff, en agosto de 2016. Su sucesor Michel Temer, hasta ese momento vicepresidente, desarrolló un plan de gobierno que ya había publicado el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) a fines de 2015 denominado “Puente para el Futuro” que implicaba un giro hacia el manejo más ortodoxo y liberal de la economía. El contenido de este programa eran medidas que luego se harían efectivas como la privatización de empresas públicas, el ajuste del gasto público y la reforma laboral. En 2018 Lula Da Silva fue condenado a prisión en una sentencia dictada por el Juez Sergio Moro, y por ende, quedó inhabilitado para presentarse a las elecciones presidenciales. En ese contexto, y con Temer sin posibilidades electorales por su baja popularidad, Jair Bolsonaro accedió a la presidencia tras derrotar con el 55.13% de los votos en la segunda vuelta al candidato del PT Fernando Haddad, quien alcanzó el 44.87%.

La vuelta de Lula al escenario electoral


La alianza que construyó el líder del Partido de los Trabajadores amplió su base en el plano político, económico y social. De allí que Lula da Silva se encuentre acompañado por el exgobernador de Sao Paulo y opositor del PT en las elecciones de 2006, Geraldo Alckmin (quien renunció al PSDB en el año 2021 y se unió al PSB). 


Esta alianza (que no es una novedad como estratégia política del líder del PT5) definió que el Partido Socialista Brasileño (PSB) apoyará la fórmula presidencial Lula-Alckmin, pero no formará parte de la “Federación Brasileña de la Esperanza”6 (FE Brasil), el armado que impulsa el PT en el Congreso Nacional que involucra al Partido Comunista do Brasil (PC do B) y al Partido Verde (PV).

El acuerdo político entre Lula y Alckmin implicó también que el candidato de la alianza en San Pablo sea Fernando Hadad, del PT. Este Estado fue el principal bastión electoral de Alckmin y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que gobernó San Pablo desde 1994. Esto permitió unificar los candidatos a gobernadores/as del PT y el PSDB en algunos estados. Las últimas encuestas arrojan una pequeña ventaja para Fernando Haddad sobre Rodrigo García -actual gobernador del Estado de Sao Paulo por el PSDB- y Tarcísio de Freitas (Republicanos), quien cuenta con el apoyo del centrão y Bolsonaro.

“Juntos por Brasil”

En junio se presentaron las directrices del programa de reconstrucción y transformación de Brasil, un documento de 121 puntos que desarrolla la propuesta para la gestión de gobierno 2023-20267. En la confección del mismo, participan todas las fuerzas políticas (9) que integran el frente “Vamos juntos por Brasil” (PT, PSB, PCdoB, PV, PSOL, REDE e SOLIDARIEDADE, Avante y Actuar).

A lo largo de la propuesta se destaca la necesidad de generar oportunidades de trabajo, empleo y retomar la centralidad y urgencia en la lucha contra el hambre y la pobreza. La prioridad será garantizar los derechos de seguridad alimentaria y nutricional y asistencia social. Para ello, se adoptará una estrategia nacional de desarrollo justo, solidario, sustentable, soberano y creativo, buscando la superación del modelo neoliberal que llevó al país al atraso. En esta línea, se subraya la iniciativa de volver a poner a los pobres y a los trabajadores en el presupuesto, revocar el techo de gasto y revisar el actual régimen tributario brasileño. Como tarea prioritaria se enfatiza coordinar la política económica para enfrentar el hambre y combatir la inflación, en particular la de alimentos y combustibles, y la de electricidad. Asimismo, se propone un amplio conjunto de políticas públicas para promover la igualdad racial y combatir el racismo estructural. Por último, se procura garantizar la soberanía y la seguridad energética del país y se aclara que será necesario proteger el patrimonio del país y restituir el papel coordinador del Estado y las empresas estatales. De ello se desprende la oposición a todas las privatizaciones de las empresas y recursos estatales. 


