Elecciones en Ecuador en la reconfiguración del orden global
El próximo domingo 11 de abril se realizará la segunda vuelta presidencial en Ecuador, en donde se definirá el futuro presidente. Es importante analizar el contexto internacional, regional y local en el cual se celebran las elecciones, para pararnos en la historia y comprender qué es lo que está en juego.
El escenario internacional actual está caracterizado por una crisis en la globalización liberal, que pone en evidencia la crisis de hegemonía existente. La disputa entre las dos principales superpotencias – China y EE.UU.- y un concierto de potencias grandes y medias que buscan garantizar sus intereses en lo que consideran sus “zonas de influencia” signa la dinámica geopolítica internacional actual. La presencia de China en la región latinoamericana y caribeña, expresada en el nivel de inversiones, comercio y créditos significa una amenaza para Estados Unidos en lo que históricamente ha considerado su zona geopolítica de influencia inmediata o “su patio trasero”.
El banco alemán Deutsche Bank, publicó un informe titulado “la era del desorden” en el que señala que el año 2020 podría significar el fin de la globalización (la centra entre los años 1980-2020) dando paso a lo que denominan la “era del desorden”.
De acuerdo al informe, entre las tendencias que caracterizarían a la nueva era se encuentran:
- El deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China
- Reversión de la globalización desenfrenada
- El aumento del proteccionismo, las barreras arancelarias
- La reconfiguración de producción global mediante la relocalización de sectores e industrias clave (re-shoring)
- Mayor desorden y escenarios de caos en los mercados financieros
- Profundización de la desigualdad.
Además, la transición del orden hegemónico está acompañada de otros procesos como la transformación de la infraestructura energética global mediante el desarrollo y consolidación de las energías renovables y el cambio de patrón tecnológico con profundos impactos en el entramado productivo industrial, la normativa de los Estados, la explotación y uso de recursos naturales estratégicos y las formas de organización social. Además, nuevos recursos naturales emergen estratégicos e indispensables para la consolidación de tales procesos.
En este sentido, la denominada crisis del sistema multilateral no es una novedad, es un signo más del cambio de ciclo histórico que viene expresándose con claridad desde la crisis del 2008, fecha que podría ser tomada como el momento de quiebre del orden internacional liberal y la consolidación de la re-emergencia de China como poder global.
La modificación en relaciones de poder en el campo geopolítico y geoeconómico generan escenarios fluctuantes e imprevisibles, así como tensiones y alineamientos “no lineales” alrededor de agendas comunes a distintos niveles.
La actualidad representa un enorme desafío para la región latinoamericana y caribeña, atravesada por una profunda crisis económica, comercial, financiera, social, sanitaria y ambiental, agravada por la pandemia del coronavirus. Es en este contexto de transformaciones, amenazas y oportunidades, que se desenvuelven las elecciones en Ecuador el próximo domingo. América Latina y el Caribe resulta una zona geográfica estratégica en las disputas y transformaciones del presente, esto obliga a nuestros países a moverse con inteligencia y practicidad en cada una de estas agendas, sin entrar en alineamientos automáticos e ideologizados.
RAFAEL CORREA Y SU LEGADO: UNO DE LOS FACTORES DECISIVOS DE LA PRESENTE ELECCIÓN
Rafael Correa accedió a la presidencia de Ecuador en 2007 y se mantuvo en el cargo hasta 2017, cuando fue sucedido por quien entonces era su delfín, Lenin Moreno, quien venció a Guillermo Lasso en la segunda vuelta de 2017.
Correa generó en Ecuador un liderazgo indiscutido, que lo llevó a ser reelecto sin necesidad de una segunda vuelta arrasando en las urnas. Un economista de orientación progresista, pero pragmático, logró que Ecuador entrará en la senda del crecimiento económico, en una era de crisis en los países centrales, pero de auge en el precio de los productos de exportación ecuatorianos, como el petróleo, logrando un desarrollo en infraestructura pocas veces visto, una auditoría de la deuda externa y profundos cambios educativos.
Los datos así lo demuestran: entre 2006 y 2016 aproximadamente 1,5 millones de personas dejaron de ser pobres y la pobreza extrema se redujo a la mitad. En términos laborales, el país había reducido el empleo informal en 17 puntos y tenía la cifra de desempleo más baja de América Latina. Según los datos de 2016, el ingreso familiar mensual del hogar cubría el 95,7 % de la canasta básica.