Otro eje central de la propuesta, es sin duda, el plano internacional. El candidato por el Partido de los Trabajadores plantea que Brasil debe recuperar su rol preponderante a nivel internacional. En este sentido, el programa enfatiza la necesidad de que Brasil vuelva a tener una política exterior activa y asuma un rol protagonista en el mundo. Para ello, reconstruir la cooperación internacional Sur-Sur con América Latina y África será un factor clave. Simultáneamente, Brasil buscará ampliar la participación en los organismos internacionales y defender la integración de América del Sur, Latina y el Caribe, fortaleciendo organismos como el Mercosur, UNASUR, CELAC y BRICS. Se destaca la importancia de establecer alianzas con cualquier país pero sin sumisión a nadie, trabajando por la construcción de un nuevo orden global comprometido con el multilateralismo. Por último, aparece como un aspecto central de la política exterior la voluntad de impulsar la plena proyección de los intereses estratégicos de Brasil en el escenario internacional y diseñar políticas de defensa e inteligencia8.

Las políticas impulsadas por el programa cuentan con un activo invaluable: tienen una experiencia histórica exitosa. De allí que los votantes asocien a Lula con las respuestas a los problemas actuales de Brasil, lo cual está estrictamente relacionado con los logros de su gestión. Desde el comienzo de su mandato, tuvo como principales metas la lucha contra la pobreza, la extrema pobreza y la desigualdad. Entre 2003 y 2011 el coeficiente de Gini9, que mide la desigualdad de los ingresos, pasó de 0,576 a 0,523, lo que representa una disminución del 9,2%. En relación con la reducción de la pobreza, los indicadores son elocuentes. La disminución sustancial de ambos indicadores se mantuvo constante durante los dos mandatos del líder del PT.

Los resultados en torno al mercado de trabajo también mostraron caídas sostenidas e históricas. Según el IBGE, la tasa de desempleo recorrió en todo el periodo una tendencia a la baja. En octubre del año 2002 el desempleo se ubicaba en torno al 11,2%, mientras que para el final del mandato, en diciembre del 2010, el mismo disminuyó a 5,3%10 la más baja desde el comienzo de la serie. 

El Bolsonarismo

Desde sus comienzos, la administración Bolsonaro ha implementado un programa de políticas neoliberales centradas en la reducción del déficit público. La medida más significativa durante el primer año de mandato fue la nueva Ley de Pensiones diseñada por el Ministro de Economía Pablo Guedes. Según el Ministerio de Economía, la ley “generará ahorros de cerca de R$ 800 mil millones en los próximos diez años”11. El nuevo marco normativo12 dispuso también un aumento de la edad jubilatoria en las mujeres a 62 años y en los hombres a 65 años.

Justificándose en la necesidad de reducir el déficit, también privatizaron una de las mayores empresas energéticas de América Latina, Electrobras13. Esto necesariamente implica la descapitalización y despatrimonialización del Estado brasileño, así como la pérdida de capacidad de regulación y control de un sector muy sensible para el conjunto de la población. El proceso comenzó con la venta de paquetes accionarios en el mercado privado e implica una baja en la participación del Estado del 75% al 45%.

El plan de privatizaciones es una política sostenida y planificada en el tiempo que se encuentra a cargo del Ministerio de Economía, más específicamente de la Secretaría Especial de Privatizaciones, Desinversiones y Mercados. El gobierno publica la lista detallada de empresas (pertenecientes a los más diversos sectores) que se encuentran en vías de ser privatizadas. Algunos de los sectores más importantes son: Telecomunicaciones, Comunicaciones, Salud, Educación, Bosques, Gas natural, Complejos penales, Parques, Carreteras y Puertos14.