La estrategia de este siglo para la perpetuación del equilibrio de poder global, es decir, el dominio hegemónico neoliberal, ha sido la detención y obstaculización de procesos políticos de desarrollo autónomo, con empleo, distribución de la riqueza, industria y equidad en los países de la región, es decir aquellos que tensionan las reglas de juego existentes en el escenario global, ha sido la guerra jurídica y mediática contra líderes y lideresas populares de la región, fenómeno más conocido como Lawfare.
Así, la persecución política, jurídica y mediática contra Rafael Correa se comprende en el marco de una estrategia regional que busca disciplinar a líderes políticos que llevaron adelante políticas de distribución, equidad, empleo y justicia social contrarias a las políticas de austeridad, pobreza y desempleo promovidas desde el Consenso de Washington para los paises de America Latina. La estrategia, metódica, mediante la creación de causas judiciales de corrupción y la articulación con los medios de comunicación para la persecución política se expresa con mucha claridad en Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador con la persecución a Lula da Silva, Cristina Fernandez de Kirchner, Evo Morales y Rafael Correa.
Con el paso del tiempo el estilo audaz de Correa, su liderazgo indiscutible fue perdiendo apoyo en la ciudadanía y se generó un espacio amplio contra su figura y sus ideas, que llevó a que Lenin Moreno venciera a Lasso por un margen mínimo en 2017.
Tras ello, Lenin Moreno desató una ruptura intempestiva contra Rafael Correa y sus políticas, de hecho, Correa pasó a ser el principal adversario de Lenin Moreno y los que hasta 2017 eran opositores férreos a Correa, aliados de Lenin Moreno.
El gobierno de Lenin Moreno
En 2017, Lenin Moreno ganó las elecciones en Ecuador con el apoyo de Correa y el Partido Alianza País. Sin embargo, Moreno comenzó a tomar otro rumbo y condujo el regreso de posiciones políticas y económicas incompatibles con las ideas que hasta allí había llevado a cabo el correísmo.
Las políticas de ajuste, desregulación, desempleo, desfinanciamiento del Estado y el préstamo con el FMI llevaron a que en 2020 la pobreza se ubique en 32.4% y la pobreza extrema en 14.9% (teniendo en cuenta que los valores que utiliza el instituto nacional de estadísticas y censos de Ecuador para medir pobreza e indigencia es de poco más de 80 dólares para no ser pobre por grupo familiar, y de poco más de 40 dólares por grupo familiar para no ser indigente). Por otra parte, el PBI de Ecuador cayó en 2020 un 9% y según el Banco Mundial crecerá 3.5% en 2021 y 1.3% en 2022, cifras muy por debajo de la debacle de 2020. Por su parte, la deuda pública bordea el 70% del Producto Interno Bruto y el déficit fiscal supera el 8%, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional.
Ecuador ha registrado 17.004 fallecidos por COVID y 338 mil casos, pero el Financial Times registró en la provincia de Guayas un exceso de mortalidad extremadamente alto, lo que no ha sido aclarado por las autoridades sanitarias. La campaña de vacunación contra el COVID es prácticamente inexistente, sólo el 1.2% de sus habitantes están vacunados contra el COVID con al menos con una dosis.
Los candidatos: un candidato progresista pragmático y un candidato de derecha tradicional
En este panorama internacional, regional y nacional se desenvuelven las elecciones el próximo domingo en las que en definitiva se elige sobre la vuelta del correísmo o la vuelta de la derecha tradicional y neoliberal al poder.
Guillermo Lasso, antiguo presidente del Banco de Guayaquil y uno de sus principales accionistas, es un hombre que representa a la derecha tradicional ecuatoriana. Fundó el Movimiento Creando Oportunidades (CREO) espacio político por el cual compite.
Lasso propone asegurar la independencia del Banco Central lo que supone la privatización del mismo, reforma que está siendo motorizada actualmente por Lenin Moreno; reducir el sector público; reducir impuestos y aranceles; supresión del impuesto de Salida de Divisas; atracción de inversión extranjera y firma de tratados de libre comercio; aumentar de la productividad de la industria petrolera, energética y minera mediante una mayor participación del sector privado; desinvertir en empresas públicas y compañías donde el Estado tenga participación accionarial mayoritaria.
Además, propone el desarrollo rural, en particular del sector agropecuario y ganadero, que piensa impulsar con un crédito a 30 años con una tasa de interés del 1%, la reducción de aranceles para la importación de insumos agrícolas, el riego parcelario gratuito, la condonación de deudas menores a 2.000 dólares y la creación de un fondo de capital “semilla” para los emprendedores.