La implementación de este programa se tradujo en un marcado deterioro de los indicadores sociales. De hecho, Brasil volvió a formar parte del Mapa del Hambre, de donde había salido en 2014, por primera vez en su historia. Este logro fue destacado por la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como producto de una decisión política del gobierno de Lula Da Silva, que implementó políticas de transferencias monetarias condicionadas hacia los sectores de renta más baja, como lo fue el programa Bolsa Familia. Este último apoyaba a familias en situación de pobreza o extrema pobreza, y al mismo tiempo, buscaba ampliar el acceso a servicios de educación y salud15. En la actualidad, variables como la pobreza y la extrema pobreza experimentaron un marcado deterioro. La Encuesta Nacional sobre Inseguridad Alimentaria en el Contexto de la Pandemia realizada por la Red Pennsan muestra que, en 2022, 33,1 millones de personas no tienen qué comer. Este número representa alrededor del 16% de la población y coloca al país en un nivel equivalente al de la década de 199016.               

El neoliberalismo buscando la reelección 

El pasado 24 de julio se confirmó que la fórmula por el Partido Liberal será Jair Bolsonaro – Walter Souza Braga Netto. Bolsonaro decidió, como estrategia de poder, recostarse en el “partido militar” de Brasil, que continúa teniendo en democracia una profunda influencia a nivel político y social. Esta militarización y securitización del gobierno va acompañada de un aumento de la violencia, e inclusive un cuestionamiento al proceso electoral, en el cual intentó introducir a los militares como veedores y garantes del proceso eleccionario. Como señalamos en nuestro artículo anterior, la presencia de militares en la administración pública aumentó significativamente. Lo más importante es destacar, no solo la cantidad, sino la ubicación estratégica dentro de las áreas de gobierno. Si tomamos como ejemplo el año 2020, más de la mitad de los ministerios estaban liderados por militares. A los cargos tradicionalmente ocupados por este sector, como puede ser el Ministerio de Defensa, ahora también deben sumarse su presencia en Infraestructura, Minería y Energía, Ciencia, Tecnología e Innovaciones, Salud, Transparencia y la propia casa civil ocupada por primera vez por un militar17.

El pasado febrero, tres institutos militares (Instituto General Villas Boas, SAGRES y el Instituto Federalista ) presentaron el documento titulado “PROYECTO NACIÓN BRASIL EN 2035”, en cuya redacción participó el vicepresidente, Hamilton Mourao18. El mismo se propone pensar Brasil a largo plazo “para la toma de decisiones, especialmente el nivel político-estratégico (objetivos, directrices y estrategias)”. En ese sentido, se intenta ”visualizar las principales tendencias y sus posibles rupturas; identificar amenazas y oportunidades y proponer medidas para la construcción de un futuro mejor”19. En resumen, se puede sostener que los militares tienen como objetivo seguir desempeñando un rol preponderante en la política brasileña.

Violencia política y elecciones

La campaña electoral muestra signos de violencia y radicalización política. En primer lugar, el Presidente se ha expresado en reiteradas oportunidades, cuestionando al Tribunal Supremo Electoral, y más específicamente, a la transparencia de las urnas electrónicas. En este sentido, en una reunión que mantuvo con embajadores declaró “Queremos corregir fallas, queremos transparencia, democracia de verdad. Estoy siendo acusado de golpe todo el tiempo (…) estoy cuestionando antes porque tenemos tiempo de resolver el problema, con la propia participación de las Fuerzas Armadas”20.

Ademas, el mandatario declaró que “contratará una empresa para realizar una auditoría de las elecciones”21. Aunque todavía no se confirmó esa contratación, en paralelo, las fuerzas militares acercaron diversas sugerencias22 para asegurar la fiabilidad de las máquinas de votación electrónica. Más allá de la controversia, es un tema que no encuentra un correlato en las percepciones de los votantes. Según una encuesta de opinión realizada por Datafolha, el 79% de los brasileños confía mucho en las urnas electrónicas mientras que el porcentaje que no confía se ubica en el 20%.

En segundo lugar, un caso23 reciente que grafica la escalada de la violencia, se vivió durante el mes de julio en un club social de Foz de Iguazú, cuando un policía penitenciario federal  interrumpió una fiesta y asesinó a un dirigente del partido de los trabajadores. Este tipo de acontecimientos está íntimamente relacionado con una de las propuestas de Bolsonaro quien pretende flexibilizar las restricciones del uso de armas por parte de la población civil, sosteniendo frases como “el pueblo armado jamás será esclavizado”24. De todas formas, las encuestas de opinión muestran que el 62% de los electores no está de acuerdo con esa afirmación25.

Por otro lado, ante la pregunta de si Bolsonaro podría intentar un golpe de Estado si no gana por los votos, la mayoría cree que “no va a intentarlo” (56%), mientras que un 37% piensa que lo podría intentar. El dato es alarmante, ya que una porción importante de la población cree que Bolsonaro estaría dispuesto a terminar con un consenso básico de la sociedad brasileña después de finalizada la dictadura.

“Dios, Patria, Familia, Vida y Libertad”

El Partido Liberal oficializó su propuesta electoral en un documento de 48 páginas que destaca los logros de la gestión actual y plantea cuáles serán los valores y principios del plan de gobierno ante un eventual segundo mandato. Concretamente, lo que prima en el plan de gobierno es la continuidad y profundización de las políticas implementadas hasta la actualidad. En términos sociales, el foco está puesto en el mantenimiento de los valores tradicionales de la sociedad brasileña “Dios, patria, familia, vida y libertad”. En el plano económico se enfatiza en la necesidad de consolidar la reforma económica de cuño liberal. Esto último, implica “liberar al estado para que pueda ser más eficiente en lo que es suyo”  y “ampliar y fortalecer el proceso de privatización y concesiones de infraestructura nacional”. En política internacional, el Partido Liberal no tiene como prioridad la política regional, ni sus organismos multilaterales como el Mercosur.

Más allá de las políticas neoliberales que se han tomado hasta el momento, en el marco de la coyuntura electoral, Bolsonaro ha cambiado parte del libreto económico. En los últimos meses el gobierno ha tomado medidas para inyectar dinero en los sectores populares en busca de captar votos, luego de 3 años de ajuste y pandemia. En simultáneo, los principales indicadores macroeconómicos vienen mostrando una tendencia general hacia la estabilización. Según datos publicados por el IBGE, en los meses de julio y agosto hubo deflación, -0,68 y -0.36 respectivamente. Cabe señalar que, en ambos meses la baja está traccionada fundamentalmente por el rubro transporte, y que en categorías como alimentos se sostiene la dinámica inflacionaria, ubicada entre 1,30 y 0,24 puntos. Otro indicador que se viene recuperando es el desempleo, que se ubicó en 9,1%, lo que representa el valor más bajo desde 2016. En este contexto de recuperación económica, también se implementan medidas que buscan “recomponer” la situación de diferentes sectores, incluso cuando ello implique comprometer el techo del gasto26.

Un ejemplo de ello es la decisión de aumentar el financiamiento a programas como Auxilio Brasil, Auxilio Gas y el programa Alimenta Brasil. En el primer caso, las transferencias mensuales pasarán de un valor de $400 reales a $600 hasta el 31 de diciembre. En el segundo, aumenta el valor del subsidio a la compra de la garrafa de 13kg a las familias de menores ingresos. Por último, también se aumenta el monto destinado a financiar el programa Alimenta Brasil, que compra la producción de la agricultura familiar y la destina a entidades de asistencia social, escuelas y guarderías27. Todo el paquete de medidas representa unos R25 mil millones. Cabe destacar que cuando se le consulta a la población sobre la motivación de este paquete de medidas el 61%  responde que es “ganar votos para la reelección de Bolsonaro”28.