Araúz en tanto propone la generación de 800.000 puestos de trabajo, con seguridad social, en cuatro años de Gobierno, incentivar el desarrollo tecnológico en los sectores económicos, acompañados con una mejora de las instituciones gubernamentales y de política pública.
Para reactivar el mercado interno, propuso intervención estatal a través de una ayuda de mil dólares para un millón de familias, fomento de empleo en los sectores manufactureros con crédito barato para el crecimiento de la industria e incentivos tributarios para inversión extranjera y para las pymes, el turismo y los servicios, la eliminación del impuesto del 2% sobre las ventas y reestructuración de deudas.
Mientras que para Arauz el fortalecimiento de la dolarización se alcanza a través de más exportaciones, con el Ecuador consumiendo los productos de los emprendedores, con apoyo financiero, asistencia técnica y trámites simples para dinamizar el comercio, para Lasso es promoviendo la reducción de aranceles y la inversión mediante la venta de más cacao, café, banano y productos del mar, y el turismo.
Arauz propuso un plan de inmunización contra la Covid-19 transparente a través de una plataforma online, mientras negocia con Rusia para un acuerdo que le permitiría acceder a “millones de dosis” de la vacuna Sputnik V, además de asegurar 6.000 contrataciones de personal médico y la construcción de 200 centros de salud.
“Aplicaremos 2,5 millones de dosis mensuales, de forma equitativa y gratuita, articulando la red pública y privada para hacerlo con la mayor eficiencia”, explicó Arauz en su sitio web.
Por su parte, Lasso prometió que vacunará contra el coronavirus a 9 de los 17 millones de ecuatorianos en sus primeros 100 días de Gobierno, de manera gratuita y con prioridad para el personal médico y grupos vulnerables. Para conseguirlo afirmó que apelará a la negociación con los distintos fabricantes y a la ayuda que países “amigos” como los Estados Unidos para que presten “momentáneamente vacunas para poder comenzar un proceso masivo de vacunación”.
También se contraponen las políticas exteriores de cada proyecto, mientras que Arauz plantea no limitarse a las relaciones bilaterales y reconstruir la unidad latinoamericana “con acuerdos de cooperación sin descuidar el resto del mundo”, Lasso propone alejarse de “la esfera del socialismo del siglo XXI” y profundizar la apertura económica para atraer inversiones suscribiendo acuerdos de libre comercio con Estados Unidos principalmente, China, Japón o Corea del Sur y “economías exóticas”.
Las elecciones:
El 7 de febrero de 2021 se llevó a cabo la primera vuelta electoral, según la página oficial del CNE, las 39.985 actas de la elección presidencial fueron escrutadas y computadas, confirmando como ganador al candidato Correista de la Unión por la Esperanza (UNES), Andrés Arauz, con 3.032.906 de votos, un 32,72 % de los votos. En segunda posición, el conservador Guillermo Lasso, de la alianza CREO-PSC, con 1.829.378 votos, lo que representa un 19,74% de los votos. La sorpresa de la elección fue Yaku Pérez, del movimiento indígena Pachakutik, que peleó el ingreso a la segunda vuelta hasta el final con 1.796.542 votos (19,38 %). Yaku Pérez ha hecho un llamamiento a no votar ni por Arauz ni por Lasso, pero sus electores serán claves para la elección del próximo domingo.
La campaña de ambos candidatos ha buscado explotar las debilidades del rival. Lasso arremete contra Arauz asociándolo a Rafael Correa y machaca sobre su falta de experiencia, mientras que Arauz ataca a Lasso acusándolo de financiación ilegítima por parte del Banco de Guayaquil del que Lasso fue presidente ejecutivo y también de haber cogobernado con Lenin Moreno, el actual presidente de Ecuador.
Las encuestas marcan un escenario de paridad, con leve ventaja para Arauz, que se ha ido recortando el último mes, por lo que será clave ver en primer lugar el abstencionismo (20% de la población no iría a votar o anularía su voto) y el 8% que aún se mantiene indeciso, no sin antes dejar de mencionar que será clave observar las zonas de montaña y la amazonia, en donde Yaku Pérez se hizo fuerte. Quien mejor resultado obtenga allí será probablemente el próximo presidente de Ecuador.
Esa decisión estará en manos de los más de 13 millones de ecuatorianos/as llamados/as a las urnas.