La inyección de dinero con fines electorales tuvo un correlato en las últimas mediciones, aunque sin embargo siguen dando ganador a Lula por una amplia diferencia. La incógnita es si el candidato del PT podrá ganar en primera vuelta o se definirá en un ballotage como suele suceder en Brasil. La pregunta que surge inmediatamente es : ¿Cuál es la razón por la que el gobierno se encuentra en desventaja con el PT en su intención de voto si las variables se estabilizaron? Una primera explicación radica en el hecho de que la mejora de los indicadores todavía no alcanza a recuperar los niveles que supo tener el gobierno del PT. La fundación Getulio Vargas estimó, con base en datos de la encuesta de hogares, que el 29,9% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza (ingreso familiar per cápita de hasta R $497). En términos comparativos, representa un 9,6 millones de personas más que en 201929

Desde el año 2014, la cantidad de personas por debajo de la línea de pobreza se viene incrementando. La caída del 2020 es un acontecimiento extraordinario, fundamentalmente, es un fenómeno relacionado a las transferencias estatales que aumentaron considerablemente a causa de la pandemia. De hecho, el incremento en el 2021 muestra que la tendencia continúa en alza, y que no solo existe un empeoramiento con respecto al 2019, sino que, además, es la más alta de toda la serie. 



Camino al 2 de octubre ¿qué proyectan las encuestas? 

Según la encuesta publicada en la primera semana de septiembre por Datafolha, el líder del PT, Lula Da Silva continúa liderando con un 45% la intención de voto, mientras que Bolsonaro (PL) achica su distancia pasando de un 32% a 34%. Observando cómo se comportó la intención de voto en los últimos meses, podemos ver que la diferencia tiende a ser menor con el advenimiento de las elecciones, y como consecuencia del paquete de medidas impulsado por el gobierno. Para la primera semana de mayo, la distancia entre los dos candidatos era de 21 puntos porcentuales (Bolsonaro 27% y Lula 48%). 

La diferencia continúa siendo amplia (11 puntos porcentuales) pero no alcanzaría para evitar una segunda vuelta. Lula sostiene ventajas entre diferentes grupos sociales como las mujeres, la población negra, católicos y aquellos con menor grado de educación formal. Por otro lado, la diferencia en favor del candidato del PT entre los votantes de menos ingresos es más del doble, lo que evidencia quienes están siendo más perjudicados por las políticas actuales. Lo mismo sucede con el grupo social que es beneficiario, directa o indirectamente, del Auxilio Brasil, donde la diferencia es de 28 puntos (56% a 28%). Por su parte, Bolsonaro ha ampliado su ventaja entre los votantes que poseen un ingreso familiar entre 5 a 10 salarios 42% a 29% y ha recuperado mucho terreno entre los más jóvenes. Entre los más ricos, Bolsonaro tiene una ventaja de 13 puntos porcentuales (42% a 29%) y en la población evangélica es donde el actual presidente se hace más fuerte, y aumenta su intención de voto en comparación con meses anteriores (43%), alcanzando el 51% frente al candidato del PT que sigue sosteniendo un 28%.

Aunque poco se ha dicho, si ningún candidato a Presidente alcanza el 50% de votos, el 30 de octubre se realizará la segunda vuelta, de la que participarán los dos candidatos más votados en la primera. Las tendencias para una hipotética segunda vuelta dan como ganador al candidato del PT con un 51% de intención de voto mientras que Bolsonaro obtendría un 39%30. En un marco de polarización política surgen al menos, dos interrogantes. El primero es, cuál será el grado de conflicto y el nivel de violencia política que adoptará la dinámica electoral. Segundo, qué forma toman los cuestionamientos al proceso electoral por parte de Bolsonaro y si eso puede poner en peligro el sistema democratico en brasil. 


Conclusión

A tan solo unas semanas de la elección las encuestas de las consultoras y el ánimo social indican que Luiz Inácio Lula da Silva podría hacerse con su tercer mandato presidencial de la República Federativa del Brasil. Sin embargo, Bolsonaro, y su principal aliado, las fuerzas militares, parecen no estar dispuestos a renunciar al control del país, y amenazan con desconocer los resultados electorales. Tras la gestión bolsonarista, que reversionó el pasado neoliberal, una pandemia, y una guerra que ha puesto en jaque a la economía mundial, resulta necesario recordar que los desafíos para el próximo presidente no serán pocos. Habrá que recuperar no solo el valor de la democracia sino también la capacidad de la política para dar respuestas a las demandas del pueblo. El desafío no es sólo ganar sino, posteriormente, tener un gobierno fuerte y que pueda cumplir con el contrato electoral. La solidez interna de los gobiernos es la base fundamental para reconstruir la integración regional, que hoy se encuentra en unos de los niveles más bajos de intensidad en la historia de Suramérica.

El peso geopolítico y económico de Brasil hace que la posible victoria de Lula sea trascendental a nivel regional. La victoria del sindicalista metalúrgico brasileño se sumaría a la nueva ola de gobiernos populares que han surgido o recuperado el gobierno a nivel regional. Para que nuestra región vuelva a cobrar protagonismo geopolítico es vital que Brasil recupere la senda de la vinculación activa y propositiva con sus países vecinos. La alianza estratégica de Argentina y Brasil es la base fundamental para volver a pensar una Suramérica protagonista y actora del escenario internacional.

Referencias:

 1Vease, https://ocipex.com/articulos/giro-historico-en-colombia-balances-y-perspectivas

2Statista. PIB por país en América Latina y el Caribe en 2021. En https://es.statista.com/estadisticas/1065726/pib-por-paises-america-latina-y-caribe/

3vease https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_08_22024E05753B.pdf

4El estado de Sao Paulo en términos económicos y demográficos es el estado de mayor relevancia del Brasil y por ende, el principal bastión electoral. 

5En el año 2003 el también entonces candidato del PT, Lula da Silva, elige a José Alencar, un empresario del Partido Liberal, como candidato a vicepresidente. En aquel entonces, relata José Natansón en su libro “El milagro brasileño”, “logró transmitir la idea de una prolongación sin ruptura de los trazos básicos de la macroeconomía del Plan Real. En otras palabras, una promesa de orden.

6https://www.tse.jus.br/partidos/federacoes-registradas-no-tse/brasil-da-esperanca-fe-brasil

7 https://www.programajuntospelobrasil.com.br/diretrizes/

8https://www.programajuntospelobrasil.com.br/wp-content/uploads/2022/06/documento-diretrizes-programaticas-vamos-juntos-pelo-brasil-20.06.22.pdf

9El valor del índice se encuentra entre 0 y 1,  siendo 1 la máxima desigualdad (todos los ingresos en un ciudadano) y 0 la máxima igualdad (todos los ciudadanos tienen los mismos ingresos). 

10https://www.ibge.gov.br/estatisticas/sociais/trabalho/9180-pesquisa-mensal-de-emprego.html?edicao=17949&t=series-historicas

11https://www.gov.br/inss/pt-br/assuntos/noticias/confira-as-principais-mudancas-da-nova-previdencia

12http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/constituicao/emendas/emc/emc103.htm

13http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_ato2019-2022/2021/Lei/L14182.htm

14https://www.bndes.gov.br/wps/portal/site/home/transparencia/desestatizacao/processos-em-andamento/processos-em-andamento/!ut/p/z1/vVRdc5pAFP0teeARd_lQsG_UMZoKo40aAy_MAgtsK7tkdyNpf32vxumktpp2MikvO5w595x7LntBCbpHCSc7VhHNBCdbeI-TQRoOZ-OpO8fh_Hbq4yAchavFtY-jsY02BwI-8wQYJb_UhxMP6ifzm-VygT-vXHSHEpTkXLe6RnHGC6pSxpVm-jE_dGDgWjTUwFoSrloiKc8ZMTDwqNLQ5XeSE2HgVoqcKiVUSpuU8II0lOuXuEkb8ye-92xzVqDYcYcl9XzLHAxsarpeYZvE8bGZ57govRJ7VmYdM14YQnJ5BJu930sF7CyucTANrbUbfcT2zD0lzG-cMRBGYd8dz6zJ0DkSLpjE0KR3vkkHbXaMdmjNhWzgwy7_cQbT1xzW9hsdXpHvv6-8967ylvtG-U8n9-O3KwiLyr48PCQBbJPgmj5pdP_f1gnMbRmNogoyEV2bjJcAniFDlGorsuefS8Azx4cySUsqqew9SoBrrVv1wcAG7rqud0jRq8Sul0lAWgVtCKn3WRTT9C8T_cmsFgqmdOqB2mbd-M438-ut363KumpSWJ_-8djuwjLS_Ti4uvoB7249IA!!/dz/d5/L2dBISEvZ0FBIS9nQSEh/

15https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/S%C3%ADntesis-del-programa-Bolsa-Familia-en-Brasil.pdf

16https://pesquisassan.net.br/2o-inquerito-nacional-sobre-inseguranca-alimentar-no-contexto-da-pandemia-da-covid-19-no-brasil/

17 Disponible en: https://fpabramo.org.br/observabr/wp-content/uploads/sites/9/2021/05/Cadernos-Reforma-Administrativa-20-V4.pdf

18https://elpais.com/opinion/2022-05-25/el-brasil-con-el-que-suenan-los-militares.html

19https://sagres.org.br/artigos/ebooks/PROJETO%20DE%20NA%C3%87%C3%83O%20-%20Vers%C3%A3o%20Digital%2019Mai2022.pdf

20https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20220718-bolsonaro-cuestiona-el-sistema-electoral-brasile%C3%B1o-en-reuni%C3%B3n-con-embajadores

21https://www.uol.com.br/eleicoes/2022/05/05/bolsonaro-tse-empresa-auditar-eleicoes-2022.htm

22https://international.tse.jus.br/es/urna-electronica/cte-para-el-portal-en-espanol.pdf

 23(10/07/22) TELAM. “La policía bolsonarista invadió una fiesta y asesinó a un dirigente del partido de Lula” En https://www.telam.com.ar/notas/202207/598082-policia-bolsonarista-mata-a-tiros-militante-partido-de-lula.html

24(31/03/22). Nodal. “Bolsonaro vuelve a amenazar al tribunal electoral: “El pueblo armado jamás será esclavizado”. En: https://www.nodal.am/2022/03/bolsonaro-vuelve-a-amenazar-al-tribunal-electoral-un-pueblo-armado-jamas-sera-esclavizado/

25https://media.folha.uol.com.br/datafolha/2022/06/01/Opiniao_sobre_armas_mai_22.pdf

26El techo del gasto es una limitación constitucional al crecimiento del gasto del gobierno brasileño por 20 años, llegando a los tres poderes del Estado, además de la Fiscalía Federal y la Defensoría Pública. El gasto e inversión pública fue limitado al nivel del año anterior, únicamente ajustados por inflación. En resumen, el crecimiento real de gasto año a año no puede superar el 0%. Esta medida fue implementada bajo la enmienda constitucional Nº 95  del 15 de diciembre de 2016.

27https://www.gov.br/cidadania/pt-br/noticias-e-conteudos/desenvolvimento-social/noticias-desenvolvimento-social/congresso-nacional-aprova-pec-que-aumenta-o-valor-minimo-do-auxilio-brasil-para-r-600

28https://media.folha.uol.com.br/datafolha/2022/08/04/alimentacao-beneficios-sociais-jul2284nb993nf837f82bdois.pdf

29https://www.cps.fgv.br/cps/bd/docs/Texto-MapaNovaPobreza_Marcelo_Neri_FGV_Social.pdf

30https://media-blog.genialinvestimentos.com.br/wp-content/uploads/2022/09/06164726/genial-nas-eleicoes_pesquisa-para-presidente-2022_resultado-setembro-P01.pdf


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